Prólogo: El Comienzo

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-Timbre... Los trabajadores nos levantamos... Vamos hacia las taquillas... Y llegáis vosotros y empezáis a detener a personas... ¿Puedo preguntar por qué?

-No, no puede hacer nada, solo contestar a nuestras preguntas...

-No sé por qué estoy aquí, necesito explicaciones, ¡tengo derecho a un abogado! -Necesitaba hablar lo más sosegadamente posible, pero me resulta muy dificil.

***

Como seguramente sabréis, el juzgado es total y completamente corrupto, siempre te implicarán en algo que tú no hiciste, y su servicio de inteligencia puede retocar de tal forma las imágenes que nunca podrás probar que es mentira.

***

La ronda de preguntas sigue, es mejor responder lo que ellos quieren escuchar, si no, la pena será más terrible. La mejor opción es ser desterrado, si pasas un año ahí fuera, luego te dejan volver sin problemas, pero es lo más difícil, hay neotribus salvajes que se alimentan de la basura que tiramos y por lo que parece, también de humanos. Es una suerte terrible, pero es la ley de la periferia. O sobrevives, o mueres. Así de fácil. El juicio acabó, ya está, la ley de la periferia es mi destino. Puede que sobreviva, puede (y es lo más seguro) que muera.

Juzgado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora