Capítulo 1.

1.2K 54 5
                                    

La familia Real de Alderaan acababa de llegar a Coruscant. Tenían una reunión con el Canciller en pocos minutos.

Un droide de protocolo los guió hasta el interior del despacho del Canciller Supremo en el edificio del Senado.

En la sala se encontraban también los Maestros Jedi Mace Windu y Yoda.

-Buenos días, Milady. -Saludó Palpatine a la Reina.-

-Buenos días, Canciller. Maestros... -Respondió la chica que se sentaba en un sofá acompañada de sus padres.-

-Me temo que lo ocurrido con su hermana es una absoluta tragedia. -Continuó Palpatine.-

-Lo sé, por eso precisamente estoy aquí. Quiero saber si van a solucionarlo... -Alegó ella muy decidida.-

-Por supuesto. La República pondrá todo su empeño en encontrar a su hermana Aliro. Les devolveremos a la pequeña sana y salva. Se lo aseguro. -Aseguró Windu.- Pero debemos tener algo de información sobre lo que ocurrió. ¿Pudieron ver a alguno de los secuestradores?

-No. -Contestó Jade.- Era de noche...

-¿Sabe de alguien cercano que quiera haceros daño?

-¡No! -La Reina se alteraba con ese tipo de preguntas.- Alderaan es un planeta tranquilo, los habitantes están conformes con mi mandato como Reina. No creo que nadie quiera hacernos mal, y mucho menos usando a una niña pequeña...

-Entonces cosa de los separatistas podría ser. -Dedujo el Maestro Yoda.- Si mi memoria no falla, Alderaan votó hace dos días, a favor de conceder mayores poderes al Senado, algo que a los separatistas no favorece.

-Maestro, ¿está diciendo que han secuestrado a mi hermana por razones políticas? -Preguntó Jade.-

-Podría ser. -Completó Windu.- Sea como sea, la encontraremos.

-Agradezco su seguridad, y espero que sus palabras sean acordes con sus acciones.

-Milady. -Le dijo el Canciller.- Como director de esta galaxia, considero que necesita protección...

-Me siento segura en mi planeta, y si soldados de la República llegan, mis ciudadanos pensaran que algo malo ocurre. -Se negó Jade.-

-Milady, algo malo está ocurriendo. Debemos velar por su seguridad. Si usted lo prefiere, no enviaremos soldados. Un Jedi podría ser lo que usted necesita.

-Aceptaré con la única condición de que sea discreto. No quiero que se sepa nada de esto, no quiero que cunda el pánico. Alderaan debe seguir siendo tal y como es.

-Así será, se lo aseguro. -Sonrió el Canciller.- Y no dude ni un segundo, que todos nuestros empeños están ahora en encontrar a su hermanita.

-Muchas gracias. -Se despidió ella de los presentes, de forma concisa.-

La Familia Real volvió a Alderaan en pocos minutos, ya que era uno de los planetas más cercanos al núcleo.

Llegó la noche. Jade, por más que lo intentaba, no podía conciliar el sueño, no podía parar de pensar en Aliro.

-Milady... -Susurró una de sus damas mientras entraba con cuidado en sus aposentos.- Alguien ha establecido comunicación con el Palacio.

-¿De quién se trata? -Le preguntó la Reina.-

-No lo sé. El holograma de un hombre está en el comunicador de su despacho.

-De acuerdo, iré enseguida. Gracias.

Jade se levantó de la cama y fue hasta el despacho.

-¿Quién es usted? -Preguntó Jade.- Es de madrugada, no creo que sea el mejor momento para entablar una conversación...

-Permítame que me presente. Mi nombre es Darth Tyranus. -Le explicó aquel hombre.-

-¿Darth Tyranus? ¿Es un Lord Sith?

-Es usted muy inteligente, Milady. -Sonrió levemente.-

-¿Y qué quiere de mí? -Le preguntó Jade sin rodeos.-

-Principalmente infórmale de que tenemos a su hermana.

-¡Aliro! ¿Por qué? -Le gritó.- ¡Tan solo es una niña! ¡No ha hecho nada malo! ¡Si tienen problemas con las decisiones que mi planeta ha tomado en el Senado, den la cara y hablen conmigo! Pero mi hermana no tiene nada que ver en esto...

-No es ningún tema político. -Rió él con superioridad.- La necesitamos. Si usted nos ayuda, su preciosa hermanita no sufrirá ningún daño. Y ni decir tiene, que la República no tiene que intervenir en los planes.

-¿De qué se trata? -Le preguntó Jade muerta de miedo. Se temía lo peor, y o quería verse chantajeada por los separatistas, una Reina debía ser más fuerte que eso.-

-Hemos sabido que se le enviará un protector Jedi. Su misión será seducirle y hacer que se una a nosotros. Es un muchacho joven y algo egocéntrico.

-¿Cómo pretende que haga eso?

-Oh vamos, Milady. La Galaxia entera sabe con cuantísimos hombres ha estado la Reina de Alderaan. -Rió.-

-Mi vida privada no es cosa suya. -Gritó la Reina.-

-Es cierto. No lo es. Sólo me interesa lo que haga con el Jedi. Si consigue seducirlo y hacer que coma de su mano, se unirá a nosotros y después, Aliro será libre.

Jade suspiró. No quería aceptar, pero sabía que la República no tenía nada que hacer contra los separatistas, y si no lo hacía, su hermana moriría, eso lo había dejado claro Darth Tyranus.

-¿Y bien, Milady? -Preguntó este esperando una respuesta de la Reina.-

-De acuerdo... Lo haré....

-Bien, me alegra que por primera vez Alderaan y los separatistas estemos en el mismo bando. -Rió.-

-Eso nunca pasará. Alderaan siempre apoyará a la República por la que luchó... -Se defendió.- Pero mi hermana es demasiado importante para mí...

-Sea como sea, tú tienes algo que yo necesito, y yo tengo algo que tú quieres. Como des un sólo paso en falso, tú hermana morirá, ¿me oyes?

-Sí... -Asintió la Reina conteniendo las lágrimas.-

Madness | Anakin Skywalker (Slow Updates)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora