Capi 5

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La rubia Toshinō, corría apresurada por las calles de la ciudad. Anteriormente estaba de visita inesperada en el departamento de su gran amiga Yui, o más bien se quedó ahí después de clases, de todas formas ella siempre lo hace. después de asaltar su refrigerador, y de jugar un poco con la chica gamer, mas por el tiempo que por otra cosa, abandono el lugar despidiéndose adecuadamente, pues ya se estaba haciendo de noche, y para una chica de su edad, sería algo peligroso deambular sola. Pero de manera repentina empezó a llover, empapándola completamente, debido a que no llevaba consigo su paraguas y la tv le había mentido acerca del clima. Kyōko tenía la opción de regresar donde Yui, pero decidió seguir. Mientras podía refugiarse un poco lo hacía, pensando en la mala suerte que ha tenido. Pero no todo era mala suerte, ella diviso una casa que conocía bien, bueno, no tanto, solo había estado ahí un par de veces, pero no le negarían ayuda solo por hoy.

En una casa nada fuera de lo normal, una chica de hermoso cabello. Estaba preparando con gran esmero, sus presentes de chocolate que se acostumbra a dar el día de san Valentín. Ya sea por amistad o por obligación, para ella siempre es mejor prepararlos que comprarlo ya hecho. Mientras afuera llovía a cantaros envolvió todos ellos, los que serían destinados a sus amigas. Una vez hecho derritió otro poco de chocolate, este servirá para uno en especial. En él puso todas sus habilidades, su esfuerzo, deseando con el corazón que cuando lo entregue a ella, de a notar algo de sus sentimientos, claro, si ella puede dárselos sin sufrir una crisis nerviosa.

Con precisión milimétrica, envolvió aquel chocolate, no era más de forma rectangular, ella no quería ser tan obvia, nunca lo haría en la típica forma de corazón, pero su sabor era único comparado con los demás.

El timbre de la entrada sonó, advirtiéndole que tiene visitas. Bien podría dejar que su madre atienda mientras ella limpia la cocina, pero su madre no estaba, solo por esa noche, ella estaba sola. Grande fue su sorpresa al encontrarse con una rubia de ojos azules, completamente empapada y tiritando de frio, ha de ser.

"hola" dijo ella

Ayano estaba tan sorprendida que no devolvió el saludo, se quedó mirando hacia la nada, eso porque Kyōko entro en la casa sin ser invitada. Nunca lo hubiera imaginado, ella saltaba de alegría pero no lo demostraría

"To-Toshinō Kyōko... ¿qué haces aquí?" para la rubia, Ayano es la más linda de todas las chicas de la escuela, sus ataques de tartamudez, y sus adorables sonrojos la hacen única

"vine a robarte princesa mía"

"¿Qué? ¡Que!" cualquier palabra estúpida que salía de aquella rubia, Ayano lo interpretaba de una forma un tanto color rosa

"Na era broma. Estaba de paso, y quise pasar a visitarte"

Ayano adquirió un adorable sonrojo, le dio la espalda a la rubia para que ella no lo notara. Respiro lentamente para tratar de acallar su corazón agitado, más que ella no puede estar. Al estar más calmada, cosa que le tomo varios minutos, miro a la rubia, y luego al charco de agua bajo sus pies.

"olvidaste tu paraguas" Kyōko asintió sonriéndole "eres tan descuidada" estando en ese estado puede parar algo, con respecto a la salud de Kyōko "no tienes remedio" Ayano siempre ocultaría lo que siente por Kyōko, pero no se da cuenta que al hacerlo es muy obvia con respecto a lo que siente

"me puedo quedar aquí, hasta que deje de llover"

"no hay de otra" un tiempo a solas con la rubia no estaría tan mal, pero no de ese modo "pero, mejor ve a darte un baño caliente, te puedes resfriar"

"es muy lindo que te preocupes por mi"

"yo-yo yo no estoy p-preocupada por ti" Kyōko veía divertida como Ayano trataba de dar una explicación, que ella sabía que era mentira "estas ensuciando el piso, y puedo ver atravesó de tu ropa"

DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora