Sophia Spellman lo tenía todo, dinero, una carrera en ascenso, una familia que la amaba y amigas que darían la vida por ella. Cuando conoció a Morrison "Wild" Midelton supo que el significaría en su vida solo una cosa... problemas.
Morrison "Wild" M...
Vivo mi vida a mi manera. Amo la libertad, amo hacer surf, deportes extremos, viajar. Tengo los medios y la libertad para hacerlo. Nada me ata. No me mal interpreten amo a mi familia, adoro a mis sobrinos pero mi idea de la vida no es anclarme en un solo lugar. Quizás en un par de años, con una buena mujer e hijos, pero no ahora. Ahora amo ser libre.
Las mujeres me encantan, me fascinan, conocí muchas en mis viajes, todas con su belleza particular, algunas etnias más bellas que otras, son una bendición de sea quien sea el verdadero Dios... pero ninguna me ha atado. Ninguna me ha hecho sentir que quiero quedarme. Todas las mujeres que están conmigo tienen claro el trato. Una noche, dos si son tan abiertas de mente y divertidas como me gustan las mujeres. No más, quizás menos.
Me sentía muy feliz con mi vida, tranquilo, centrado, incompleto, pero feliz. A veces, solo a veces quería tener un lugar a donde volver, un lugar al cual llamar hogar. Con mi hermano y mi padre siempre era bien recibido, pero eran sus casas, sus lugares, me sentía cómodo y podía hacer, ir y venir como y cuando quisiera pero no era mi hogar.
Entonces compre esta casa en California, más exactamente en la playa de santa Bárbara. Me enamore de ella ni bien la vi, no es una gran mansión ostentosa, es más bien una construcción antigua reciclada a nuevo, con salida a la playa y unas vistas hermosas. La compre de inmediato y la amueble con mi estilo. Sencillo, hogareño y cálido. Pero con muy buen gusto.
Podía ir a ver a mi familia cuando quisiera y ellos podían venir a disponer de mi casa como si fuera suya. Pero ahora tenía un lugar a donde regresar. .. Un hogar...
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