Despertar

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Insoportable. Esa es la mayor descripción que puedo dar del paisaje. Recuerdo la destrucción, los escombros... Mi casa hecha pedazos, mi familia desapareció ante mis ojos. Sólo podía ver el cielo anaranjado, producto del crepúsculo matutino. Debe ser lo más lindo que puedo recordar de esa situación.

De más está decir que no pude levantarme luego de un rato, mi mente intentaba imaginar lo que ocurrió, y mi cuerpo se encontraba en una mezcla extraña entre el dolor, el hambre y la relajación. Tuve que esperar a que mis heridas, producto de lo que sea que haya sucedido, cesaran, para permitir mi escaso movimiento.

-Un tornado?- pensé -... No, no puede haber sido eso.

Mientras levantaba mi cuerpo del piso (con mucha dificultad debo aclarar), observaba ya con mayor altitud mi situación: evidentemente, ni un alma a los alrededores, sólo kilómetros y kilómetros de pura soledad.

-Un terremoto...- seguía tratando de justificar lo ocurrido - no, mi familia debería estar conmigo, o al menos haberme levantado... Mi familia...

Entre en pánico. Como el menor de una familia con tres hermanos, a pocas semanas de mis dieciséis, necesitaba encontrar a mi familia. Para que me expliquen lo que ocurre, o para al menos darme sus últimas palabras.

Con desesperación, comencé a "excavar" entre los escombros, como si pudiese encontrar a alguien que milagrosamente siga con vida. Como pude iba moviendo rocas, hasta encontrarme con el pavimento. Era cíclico, por más que buscaba, sólo encontraba el suelo.

-Habrán... Pensado que no sobreviví. - imaginé, en una vaga esperanza de que siguieran con vida. - y si es un sueño? Y si en realidad estoy durmiendo?...

Diga lo que diga, había una sola cosa cierta... Estaba solo, no había nadie a los alrededores. Al menos alguien que pueda divisar. Siempre confíe mucho en mi vista, mi padre comentaba que veía muy bien, por lo que tengo un motivo para justificarlo.

-En fin -tome consciencia - tengo que comer algo, y rápido. Encontrar gente, y un lugar para estar.

A partir de ese momento, sólo pude confiar en la suerte. No sabría que me deparaba el futuro, si podía volver a mi vida normal, o volverme un nómade y regresar a la vida antigua, donde el cazar era, para nosotros, comprar en el súper mercado.

Era difícil acostumbrarme a la idea de que tengo que recorrer un nuevo camino. Necesito respuestas a interrogantes que ni siquiera pude plantear, pero que en su momento tuve que averiguar. Comenzó mi vida de supervivencia...

-Espero que tantas horas investigando en la computadora me hayan servido de algo.

Diario del viajeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora