The end

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Ivan la vio, ahí. Tan fresca, brillante, tan feliz. Estaba sentada en un banco del parque mirando a las aves y a los niños jugar, resplandeciente y relajada. Se preguntó porqué nunca la había visto con esos mismos ojos con los que la miraba esa tarde. Siempre había estado allí, siempre había sido la misma Jessica, habían visitado ese parque un millón de veces pero ahora es difícil saber qué había cambiado que toda esta escena le resultaba diferente. Quizá fue el beso, quizá el tiempo, quizá todo, quizá nada.

   Caminó los pasos restantes y se detuvo justo detrás de ella a pesar de que la chica todavía no notaba su presencia. Joaquín se adelantó y la saludó con un cálido abrazo, ella respondió de igual manera mientras sonreía ampliamente. Nadie dijo nada, solo las miradas se hablaron: Joaquín miró sutilmente hacia Ivan haciendo a Jessica girar inconscientemente. Y lo vio, y no lo creía. Restregó sus ojos pensando que era una mala jugada de su mente pero no. Las miradas volvieron a gritar. Lo palpó para asegurarse de que en verdad estuviera allí y que no era solo un juego.

   —¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué? —se preguntó a sí misma en voz alta sin salir del pequeño shock.

   —¡Hola! —responde Ivan levantado su mano derecha inocentemente con una sonrisa de oreja a oreja.

   Jessica miró a Joaquín tratando de preguntarle sin palabras qué estaba pasando. No consiguió respuesta, simplemente caminó hacia su mejor amigo y lo tomó en sus brazos tan fuerte que creó una cadena invisible a su alrededor con la insignia "No te vayas nunca" grabada en ella.

   —¡Emm!... bueno, nos vemos en el auto —Avisó Joa antes de escapar de su momento incomodo de ser la tercera rueda. Unos instantes después de esto ambos soltaron.

   —¿Qué se supone que se debe decir en un momento cómo este?

   —No sé, primera vez que me sucede —responde el chico.

   —¿Tal vez otro hola? —ambos explotaron en sonrisas.

   —¿Cómo estas?

   —No sabía que venías —evadió la pregunta —Hubiese preparado el cuarto extra —comienza a explicar Jessica mirando hacia abajo sacando cálculos  —hubiese hecho una pequeña fiesta, te hubiese horneado tu pastel favorito, hubiese invitado a tus zorras y a tus amig... —se interrumpe ella misma para saltarse a otra pregunta causando que Ivan se carcajee — ¡Espera! Primero ¿Qué haces aquí? —se queda expectante.

   —¿Crees que tus padres no se molesten si me quedo en el cuarto de huéspedes indefinidamente? Quizá... permanentemente —dice nervioso insinuando cada palabra.

   Jessica se toma un minuto para procesar la pregunta.

   —¿Te quedarás?

   —Eso parece.

   La chica en un brincó de felicidad aterrizó en sus brazos haciéndole cortar la respiración de tanta fuerza que aplicó en el agarre. Ivan aunque no podía respirar amó su reacción.

   —Y bueno... volví para que estemos juntos —prosiguió Ivan.

   —Claro que sí, para siempre —dice Jess apartándose suavemente  del muchacho.

   —O sea, juntos juntos —intenta juntar sus manos expresivamente para explicarse mejor.

   —¿Juntos juntos?

   Ivan calló para que ella interprete sola a lo que se refería. Al cabo de un rato Jessica suspira y empieza a hablar.

   —No sé Iv, lo nuestro puede ser un problema.

   —¡Hey! Hacía tiempo que no me llamabas así —comenta echando una carcajada.

   —¡Concéntrate! No podemos estar juntos, porque juntos juntos nos apartamos el uno del otro, ¿No ves que no nacimos para ser novios?

   —Jess, no importa si nacimos o no, eso ya es pasado —hace una pausa para reírse de sí mismo y hace un cambio drástico para explicarse mejor —Estos últimos días he notado que en serio quiero estar contigo, quiero recitarte poemas ... Ok, soy muy cursi y quizá siempre te recite el mismo porque no creo escribir algún otro, pero quiero recitar ese poema siempre para ti, quiero cantarte canciones extrañas como Toxicity de SOAD y bailar contigo otras como Revolution de Diplo, quiero que me invites un capuchino y tener que pagar yo, quiero enojarme contigo y luego pedirte disculpas, quiero ser un tonto para que te molestes y comprarte un regalo para que me perdones, quiero que veamos películas hasta que salga el sol, quiero que me envíes mil whatsapps y responderte mil y una vez, quiero... Bueno no sé, quiero.

   —Creo que te entendí pero es que...

   —El detalle es que quiero todo, y lo quiero contigo.

   —Ivan —su voz flaqueó —Estoy saliendo con Joaquín —y solo lo soltó de una vez.

   —¿Pero no me amas de igual manera?

   —No sé, te dije que esto es lo mejor. Joaquín es una gran persona y Lorelei es perfecta para cualquier hombre y ...

   —Hubiese sido mejor que me dijeras todo esto antes de dar mi discurso —dice Ivan ocultando la terrible decepción que casi lo ahogaba,  que casi lo hacía llorar.

   —Perdóname —pronuncia Jess antes de caminar hacia el auto.

   Ivan la sigue con el paso que su alma puede dar: muy, muy despacio. Jessica va pensativa pero con rapidez, muerde sus labios, no sabe cómo enfrentarse a la situación, va temblorosa, dudosa  hasta que mandó todo lo que es correcto al demonio y dio media vuelta. Empezó a sentir que tomaba la mejor decisión, corrió tan rápido como sus pies le permitieron y saltó a los brazos del chico. Se miraron fijamente a los ojos sellando el momento con un beso, besándolo a él, a su no mejor amigo, a su mejor amigo y ahora el amor de su vida. El cuerpo de Ivan se tardó dos segundos en responder a lo que pasaba, estaba paralizado.

   —¡A la mierda lo que es correcto! —dijo la chica sonriéndole, brotándole felicidad de los poros. Ivan solo sé limitó a apreciar su belleza tan de cerca que su respiración le estremecía, ahí, en el medio del parque, donde los niños son felices, donde las palomas vuelan libremente, donde la naturaleza florecía a plenitud, donde dos almas estaban como querían estar: en total sincronía.

Hey amigo, te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora