Una de las peores tragedias que puede sucederle a un ser humano es que se lo entierre vivo por error. En junio de 2006, Liang Jinshi logró sobrevivir luego de permanecer un largo rato dentro de su ataúd. Los médicos del condado de Tengxiab (China) lo declararon muerto a causa de una fuerte diabetes. Tres horas después del entierro, su esposa se acercó a la tumba y, en medio del silencio, escuchó a su marido pedir auxilio desesperadamente. Minutos más tarde, Liang fue rescatado. Los investigadores declararon que el error se produjo porque el hombre sufrió una catalepsia, es decir, un estado nervioso patológico en el que se suspenden las sensaciones y se inmoviliza el cuerpo en cualquier postura.