Había sido una noche bastante larga, como ninguna de las que su mente podía recordar y durante el par de horas en las que consiguió conciliar el sueño se la había pasado teniendo sueños extraños, el colchón de su cama y su confortable almohada parecían hechas de piedra. Se despertó a las cuatro y media de la mañana; considerando que en poco tiempo tendría que levantarse y prepararse para ir a la escuela (de lo que pocas ganas tenía, pero ninguna excusa realmente válida para no asistir), de mala gana se arrastró hacia un borde de la cama y se obligó a sentarse allí; su cuerpo le daba la sensación de pesar toneladas por lo que sus movimientos eran lentos y negligentes. Podría haber culpado a su falta de sueño y aunque en gran parte era cierto, la realidad era que la incertidumbre le desarmaba. Lo sucedido en el jardín trasero de su casa hacía apenas unas horas era lo que con certeza lo tenía tan preocupado y literalmente le quitaba el sueño... una sonrisa ladina se dibujó sobre sus labios, en verdad estaba portándose como un tonto y tal vez, no, con seguridad estaba armando una tormenta en un vaso de agua. Las escenas de su último encuentro con su ahora exnovia comenzaron a llover en su mente:
— ¿Eres consciente de que estuviste comportándote muy extraño todo el día? —preguntó So Eun, meciéndose hacia adelante y hacia atrás con lentitud mientras tomaba con ambas manos las gruesas sogas que soportaban el columpio en el que estaba sentada. Observaba de reojo a Yixing, que se mecía igualmente en el columpio contiguo. A él siempre le habían gustado por lo que suplicó a su tía para que instalara un par en el jardín trasero.
—No creo que haya sido así —se apresuró a responder el muchacho de cabellos negros, obligándose a sonreír de manera amplia.
La joven a su lado soltó un suspiro y limitándose a mirar sus pies (sabía que así el otro se sentiría menos presionado), se dispuso a retomar la palabra. —Justo de eso hablo. Después de tantos años de conocernos, puedo atreverme a aseverar que sé distinguir perfectamente entre tus sonrisas reales y las forzadas, por cierto no te había visto usar una de esas desde hace años —hizo referencia a la última y el chico lo entendió.
—En verdad estoy bien, no tienes de qué preocuparte —aseguró él, comenzando a impulsarse con mayor fuerza y rapidez, haciendo uso de sus piernas.
Un silencio incómodo los rodeó, lo que resultaba poco usual entre ellos. Se conocían desde que Yixing se había mudado a Corea poco después de que cumpliera los 4 años y habían sido vecinos desde que ambos podían recordar. No pasó demasiado tiempo para que se hicieran mejores amigos y se conocían tan bien que en verdad a veces parecía que pudieran leerse el pensamiento, creían conocer todo el uno del otro; tristemente So Eun se dio cuenta de que no era del todo así.
—Debemos terminar —soltó por fin ella, casi provocando que Yixing se cayera de espaldas del columpio.
— ¿Qué has dicho? —El gesto del más alto denotaba completa confusión— ¿Finalmente has hallado a alguien?
—Me avergüenza un poco admitir que no me había dado cuenta antes —continuó diciendo ella, al tiempo en que se levantaba para ponerse frente a su gran amigo y le dedicaba una de sus cálidas sonrisas, apresurándose a volver a hablar cuando notó que el antedicho se disponía a hacerlo—. Sinceramente ya había comenzado a tener mis sospechas desde hace algún tiempo —entrecerró sus ojos con levedad—, pero las confirmé por fin hasta ayer. Cabe añadir también que me sentí un poco herida por tu falta de confianza hacia mí pero lo dejaré pasar porque supongo que te resultaba incómodo debido a las circunstancias... —no terminó de hablar puesto que Yixing se levantó de prisa y avanzó hacia ella en un par de zancadas.
—No comprendo de qué me hablas, te suplico que seas más clara o que al menos pienses en lo que estás diciendo —la mirada sobre los ojos del chico era lastimera— ¿Por qué quieres que terminemos?
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El fantasma del amor (Kaisoo)
Fanfic¿Serán los sueños solo proyecciones en nuestra mente mientras nuestros cuerpos reposan en el sueño profundo? Do Kyungsoo, un estudiante de preparatoria de 17 años, sueña cada noche con un joven de piel canela al que jamás ha visto. Un día, el que li...