Wild

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La primera vez que vi a Sophia Spellman fue en la noche de navidad cuando su hermano se comprometió con Mack. Conocí muchas mujeres hermosas en mi vida, pero ella era algo más. Más allá de su belleza física, esos ojos oceánicos, esos rasgos delicadamente bellos, ella era una fuerza en sí misma. Después de que nos presentaron ella me ignoro. Cuando todas las mujeres se apresuraban a hablar conmigo y tratar de seducirme esa pequeña sencillamente me ignoro. Trate de entablar conversación con ella varias veces y aunque me contestaba de forma cortes y simpática no trato de seducirme en ningún momento y me tenía intrigado. Le pregunte a Mack si ella tenía novio, quizás si estuviera enamorada explicaría todo pero Mack simplemente me dijo

_ Sophy está sola y le encanta ser libre así que si te interesa te deseo suerte tratando con ella_ y se fue con una sonrisa misteriosa. Y no... no podía ser... joven, soltera, con una carrera en ascenso, millonaria y libre como el viento. Era la clase de mujer que podía hacerme caer... así que decidí darle el mismo tratamiento que ella a mí. La trate de forma cortes pero la ignore.

Nos cruzamos varias veces luego por distintas cosas de la familia. Incluso cuando nacio la bebe de Colton y Mack pero siempre era lo mismo, una distante amabilidad. Nunca cruzabamos mas que un par de palabras y muchas miradas. Asi pasaron varios meses...

Sin embargo el destino es caprichoso. Un mes después estaba en una fiesta en California, unos amigos venían a la temporada de surf y la estábamos aprovechando con todo. Entonces la veo. Enfundada en un sensual vestido blanco de un solo hombro, con el cabello volando por el viento de la terraza bailando con unas mujeres de la fiesta. Me acerque a ella y comencé a seguir sus sensuales movimientos de baile. Si me reconoció no me lo demostró. Solo bailo conmigo dejándose llevar por la sensualidad de la música. Su cuerpo se contoneaba contra el mío y mi erección estaba causándome problemas entonces me anime y le susurre al oído

_ ven a mi casa conmigo..._ ella no contesto de inmediato y creí que iba a rechazarme pero me susurro

_ te llevo en mi auto_

Salimos de la fiesta sin decir nada. Solo hablamos cuando le di las indicaciones de donde quedaba mi casa. El resto del camino solo fue música y ver como sensualmente ella manejaba su deportivo costoso. Cuando llegamos a la casa ella se quitó los zapatos caminando por la arena. Nunca había visto nada más sensual.

Entramos y no perdimos tiempo. La tome en brazos y busque su boca. Ella se dejó llevar por mi beso, sabia delicioso, como a cerezas era bastante pequeña así que fue fácil subirla a mi cuerpo. Ella enredo las piernas en mi cadera y la llevo a mi habitación.

Nos desnudamos mientras nos besábamos sensualmente. Ella tomo su cartera y saco un condón. Me lo puso sin dejar de besarme, la recosté en la cama y recorrí su cuerpo con mi boca. Era toda curvas y suavidad, sus pechos perfectos, su cintura sensual, sus abdominales estaban suavemente trabajados y cuando llegue con mi boca entre sus piernas encontré dos cosas, un pequeño tatuaje de una golondrina en la curva exacta entre sus muslos y su vientre. Y un piercing de diamante adornando su monte de venus. La recorrí con mi lengua mientras ella gemía y acariciaba mi cabeza. La hice llegar al orgasmo gimiendo deliciosamente. Sabía a cielo. Limpie mi boca con la sabana y subí por su cuerpo de nuevo dejando besos por toda su piel. Ella me beso y parecía aún más excitada por su propio sabor. Entre en ella y se sentía apretada, como un guante de seda a mi alrededor. Comencé a moverme en su cuerpo, a disfrutarla, a hacerla gemir usando todas mis habilidades. Era hermosa disfrutando del placer, entregada, salvaje. Una mujer sensual y dueña de su placer. Pasamos horas haciendo el amor y cuando descansábamos no hablábamos, solo nos besábamos hasta volver a comenzar. Fue deliciosa, la experiencia más sensual de mi vida. Era de madrugada cuando caímos rendidos en el orgasmo por última vez. Nos recostamos y la abrace contra mi pecho. Nuestra respiración se puso lenta de apoco y nos quedamos dormidos.

Cuando desperté en la mañana ya no estaba. Solo su perfume había quedado impregnado entre mis sabanas. No dejo nada. Ni una nota ni su teléfono. Nada. Solo la sensación de que se había llevado consigo una parte de mí.


( edite el capitulo porque me di cuenta de que habia algo mal en la linea del tiempo para el capitulo siguiente, sorry chicas)

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