Las Tres Romas

Semana 7-día 2

Amanece. Llevo la mirada perdida en la nada desde hace algunas horas. Pensativo, intento idear la mejor forma de ver a Kelly sin que su padre se entere. Ahora que ingresé puedo pensar en ella día y noche, mañana y tarde... todo el día.
Pero no puedo analizar nada así, necesito verla ahora, necesito besarla, abrazarla y sentirla en mi piel. Hoy jugaré una carta que me permitirá verla... el problema es que funcionará solo una vez en el mejor de los casos. Es una espada de doble filo, si su padre se entera significará un posible fin de nuestra relación.
Iré a verla, su padre sale a trabajar mientras ella estudia, no regresa sino hasta las 7:00 pm, Kelly debe tener la cena lista para ambos o le cae una gritonada del mal. Cuento conque a su padre no se le ocurra regresar antes de tiempo.

Voy caminando por las calles de la ciudad. Pensativo, no puedo quitarme de la cabeza las hipótesis que he formulado a partir de los últimos acontecimientos.
No podría asegurarlo, pero es como si alguien estuviera jugando conmigo. Subo mis manos hasta la altura de mis ojos. Las veo sin parpadear un solo segundo, me pierdo en ellas, observo mis dedos... mi mirada danza al son del olvido entre ellas, las veo impaciente por encontrar o que llegue la respuesta a ellas. No tiene caso, si alguien juega conmigo no hay forma de saber quién o por qué lo hace, me estoy volviendo loco, necesito despejar mi mente. Espero que Kelly esté en casa para mí... necesito de ella ahora más que nunca. Llevo mis manos a mi cabeza y acomodo mi cabello. Sonrío. Se me pasó la casa de Kelly mientras caminaba pensativo, doy media vuelta y vuelvo.

Nueve y media de la noche, su padre no ha vuelto a casa. Kelly me llamó hace poco y quiere que vuelva con ella. Es una tentadora opción, está sola y es de noche, sonrío malicioso y me calmo, su padre podría llegar en cualquier momento. No sería prudente ir ahora.
Es hora de dormir... todo va según lo planeado.