Capítulo 3.

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Jade y Anakin estaban sentados al rededor de la mesa del comedor. La noche era oscura, pero despejada. La luz de la luna de Alderaan los iluminaba.

-¿Vive aquí sola, Milady? -Le preguntó Anakin a Jade.-

-No, normalmente con mis padres y mi hermana, pero desde que se llevaron a Aliro, les pedí a mis padres que se fueran. Ahora están en Ciudad Grieta, allí estarán más seguros.

-¿Qué le preocupa? -Susurró Anakin.-

-¿Qué?

-No quiero meterme en su vida, pero debo saberlo, si voy a protegerla.

-No me preocupa nada más que mi planeta y mi hermana... -Añadió Jade, poniéndose en pie y caminando hacia el balcón.-

-¿Está segura? -Anakin la siguió.- Me refiero... Desde que hemos llegado, he notado que está nerviosa, intranquila. Si ocurre algo, no dude en contármelo. Puedo protegerla, de cualquier cosa. Sea lo que sea lo que le preocupe, estoy aquí para usted.

-Gracias, General... -Dijo ella esperando que él repitiera su nombre.-

-Skywalker.

-General Skywalker. -Repitió ella sonriendo levemente.- Aunque agradezco que esté aquí, usted no puede ayudarme... Ni si quiera sé dónde puede estar mi hermana...

-¿Puedo preguntarle algo?

-Por supuesto.

-¿Cómo y cuándo recibió las amenazas? -Añadió él decidido.-

-El día siguiente a la desaparición de mi hermana, un Lord Sith se comunicó conmigo.

-¿Sabría decirme su nombre? El del Lord Sith...

-Creo que dijo que era Darth Tyranus... Era un hombre maduro, alto, con el pelo cano... -Explicó Jade.-

-Sí, El Conde Dooku.

-¿Cómo ha dicho?

-Dooku. Lo conozco bien. Él me hizo un regalo que nunca olvidaré. -Rió señalando su brazo.-

-¿Qué es? ¿Cómo pasó?

-Hace un año. En Geonósis. Tuvimos un enfrentamiento, y al Conde le pareció buena idea cortarme el antebrazo. -Contó Anakin, aunque en un tono divertido.-

-¡Dios! ¡Eso es horrible! -Susurró Jade impresionada, tapándose la boca con una mano.-

-Bueno, ya ha pasado todo. Fue hace mucho tiempo...

Jade se sentó sobre el borde de una fuente que había en aquel balcón tan grande, tomó la mano de Anakin, y lo invitó a sentarse junto a ella.

-¿Cómo es ser Jedi? -Le preguntó ella, apoyando su cabeza sobre el hombro del chico.-

-Es mejor que ser esclavo... -Comentó él simple.-

-¿De qué hablas? -Jade decidió dejar de tratarle de usted, se sentía bien con él, era mucho más cercano tutearle.-

-Nací en Tatooine. Allí no se ha abolido la esclavitud aún. -Le explicó él.-

-Lo sé, hay algunos países en el Borde Exterior de los que la República a penas se preocupa... Siempre he pesando que es muy injusto... Que tu vida esté condicionada por donde hayas nacido... -Suspiró.- Pero tú eres Jedi. Sin importar dónde naciste, has llegado a ser algo grande. Eres diferente, noto algo en ti que me resulta extraño... -Confesó.-

-Dicen que soy el Elegido. Quien traerá el equilibrio a la Fuerza. -Dijo él orgulloso.-

-Oh, así que toda la Galaxia depende de ti. -Rió Jade incorporándose.- Tengo suerte de que me hayan enviado al mejor de los Jedi a protegerme.

-No soy en mejor Jedi. -Rió él.- Mi antiguo Maestro, Obi-Wan, dice que soy impredecible, rebelde y muy testarudo, que me queda mucho que aprender.

-Debes de ser toda una caja de sorpresas Anakin Skywalker...

-¿Y cómo es ser Reina? -Preguntó Anakin.-

-Llevo poco tiempo en el poder... Y he de decir que me ha causado muchísimos problemas... Mi hermana ha desaparecido, los separatistas se han levantado en contra del Senado, y todo el mundo me juzga... Sé que no me comporto como debería de hacerlo una Reina, pero soy joven. Sé que a veces debería ser más seria, pero intento hacer lo mejor para todos aquí... Mi planeta me eligió para dirigirlos, y lo hago lo mejor que puedo...

-Milady, su labor para Alderaan es formidable. Su planeta es uno de los mayores apoyos de la República, sé que desde que la eligieron como Reina, Alderaan se ha convertido en un país aún más próspero. Todos los ciudadanos están muy complacidos con tenerla como Reina. -Señaló Anakin intentando ayudarla.-

-No sé si hago lo correcto... -Suspiró.- Todo ¿para qué? ¿Para qué se lleven a mi hermana y me hagan chantaje? No creo que sea lo mejor para mi familia...

-Su familia estará bien, Milady.

-Llámame Jade, por favor.

-Jade... Es un nombre precioso. -Él sonrió.- Como te decía, tu familia estará bien. Por lo que sé, siempre ha sido muy querida por los ciudadanos. Harán todo lo posible por protegerles, estoy seguro. Además, me tienes aquí para ayudarte en lo que necesites, tu familia estará a salvo, te lo prometo.

-Gracias, Anakin. -Le dijo ella mientras se acercaba poco a poco.-

Jade se colocó frente a él, y le acarició la barbilla. Anakin era realmente guapo, sus labios eran rojos y carnosos, y sus ojos azules y penetrantes, su belleza era masculina, pero perfecta, y su pelo largo lo hacía aún más atractivo.

La muchacha sin pensarlo dos veces lo besó, sintiendo cada movimiento de su lengua y sus labios. Él siguió el beso sin dudar, se dejó llevar por sus impulsos y acarició con sus dedos el cabello de la Reina.

Saltaban chispas, había una conexión entre ellos que ambos habían notado. El beso les transmitía emociones que no habían sentido nunca. Ambos deseaban que fuera eterno, que ese beso no acabara nunca, que pudiesen estar conectados de por vida.

-Yo... Jade... -Susurro Anakin.- Creo que deberíamos descansar...

-Por supuesto... -Contestó ella. Estaba avergonzada, y podía notar el calor en sus mejillas.- Acompáñeme.

Ambos caminaron por el largo pasillo del palacio.

-Me dijeron que debías estar cerca de mí, así que pedí a mis doncellas que prepararan para ti la habitación más cercana a la mía... -Explicó Jade delante de la entrada de la estancia.- Si necesitas algo, no dude en llamarme...

-Gracias, y digo lo mismo. Si ocurre algo, avíseme. Estaré alerta.

-Buenas noches, General. -Susurró ella tímida.-

-Buenas noches, Milady. -Le respondió él con una sonrisa pícara.-

Anakin se desvistió y se tumbó en la cama. No podía creer lo que acababa de pasar. Obi-Wan le había prevenido y le había dicho que tuviera cuidado con la Reina, que había estado con muchos hombres, pero él había sentido algo... No había sido algo simple, había sentido como las chispas estallaban al besar a Jade.

Por otra parte, la Reina, ayudada por sus damas, se preparó para dormir. Tampoco podía quitarse de la cabeza si beso con Anakin. Estaba avergonzada, mucho. Nunca habría pensado que besaría a alguien casi desconocido y menos a causa de un chantaje... Pero Anakin había despertado en ella algo que nunca había sentido, aunque no sabía de qué se trataba.

Madness | Anakin Skywalker (Slow Updates)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora