Me vistan nuevamente colándose por los espacios y grietas de la piel tersa por la crema con olor a vainilla. Entran sigilosamente pasando por cualquier pasillo sin sentido, pero efectivo para llegar a su destino, cuyo interés no es mas que capturar la atención de quien la lee, de quien la siente, de quien la ama, de quien la vive y de quien le lastima sin razón aparente. No protestas ante sus reclamos y gritos. Insultas para tus adentros toda clase de barbaridades que en público seria mas que vergonzoso decir, aun mas con ese ser al que no le puedes reprochar nada por todo lo que te ha dado. Tiene razón , te recalcas en tus mismos pensamientos; tratas de hacer defensas con seriedad, con trabajo absurdo, con lágrimas, con aburrimiento y con mucha decepción, de ti mismo, del mundo, de casi todo. Descubres algo que te hace feliz y lo quieres repetir una y otra vez, por la simple razón de que olvidaste tus anomalías un momento. Pero como todo el desgaste físico se nota y por ello, el rostro demacrado de tus horas de desvelo se ve hasta por encima del maquillaje. ¿Por qué? Y ¿para qué? Me preguntó reiteradas veces encerrada en la misma linea de esperanza con los temores de un silencio definitivo acabando con todo lo que construí algún día, y con anhelos sin cumplir.
Cansada de escuchar quejas sobre el mismo tema. Y que me reprochen lo que ellos hace de una forma todavía mas imprudente. Mentiras, coraje, lágrimas, estrés y felicidad errónea. Nada lo hago bien. Me recalco una y otra vez. Y sigo cayendo en la misma conclusión. Soy una maldita mierda.
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Asocialmente Social
Non-Fiction¿No te pasa que no puedes mantener una conversación? Pero al mismo tiempo quieres estar sola y a la vez no. Me explico; quieres que te dejen ser quien eres, pero que sigan apoyandote. Pero tristemente no lo hacen. Pues eso mismo. Esa soy yo, y lo q...