Capítulo segundo.
''Juré que nunca confiaría mi corazón a nadie.''
Decidí descansar de estudiar sobre la reproducción de las estúpidas lombrices cuando el cielo ya estaba totalmente oscuro, y las farolas iluminaban la carretera. Cogí una lata de cocacola; mi total adicción, y me senté en una silla de la encimera de color negro que estaba en medio de la cocina. Mamá aún no había llegado, y en verdad, me acojonaba bastante estar sola en casa a las nueve y media de la tarde a mis diecisiete años. Tragué un sorbecito de cocacola y dejé la lata en la encimera.
La casa solía estar así de sola desde qué mi padre se fué con mi profesora de matemáticas, más de quince años más jóven que él, por no decir que ella estaba prometida. Sin embargo, eso no paró a Marcus Meagnoli, tampoco le paró saber que tenía una hija de cinco años años y una mujer que apenas había salido de la carrera de cirujía cardiologica. Al parecer, mi padre engañó a mi madre unas cuantas veces más con Brittany; en su viaje de negocios a Las Vegas, y con Tiffany; su ex secretaria, que ahora mismo trabajaba con su marido en una de las mejores empresas del país fundada por ellos mismos de moda.
Ahora Jessica -la profesora particular- y mi 'padre' criaban una linda familia de dos gemelos y una chica en Canadá. Creo que papá fué el qué dijo que irían a Canadá, para estar más lejos de nosotras. Desde entonces, mi madre no ha salido con ningún hombre exceptuando a un enfermero que trabajó con ella, pero también la dejó colgada cuando se fué a Noruega, su país de origen.
Por lo qué veís, yo crecí con una madre. Una madre bastante extraña, pero una buena madre. Quiero decir, solía quejarse bastante, pero aparte de eso, era un modelo a seguir perfecto. Era responsable, muy organizada, y fuerte, aunque sabía que solo pretendía parecerlo. Yo sabía que ella estaba dolida, y qué muy en el fondo, aunque lo niegase, ella odiaba con todas sus fuerzas a Marcus, por dejarla con el corazón roto, que aún no había cicatrizado por mucho que ella lo hubiese intentado.
Tragué un sorbo de cocacola, y decidí que debería de llamar a John y preguntarle que tal. Miré la hora, aun era una hora aceptable para llamarle, por lo qué cogí mi móvil y le dí a su contacto. Pi…., la primera señal. Después, empezó a sonar una canción de rock que solía escuchar, y que también era su tono de llamada. Tamorilé los dedos en la encimera, y volví a beber cocacola.
-Hola Rine. -dijo con voz cansada John.
-¡Hey John! ¿Qué tal, moribundo?
-¿Cómo imaginas que estoy? Nada bien, parezco Rudolff con la naríz roja. Además los ojos parecen las mismas cátaras de Niagara.
-Eso suena mal.
-Eso suena fatal. -dijo alargando el fatal. -Ahora dime, ¿he perdido mucho hoy en clase?
-Bueno, aparte de qué la Señorita Morrison nos ha contado sobre los problemas de su fracasada relación y que el Señor Patrick me ha hecho correr diez minutos, nada. Ah bueno, sí, mañana hay examen de biología de los últimos tres temas.
-Que asco, no sé si podré estar.
-Uy sí, que asco. -dije rodando los ojos.
-¡Marine Riley, sé qué has puesto los ojos en blanco! -reí ante su comentario.
-Qué listo es usted. -respondí con guasa.
-¡Está bien, está bien! Me voy que mi madre me quiere dar droga.
-¿Droga? -pregunté riendo
-Alías Ibuprofeno.
-Venga, recuperate. -respondí. El me dijo un ''Adiós Rine'' y colgamos a la vez.
Habían pasado veinte minutos, así qué con prisa me levanté, tiré la lata y me fuí a duchar con agua fría, ya que me ayudaría con el último tema de biología. Carly corrió detrás mía, siguiendome. Ella adoraba ver cómo las gotas de agua resbalaban por la mámpara, y yo adoraba ver como ella se divertía con esa cosa tan minúscula, tratando de cazar una desde el otro lado. Aunque eso sí, cuando llegaba la hora de lavarla, corría como sí llevara el alma del diablo en ella. Cómo todos los gatos, ella detestaba el agua.
Me senté en la cama, y rebotó con mi peso un poco. Acomodé las almohadas para que me sintiera cómoda, y cogí mi cuaderno de biología. Respiré hondo, y empezé a leer todo dos veces. Media hora después había memorizado todo lo que me faltaba. Decidí ir a mi portátil al salón y encenderlo de nuevo en mi escritorio. Escribí twitter.com en la barra de búsqueda y entré con mi cuenta.
Empezé a leer algunos tweets de gente que seguía, y un chiste me hizo reír bastante fuerte. Supongo que ya entendía porqué todos los adolescentes adoraban esta página social. Entré en un apartado que ponía actualizaciones, y pude ver que había gente que me había seguido, que no eran pocos. Casi todos de los que me habían seguido, habían ''retwitteado'' una frase de canción. Entré mi perfil y dí a un botón que aparecía un sobre de mensajería. Se llamaba ''Mensaje privado''.
@Boyhangover: Pensaba que todas las adolescentes estaban locas por el pop.
Fruncí el ceño y miré su perfil. No todas las adolescentes son así, pedazo de arrogante, pensé. Su cuenta estaba toda decorada con fotos de varias bandas de rock, como greenday, blink185, All time low y demás. También ví que le seguía, aunque no recordase que lo hubiese hecho. Agotada de un dolor de ojos bastante fuerte, decidí ignorar el mensaje por ahora, y cerrar el portátil. Empezé a bostezar, por lo que aparté todas las almohadas, y me metí dentro de mi caliente cama. Enseguida, noté a Carly a mi lado. Apagué las luces e instanteamente me dormí.
Noté que el colchon a mi espalda se hundía por el peso de una persona.
-Los hombres son un asco. -susurro una voz femenina en mi oído mientras apartaba un mechón de mi cara. El aliento olía a alcohol. Reconocí la voz, era mi madre. Me hize la dormida, no quería que parase de hablar. -Te quiero. -añadió aun más bajo y besó mi frente. Noté como el colchón volvía a la normalidad y oí como la puerta se cerraba despacio.
-Yo también te quiero. -susurré mirando a la ventana. Fué entonces que juré que nunca confiaría mi corazón a nadie.
Nota de la autora:
¡Aquí el segundo capítulo! Espero que poco a poco esta novela vaya gustando más. Porfavor, si lees esto, o el capitulo, comenta o vota, no seas un lector fantasma. A todos que se esfuerzan por escribir, le gusta saber que su trabajo es bueno o divertido. Además, me encanta socializar?) xxx.