Capítulo IV.

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Sábado 2 de Octubre; 2016.
La semana que viene teníamos un montón de exámenes, así que aprovechamos este fin de semana para salir.
Laurah, Itzzi, Mia y yo habíamos quedado hoy a las 17.30 en el centro comercial para ir al cine y esas cosas.
Ahora mismo son las 16.00, Clara y yo ya hemos comido y mamá debe de estar al llegar; mientras la esperábamos Clara y yo subimos a mi cuarto.
Estábamos sentadas en mi cama mirándonos. Definitivamente tenía la hermana más adorable del mundo entero, os lo juro.
No nos pareciamos en nada; sus ojos eran enormes y azules, mulata de piel y con el pelo castaño con alguna ondulación, me encantaba. Aún era bastante bajita, obviamente, tenía tan solo seis años, aun así su cuerpo era bastante delgado.
En tanto, yo; con ojos bastante achinados y verdes, con la tez completamente pálida y mi pelo medio rubio; yo también era bajita a pesar de tener quince años, y no, no tenía precisamente cuerpo de modelo, pero me gustaba mi cuerpo. -Mel, te quiero. —me miró con lágrimas en los ojos—
-Yo también cariño. ¿Qué te pasa?
-Es que Mel, echo mucho de menos a papá —me encantaba su voz de niña pequeña— y quiero verle y jugar con él y ya no puedo.
Al escuchar tales palabras de boca de una niña de seis años me conmoví muchísimo y se me pusieron los ojos llorosos a mí también.
-Pero cielo, mamá y papá son más felices así. Tienes que entenderlo. Además en navidades iremos a ver a papá, ¿vale?
Clara asintió con la cabeza y nos abrazamos con fuerza.
Mamá llegó a casa a las 17.00 y yo me fui para coger el bus e ir al centro comercial.

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