Mente y destrucción

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La arrimada, la loca, la que nunca encaja de manera correcta, la que hace todo y a la vez nada, la que finge, la que esta ahí, sin más. Esa soy yo. ¿Cómo lo se? Simple, solo hace falta ver un rato de mi vida.

Me considero una persona con la autoestima por lo suelos, con los sentimientos poco desarrollados, con mentalidad de infante, con problemas psicológicos y físicos. Aunque nadie me creé. Esto por que veo que soy una mala hija (tanto de mis padres como de Dios), una mala amiga, una mala persona, soy mala. Nunca puedo conseguir que una persona se sienta bien. Ni si quiera yo puedo hacerlo por mi misma. De ahí viene lo cortante que soy, lo borde que contesto y lo poco sensible con los demás, por mi poca paciencia y auto control.  A lo que me conlleva a ser poco expresiva y acabara rompiendo cosas, sobre todo lastimándose a mi misma cuantas veces sean necesario, no importa de que manera, lo primordial en esos momentos es calmarme. Pero todos esos líos se mantienen en mi cabeza, por temor aun mas al rechazo, por la poca confianza que le tengo a los demás. Y cada una de las palabras se quedan en mi alma vacía y mente sucia destruyendo todo el cariño que puedo guardar como tesoros empolvados y obsoletos que salen a la luz para poder disimular lo que soy.

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