#25: Domingo 21

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—Te voy a extrañar... —dice Jessica con la garganta ennudada —mucho —concluye.

Ivan le toma las manos en el momento en que siente su voz temblorosa.

—Volveré.

—Lo sé.

—Pues tranquila, todo saldrá bien.

—¿Y si cambias?

—Ni lo notarás, hablaré contigo todos los días.

—¿Y si te cansas de hablarme?

—Nunca me he cansado, ¿por qué lo haría ahora?

—¿Y si me canso de esperarte?

—¿En serio no me esperarás? —dice Ivan entrecerrando los ojos y apartándose un poco de ella.

—No, nunca dejaría de esperarte —ella sonríe forzosamente.

—Vale, volveré muy pronto ya verás —responde el chico sonriendo ampliamente disfrutando de la falsa sonrisa de Jessica.

Él la conoce, la conoce tanto que reconoce los sentimientos detrás de cualquiera de sus sonrisas. Sabe que no está feliz aunque ella alegue lo contrario para que Ivan no se vaya preocupado. Sabe que nada será lo mismo, que no tenerla cerca le afectará sobremanera. La extrañará, sí, y mucho pero el marcharse es un hecho que no se puede evitar.

Ya casi son las doce, el vuelo a Canadá está por abordar. Ambos se levantan del asiento que ocupaban en el aeropuerto y se abrazan cálida y prolongadamente. Un suspiro se escucha por parte de Jess y de Ivan se nota una suave melancolía. Ninguno de los dos se quiere separar, prefieren estar así eternamente deseando que el momento nunca acabase. Pera nada es como ellos desean. El momento llega a su final. Se sueltan lentamente tan lento como se le escapa una pequeña lágrima a la castaña.

   —Cuídate —musitó Jessica

   —Tu cuídate más —dijo Ivan con voz firme —si te pasa algo no sé ... Bueno, no sé. Simplemente no sé —concluye.

  —No me olvides.

   —Jamás, ni que Dios quiera.

   Otra lágrima logra escabullirse y escapar de la mirada profunda de Jess. Ivan la seca delicadamente con su pulgar.

   —Comprendo tu tristeza pero no hay que llorar.

   —No mando en mis sentimientos —dice Jess limpiando la tercera de sus lágrimas.

   —Me duele verte llorar.

   —Pues no me veas —Jessica vuelve el rostro a su derecha para evitar ser vista por él.

   Ivan la abraza nuevamente. Joaquín y los padres de Ivan esperan pacientemente del otro lado del pasillo mientras Jess e Ivan conversan a gusto olvidando el mundo a su alrededor. Jessica toma valor de una vez por todas y le transmite sus pensamientos a su amigo.

   —¿No has pensado que pasaría si encuentras una novia?

Él quedó confundido, ¿A qué se refería con eso? ¿Será que ella quiere ocupar ese puesto en su vida? ¿Será posible que Jess guste de él? ¿Acaso ella quiere que anden de novios? Ivan no sabe cómo sentirse respecto a esta nueva situación que se forma en su cabeza, tener una relación seria con alguien y peor aún, a distancia y que ese alguien sea Jess.

—¿Que quieres decir? ¿Qué pasa si encuentro a alguien a quien amar? —pregunta totalmente nervioso a lo que ella pueda responder.

—No querrás volver. Tal vez Canadá te sienta tan bien que tampoco quieras volver. Quizá sí halla alguien esperando por ti allá y te olvides de mi. Tal vez sea yo quien se quede esperándote por siempre —Ivan solo se limitó a escucharla tratando de entender —Tal vez cambies a tal grado que ya no me soportes. Es posible que yo misma cambie y que nada vuelva a ser igual.

Lo cierto es que a Jess le preocupa mucho el resultado de las cosas, que cambien, que su relación se vaya al olvido, que cuando se reencuentren si es que algún día pasa, sean sólo dos desconocidos que solían conocerse muy bien.

—Todo cambia —Ivan comprendió su mortificación —Nada es para siempre, nosotros somos los encargados de que cambien a mejor. Pueden venir un millón de mujeres a mi vida, pero jamás te cambiaría, porque tu eres tu y lo que hemos vivido no lo viví con nadie más, solo contigo. Porque lo que vivimos lo quiero seguir viviendo contigo y solo contigo una y un millón de veces más. Por favor, confía en mi. No te defraudaré.

Hacen el llamado para el vuelo que Ivan debe abordar. Jessica no está del todo convencida pero debe dejarlo ir, se supone que eso debe hacer. No puede hacer nada para impedirlo piensa, solo le queda aguardar y seguir siendo ella, esperando realmente no perderlo.

—Ve con Dios.

—Amén.

—No te olvides de pensar en mí de vez en cuando. —le pide ella con los ojos húmedos y una sonrisa fingida en el rostro.

—Lo haré —se acercó lentamente a ella y le pintó un beso en la mejilla y así fue el adiós, solo con la mirada.

A varios metros de distancia el vuelve la vista atrás, le sonríe, la ve parada al lado de Joaquín y sintió celos, celos por su amiga por primera vez, celos de él que estará tan cerca de ella. Jessica al ver su sonrisa solo levanta la mano para despedirse en un gesto derramando su última lágrima, desde ese momento en más tratará de ser fuerte. Por lo menos por ahora podrá conversar con Ivan como de costumbre y eso la aliviaba.

Ivan quedó pensativo, habían despertado nuevos sentimientos hacia ella. Acaba de marcharse y ya quería volver. Experimenta cosas nuevas, se siente vacío, su cuerpo está allí con él pero su alma no. No logra comprender que le pasa, es una mezcla de tristeza y decepción, grave combinación. Muy en el fondo imaginarse como novio de Jess no le parecía tan mala idea, mejor dicho le agradaba en cierta forma por eso al descubrir que esas no eran las intenciones de la chica se decepcionó un poco. Desde que tenga la mayoría de edad volveré lo sé, se dijo a a sí mismo. Acaba de partir y ya hace planes de regresar.

Hey amigo, te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora