Son las 6:05 AM, y necesito alistarme para ir al instituto, o si no llegaré tarde.
A estas horas mi hermano ya se fue, así que hago mi rutina diaria de todos los días; lavar mi cara, cepillar mis dientes, vestirme, desayunar y listo.
— No puede ser, ya es hora — El reloj ya apuntaba 6:30.
Camino desde mi casa a la escuela, no me queda lejos, aún así, siempre trato de venirme a esta hora porque me encuentro en un momento exacto con Anthony y caminamos juntos hacia la prepa. Tal vez sonó muy cursi, claro que nos encontramos, solo que él va por delante de mí y yo atrás de él, y ni siquiera he platicado vez alguna con el. Pero hoy lo intentaré.
Parece que hoy faltó.
...
— Pss... Oye, Érika — Escuchaba que alguien me hablaba muy bajo.
Es Jessica y Alicia.
— ¿Qué? — Les conteste, como una señal de que si las había escuchado.
— ¿Nos puedes pasar los apuntes de matemáticas? — En realidad no sabía si pasar mis apuntes, no es como si los pasara a diario así que se los pase — Gracias — me respondió Jéssica.
— Gracias —Imitó Alicia una voz de señor.
Ha decir verdad me dio risa.
Creo que ya tengo un poco más de confianza con ellas, eso es bueno.
— O-oye Jessica, ¿ya tienen lo de historia? — Susurré en un tono audible.
— ¿Ah? Ah, si — Bien me respondieron, pensé que me iban a ignorar.
— ¿Crees que nos vaya a ir bien? —Intenté alargar la conversación.
— Si, lo creo — Su respuesta fue demasiada seca — Bueno bye Erika.
Si fuera otra, pensaría que es cortante para que ya no le siga hablando. Pero solo es así porque de seguro ella está nerviosa, ya que es la primera vez que le hablo, y como no sabía que decir se fue, sí eso ha de ser.
Sonó el timbre.
Gimnasia, mi clase favorita ha empezado, agárrense chicuelos.
Estamos ya todas cambiadas, e insisto la ropa corta no es lo mío, no sé en qué mundo las mujeres piensan que un short corto es lindo, yo lo prefiero sobre la rodilla.
— Érika, ¿nos puedes cubrir? — Me preguntó Alicia de una forma discreta.
— ¿Qué? ¿A dónde irán? —Les susurré preguntando.
Por supuesto que andaba de curiosa y quería saber.
— Está bien, siendo sinceras, nos queremos saltar esta clase, pero a donde iremos es un secreto —Mencionó la pelinegra, Jéssica.
Me imaginaré cosas terribles, si después de esto misteriosamente suben de nota con algún profesor. Pero es tiempo de aprovechar y unirme al grupo.
— ¿Si las ayudo, me dejan unirme a ustedes y considerarme una de sus amigas? —Internamente estoy muriendo porque digan que sí.
— Si, si, lo que digas, pero por favor hazlo, anda ya tienes mi número de celular —Trató de convencerme Jessica, y lo logró.
— Está bien, solo esta vez —Lo conseguí, ya tengo amigas, y fue demasiado fácil.
Me dirigí a la cancha de fútbol, en el camino iba pensando que cosa decirle al profesor.
— Jóvenes, jugaremos fútbol, mujeres contra mujeres primero —Al parecer el profe ya me miró — Hasta que al fin llega señorita Érika, ¿dónde estaba?, ¿y sus compañeras Jessica y Alicia? — Lo bueno que ya pensé algo para decirle, seré lo más directa posible.