Capítulo 1: Lobo.

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Luego de la prueba para nombrar a los líderes de los grupos de cazadores en Beacon, al anochecer, celebraron con cervezas, jugos y bocadillos en la habitación del equipo JNPR. Weiss se negó a ir, no estaba alegre de la elección y el equipo de Ruby lo sabía, por lo que se limitaron a continuar sin ella.

Yang: Volteas mucho a ver la puerta. No vendrá. Déjala con sus aires de princesa hermanita –sugiere su hermana, abrazándola por el cuello y sirviéndole más jugo.

Ruby suspira y asiente.

Ruby: Trato de llevarme bien con ella... Pero es bastante complicado.

Yang: Piensa que todo debe ser como ella quiere porque siempre se lo dieron, es normal que ahora se le antoje ser líder. Sólo no le des en la maña –le da unas palmadas amistosas y se retira para ayudar a Blake, Zwei solía "acosarla" en una esquina y no encontraba manera de salir.

Ruby tomó unos tragos de jugo y salió por la puerta. Realmente no le gustaba la idea de dejar sola a Weiss. Ingresó a la otra habitación y dejó el vaso en una de las mesitas.

Ruby: ¡Weiiisss te extrañaamooos! –corre hasta la cama de la peliblanco para tirarse encima y abrazarla sobre las sábanas.

Weiss: ¿Q-qué haces, idiota? ¡Muévete! –la empuja. Dejándola sentada en la cama.

Ruby: Oye... Sé que no te caigo bien, pero no necesitas faltar a la fiesta que montaron los chicos.

Weiss: Cállate... No me siento bien, estoy con dolor de estómago... -se acomoda en la cama nuevamente.

Ruby: ¿Y por qué no lo dijiste antes? ¿Tan mal te pone que sea líder?

Weiss: Mi dolor de estómago no tiene nada que ver con las malas elecciones que hacen los directores...

Ruby: Hacemos buen equipo, ¿por qué sientes que fallaré como líder? –indaga algo triste.

Weiss: Porque eres una mocosa que no tiene idea de cómo llevar una batalla –la mira con el ceño fruncido.

Ruby: Weiss...

Weiss: Sal de mi cama, quiero descansar –pide enfadada.

Ruby baja la mirada y luego de la cama lentamente. Sale de la habitación y camina hasta el comedor en silencio, sentándose en la puerta. El viento soplaba ligero, lo que le ayudó a relajarse. Ruby era una persona que solía guardar sus broncas en el interior para liberarlas con largos suspiros o lágrimas.

Jaune: Vaya, que suspiros –dice desde atrás de un árbol con una sonrisa.

Ruby: Oh... Jaune, no noté que estabas.

Jaune: Creo que estás en otro mundo, probablemente sea eso.

Ruby abraza sus piernas y larga un suspiro cargado de gruñidos.

Jaune: ¿Qué rayos fue eso?

Ruby: Rayos Jaune... No sé qué pasa conmigo... Todos evitan a Weiss, es una persona insoportable que nadie quiere cruzarse pero yo no puedo evitar perseguirla...

Jaune: Bienvenida a mi mundo –vuelve a sonreír- He intentado simpatizar con ella varias veces pero... ni caso... A esa chica no hay quien la domine o convenza en algo. Es dueña de todo lo que desea –suspira.

Ruby levanta la cabeza y se queda mirando el árbol en el que Jaune estaba sentado.

Ruby: ¿Quién dice que Weiss no se puede dominar?

Jaune: Ya lo has visto, ella domina todo.

Ruby: Más bien... Creo que escapa de todo o exige, pero no es capaz de dominar lo que ella desea y eso la frustra.

Jaune: Por eso está sola, porque si intentas decir otro color diferente al de ella, te pone en la lista negra –dice poniéndose de pie y sacudiendo sus pantalones- Bueno... Volveré a la fiesta, seguro están por limpiar, es tarde. Cuídate Ruby –se despide moviendo su mano de un lado a otro y por la distracción se tropieza con uno de los escalones, se levanta rápidamente con una sonrisa de "no sucedió nada" y continúa su trayecto.

Ruby se despide de él intentando no reír tanto, se queda observando el cielo un rato y luego se levanta para ir a preparar té, que al terminar, lleva a su habitación, lo coloca al lado de la mesita de Weiss, tapándolo con el plato y luego se sube a su cama, cerrando los ojos para poder descansar. A los minutos, la ojiazul se da la vuelta para mirar la taza, coloca una mirada triste y estira las manos para sujetarla y beberlo lentamente.

Al día siguiente, todos los grupos fueron enviados para cumplir diferentes misiones, la del equipo RWBY era acabar con un Grimm que estaba provocando caos en una ciudad, este tenía el nombre de Siorktack. Las cosas se tornaron difíciles hasta que pudieron idear diferentes planes, por desgracia, algunos habitantes murieron durante la batalla. Cuando la misión fue llevada a cabo, Weiss volvió enfadada a Beacon, tuvo una fuerte discusión con Yang y luego se dirigió a la biblioteca. Ruby la esperó en la habitación, pero al atardecer decidió ir por ella a escondidas. La peliblanco se encontraba en el fondo de la biblioteca, en uno de los pasillos, ojeando un libro. El lugar estaba completamente vacío, como siempre a estos horarios.

Ruby: ¿Estás buscando algo en particular? –pregunta con una corta sonrisa.

Weiss: Sólo que te vayas.

Ruby: No era necesario que culparas a Blake por no haber podido salvar a todos, ella hizo lo que pudo, como nosotras...

Weiss: No. No hizo lo necesario y tú tampoco. Ninguna lo hizo, estuvieron distraídas durante toda la batalla.

Ruby: ¿Tú estuviste atenta?

Weiss: Más que tú, sí.

Ruby se lleva la mano a la nuca y suspira.

Ruby: Deberías ir a disculparte con Blake.

Weiss: Ni lo pienses. Sólo di una opinión y la loca de tu hermana casi me come.

Ruby: Porque heriste a Blake...

Weiss: Claro...

Ruby: Weiss, ¿tú también te sentías mal? –se acerca un poco más a ella.

Weiss: Eso no tiene importancia –la mira de reojo y luego continúa ojeando las páginas, sus ojos se habían puesto lagrimosos.

Ruby: Si algo te duele debes decirlo. Si sientes que hiciste algo mal, puedes arreglarlo.

Weiss: No sé... de qué estás hablando... Ahí estas con tus estupideces diarias... -se muerde el labio inferior.

Ruby: Debes decir que te molesta, Weiss. Si siempre lo guardas, explotarás.

Weiss: Deja de decir burradas, me enferman...

Ruby aprieta la mandíbula, toma las muñecas de Weiss con fuerza, haciendo que el libro caiga al suelo y comienza a jalarla hasta la pared, colocándola contra esta con un golpe seco, dejando sus manos sobre la cabeza. La respiración de la morena era algo acelerada y sus ojos tenían algunas lágrimas que ya recorrían sus mejillas. La mirada de su compañera llevaba cierto impacto por la ocasión y sólo se limitó a observarla con los ojos grandes.

Ruby: A mí me duele que me trates así. No me importa si eres millonaria o si tienes el mundo bajo tus pies.

Weiss: Suelt...

Ruby: ¡Cállate!

Weiss agacha la cabeza ante el grito de Ruby y sus brazos comienzan a temblar.

Ruby: Si me odias, dímelo. Si no quieres que vuelva a dirigirte la palabra dímelo, y no volverás a saber nada de mí. Sólo me verás en las batallas. Si quieres quejarte, quéjate ¿Eso quieres? ¡Dilo Weiss! –levanta la voz.

La peliblanco no responde nada, sólo su cuerpo temblaba un poco. Pasado unos segundos, Ruby suelta sus muñecas y con los ojos llenos de lágrimas y enojo, se aleja a paso veloz. Weiss cae sentada por inercia al suelo, y se sujeta una de las muñecas. Se queda mirando por donde Ruby se había marchado y comienza a llorar.

Continuará.

White Wolf (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora