Enamorado de Mariana

¿Mariana?

Andrea y yo nos besamos tantas veces que ya se nos hacía algo normal. Salio Miles y con la boca abierta, se regresó a la función. 

-Creo que le agrada esto.- dice Andrea sonriendo.

-Si, bueno, supongo que debo hacer esto bien...- digo mientras me levanto del sillón y la tomo de la mano.

-A que te refieres?.- dice.

-¿Andrea, quieres ser mi novia?.- digo sin más. 

-Claro Dominik.- dice besándome , entramos de nuevo a la sala, pero esta vez, tomados de las manos, nos sentamos a ver el final de la película.

Al terminar la película, llevamos a Sarah y a Miles al parque, y Andrea y yo nos fuimos a mi casa. Llegamos y aún no llegaba mamá, así que más privacidad aún, nos quedamos en la sala platicando un rato, más bien, conociéndonos, se llama Andrea Beer, y sus padres están separados, no me hablo mucho de ella, solo me preguntaba cosas a mi. Definitivamente ella no es como Mariana, pero no habrá nadie como Mariana. Ella era...muy fácil, no quiero ofenderle,  solo que me acostumbre a desear algo más grande que mi mismo. Estupidamente me enamoré de alguien que nunca se enamoró de mi,  Mariana era un diez, y yo un 4. Y ahora es diferente, Andrea es un 8 y yo un 7. Las cosas habían cambiado, Mariana no estaba y tal vez no volvería, ni siquiera se por que le dije a Andrea que fuera mi novia, no la quiero, pero no le haré daño, aprenderé a quererla. 

-Bueno, ya es tarde debería llevarte a tu casa princesa.- digo mirando la hora, eran las 7:00 de la tarde.

-Esta bien, .- dice, ella es tierna. Le abrí la puerta del coche, y tomamos camino hacía su casa, ella me iba diciendo la dirección de su casa. Me ofreció pasar, a conocer a su mamá, pero le dije que mejor para la otra, que estaba muy agotado, no era eso, solo que llevamos unas horas de novios no es normal que me quiera presentar a su familia. Me despedí de ella y conduje hasta la casa de Mariana, me gustaba estar ahí por que su cuarto olía a ella, y todo era ella en ese lugar, no pensaba en nada más que en ella,  llegue, y entré por la ventana, esta vez, no había ningún  libro en el estante, y sin duda había algo diferente allí. Había una mujer en la cama, sin cobijas, tan solo una almohada, pero la luz de la habitacion no estaba encendida, debía bajarme de la ventana, para encenderla, pero ella tal vez estaría despierta, tal vez...ella era Mariana.