Capítulo 1: Desterrado

25 5 0
                                    

Me llevan en uno de esos coches muy parecidos a los de esa película arcaica que me enseño mi abuelo, que, si mal no recuerdo, se llamaba Regreso al Futuro II o algo así...

Mi abuelo y mi padre fueron los que me criaron, dado que mi madre murió al darme a luz y mi abuela cuando yo solo tenía dos meses (los abuelos paternos nunca llegué a conocerlos, murieron en un accidente de aerotren un año antes de que naciera), y solo escuchan canciones del siglo XX. Me pegaron esa aficción y me convirtieron en el bicho raro que soy. Ponían siempre películas del tipo de Regreso al Futuro. Siempre recuerdo cosas de aquella infancia perdida ya en las llanuras del pasado.

El fin de la ciudad se acerca, me dejarán en medio de las ruinas llenas de hiedra de una ciudad llamada en el pasado Florencia, ahora ya nadie la recuerda, son solo ruinas.

El coche desciende y se queda flotando a unos centímetros del suelo, me empujan y me tiran al suelo lleno de polvo y tierra de las ruinas. Me levanto, giro la cabeza y veo al coche alejándose de mí rapidamente. A mi lado hay una mochilita, la abro y encuentro la suficiente dosis de morfina para inyectármela y acabar con mi vida en nada, un saco de dormir y varios paquetes de comida, pero poco nutritiva. Al fondo encuentro un botella, está vacía, el agua será abundante, creo... Aunque puede que esté contaminada, sería lo normal, dada la cantidad de residuos que expulsan las ciudades.

Me adentro en lo que en otro tiempo fue una catedral, ahora solo una carcasa desolada, pero por lo menos no estaré sometido al azote de la intemperie.

Rebusco en mis bolsillos y encuentro la navaja multiusos que siempre llevo por si pasa algo, un paquete de pañuelos, unas monedas que no sé para qué me servirán y un reproductor de música con recarga solar. Enciendo el reproductor y pongo una de las canciones que más gustaban a mi padre y a mi abuelo, Too Much Love Will Kill You de Queen. Me empiezo a adormecer, pero me sobresalta un ruido de pisadas, una sombra se mueve, algo está al acecho.

-¡Eh, amigo! ¿Qué haces aquí? ¿Eres un desterrado nuevo?

Juzgado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora