Capi 3

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Con la mirada perpleja ante aquella escena, Himawari, por primera vez no sabía cómo actuar. Ella es una maestra en determinados casos, donde se necesite de su ágil mano para hacerles frente a aquellas delincuentes que amanzanan la paz de Takaoka. Pero esto... carecía de lógica absoluta.

Himawari sostenía que al entrar en la academia, podía ayudar a la comunidad, y qué mejor manera de hacerlo que convirtiéndose en una oficial de la ley, pensando que su vida sería más interesante, pero nada más erróneo. No hablamos de países como algunos del medio oriente, o incluso en América, donde hay delincuencia hasta para regalar. Japón está en la lista de los diez países más seguros del mundo, con eso claro, lo único que hay que preocuparse es a ciertas delincuentes, más juveniles que otra cosa, chicas sin oficio ni beneficio. En fin... Himawari pensaba que sería otra típica noche. Hasta ahora...

Himawari conducía su patrulla por las calles de la ciudad, sabiendo bien que hay que esperar lo inesperado, más su pensamiento fue acertado. Cuando poso su vista hacia la residencia Funami, vio que la entrada de la casa estaba abierta, desacelero el vehículo para apreciar mejor en detalle, y cerciorarse de que sus amigas estén bien. Pero un grito que provenía del inmueble, la hizo pisar el freno. Furutani no se hizo esperar, actuando según su estricto entrenamiento, tomo su arma y bajo del vehículo, cerciorándose de que no exista terceros en la escena que tengan relación directa con lo que se situaba en esos momento dentro de la casa, Hima con pistola en mano entro en escena, solo para quedar en shock total.

Minutos antes...

Toshinō Kyōko, o, la rubia cabeza hueca, se encontraba de rodillas con sus manos en la hierba, sobre las cuales derramaba una considerable cantidad de dolor, pero aunque llorar sea una forma de desahogarse, nada bastara para sanar las heridas de su corazón.

Akari observo atentamente los pequeños movimientos de Kyōko, aun no sabía el porqué de su llanto, no tenía idea de cómo ayudarla, ni el porqué de su reacción. Si tanto la amabas... porque la dejaste ir... Kyōko-chan. o me equivoco.

Kyōko se limpió con su mano parte de sus lágrimas, más las que le obstruían la visión. Sus ojos azules estaban opacos, se podía sentir el dolor solo con verlos, pero había algo más, ira. Kyōko se puso de pie, al igual que Akari. Para la rubia el mundo ya no existía, tanto así que no prestaba atención a su amiga, quien le llamaba desesperada.

"¿Kyōko-chan?..."

Kyōko camino hacia el frente de la casa, Akari supo que habría problemas. La rubia no tocó el timbre, con una acción maleducada golpeo con su puño izquierdo la puerta. Mientras espero, preparo su mano derecha, inclino un poco la cabeza, permitiendo a mechones rebeldes de cabello, cubrir parte de sus ojos.

"Kyōko, no esperaba verte por aquí" para suerte de Kyōko, su mejor amiga es quien abre la puerta

Yui... no tuvo tiempo de reaccionar, el puño de Kyōko se estrelló contra su mejilla, con tanta fuerza que fue suficiente para que Yui cayera hacia atrás y besara el piso. Yui se giró rápidamente, con su mano en la mejilla, miro a Kyōko en completo asombro y desconcierto.

Akari soltó un grito de terror, alertando a Ayano y también a la pequeña niña, quienes segundos después aparecieron en la entrada. Akari actuó de manera inteligente tomo a la niña de la mano y se la llevo hacia la cocina

"hola Akari-chan, ¿viniste a visitarme?" la pequeña dijo alegremente

"claro que si Mizuki-chan, ven vamos a jugar"

"pero, ¿que le paso a mamá Yui, porque estaba en el piso?"

"a bueno... eso... es porque tropezó, pero no te preocupes, ella está bien" creo...

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