Dos chicos corrían por el bosque que rodeaba todo el recinto del Internado. Sus botas se hundían en la húmeda tierra. Una chica pelirroja encabezaba la carrera, su cabello escarlata se enredaba entre las ramas de los árboles y a gritos demostraba lo rápida que era.
- Vamos, Marcus, te pesa el culo. - La pelirroja giró justo cuando el chico se abalanzó sobre ella.
Skylar y Marcus eran unos de los alumnos más problemáticos del Internado "Nueva Hermandad", dónde se hallaban los jóvenes más problemáticos de todo el país, los cuáles la mayoría habían entrado allí por un crimen mayor, y que debían firmar un contrato en presencia de sus padres que para ellos era una liberación.
- ¿Qué pasa si te entretengo aquí hasta que se haga de noche? - Sus manos vacilaron hasta la cintura de ella y la puso contra el árbol más cercano- Soy capaz de hacértelo aquí mismo.
- Tenemos que volver, si descubren que nos hemos escapado del Internado ya sabes lo que harán con nosotros. - Apartó al chico de enfrente suya y examinó a su alrededor como si tuviese miedo de algo.
- Vamos, Sky...
- Cállate. - Skylar giró su rostro y encontró la despreocupada mirada de Marcus que recorría todo su sudado cuerpo. Varios pensamientos de cruzarle la cara invadieron su mente, pero tuvo que retractarse. Si no llegaban en menos de una hora, tendrían problemas.
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- ¿Dónde coño estabais? - Un chico vestido completamente de negro y con aparencia de estar cansado de esperar, se levantó rápidamente en cuanto vio a Marcus entrar por el portón del Internado - Os he estado buscando por todas partes.
- Tranquilo, Hunter, sólo hemos hecho una paradita. - Marcus dió un bocado a la manzana que sostenía con su mano derecha, escondiendo esa sonrisa de arrogante que solía dedicar a todo el mundo, y sus ojos se trasladaron a la morena que se encontraba al lado de su amigo - ¿Y tú eres?
- Ella es Daria, os dije que hoy venía la chica nueva. - Hunter posó su mano sobre la espalda de la chica y la animó a acercarse a Marcus, le dedicó una confortante sonrisa y volvió a cruzarse de brazos.
Nada más verle, Daria se alejó unos pasos, como si necesitara tomar precaución de aquel chico que nunca había visto antes.
- Un placer, Daria. - Marcus se flexionó exageradamente, haciendo un intento de reverencia y rompió a carcajadas cuando vio la mirada de desprecio que le dedicó ella.
- ¿Y tú por qué estás aquí, niña? - Skylar se acercó a ellos mientras quitaba algunas ramas de su cabello y echaba una disimulada ojeada a la chica.
- Asesinato. - Daria habló por primera vez. No había expresión alguna en su rostro y dijo aquello como quién daba los buenos días, el tono neutral de su voz se asimilaba a la mirada fija que mantuvo sobre Skylar, haciendo que ella se estremeciera.
- ¿Asesinato? - Skylar repitió la palabra como si aquello la ayudase a creérselo.
En "Nueva Hermandad" no era común que alguien entrara por asesinato, había casos, pero esos eran los más complicados de encontrar, pensó ella. Eran llamados "Indómitos" y solían estar apartados de todo el mundo.
- ¿Asesina? Si tienes pinta de niña buena y todo con ese vestidito. - Marcus se acercó a ella y terminó de susurrarle sus propósitos en el oído - Que no me importaría arrancarte.
- Si me tocas, seré yo la que te arranque otra cosa. - La mirada de Daria atemorizó a Marcus cosa que era bastante complicada, era casi como si su mirada lo hubiese obligado a retirarse y eso fue justo lo que hizo.
- Skylar, vámonos. - Marcus se acercó a Skylar, cogiéndola de la mano y la empujó hacia dentro.
Hunter, que había estado callado todo el tiempo, observando la escena, colocó sus manos detrás de su nuca y se colocó frente a Daria.
- Bueno, ¿quieres que te enseñe esto? Es la reconstrucción de un castillo, como puedes ver, nos llevará tiempo y además, hoy no tenemos clase. ¿Te parece?
La actitud de Daria cambió por completo y le dedicó una tímida sonrisa a modo de aceptación.
- Claro.