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Han pasado tres años, donde nos pudimos largar de esa ciudad que lo único que provoco en mi vida fueron desgracias, tres años desde que arrestaron a Harry y a Louis, tres años desde que nació Freddie el hijo de Eleanor, tres años desde que Nataly y Niall empezaron a salir y un año en el que me siento libre sin presión de nadie que me esté manejando mi vida.

-En que piensas- pregunto Eleanor quien se sentaba al lado mio. Nos encontrábamos en el parque mientras veíamos a Freddie jugado.

-Que por fin pudimos ser libres-dije mientras volteaba a verla, esta asintió.

-Sabes con Louis pase momentos increíbles no puedo negarlo, pero como dicen por ahí no todo es color de rosa, lo único que si puedo agradecerle a Louis es que me dio la oportunidad de tener a alguien que ahora es la luz de mis ojos, es el que me ha traído alegría. - pauso- No sé qué decirle- dijo, voltee a verla confundida.

-No te entiendo- dije.

-No sé qué le diré, cuando me pregunte por su padre- dijo.

-Solo espera que llegue ese momento- fue lo único que le dije.

-Y que hay con Adam- dijo Eleanor, sonreí.

- Las cosas van bien, aunque mi temor no me deja compartir del todo con el- dije suspirando.

-Tranquila yo también pase eso con James, pero él me demostró que era alguien diferente que no era como Louis- pauso- Sabes si los chicos no hubieran tenido esos comportamientos machistas, Louis en estos momentos estaría compartiendo con su hijo y Harry...- la interrumpí.

-Sabes nunca me agrado Harry y nunca llegue a tenerle cariño, el arruino mi vida Eleanor... si supieras el temor que me da algunas veces estar cerca de Adam pensando que él pueda llegarme a hacer lo mismo que me hizo Harry, y no solo eso me duele el saber que nunca poder formar un hogar y todo por la culpa de Harry- dije, mientras secaba algunas lágrimas que recorrían por mis mejillas.

- ¿Por qué crees que es culpa de Harry?, Taylor- pregunto.

-Me obliga a tomar unas pastillas anticonceptivas que solo Dios y el sabrán de donde las sacaba, ya que estas venían en un pequeño frasco que ni nombre tenían-dije.

-¿Y crees que por eso has quedado estéril?- pregunto, voltee a verla para después mirar al frente de nosotras. Asentí.

-Eso fue lo que me comento el ginecólogo, cuando fui la última vez- dije.

-Y ¿Cuándo fue esa última vez? – pregunto.

-Hace tres años, me gustaría que cambiáramos el tema no me siento cómoda hablar del pasado, Eleanor- dije, esta asintió. En ese momento se nos acercó Freddie.

-Mami- dijo para después acostarse en su lado y apoyan su cabecita en las piernas de Eleanor.

-Que tienes, pequeño-dijo esta mientras acariciaba el cabello de Freddie.

-Sueño- dijo, mientras bostezaba. Sonrei era un niño hermoso.

-¿Nos vamos a casa?- pregunto, este asintió. Eleanor se levanto junto con Freddie para después cargarlo- Nos acompañas, Taylor- propuso. Me negué para después levantarme del césped y limpiarme un poco los pantalones.

- No tranquila, vayan a descansar yo iré a visitar a alguien- dije, esta se despidió de mi para después irse con Freddie en sus brazos ya que este en un cerrar ojos ya se había dormido en el hombro de Eleanor.



(...)




Toque la puerta lentamente, en la espera de que me abriera la puerta. Baje la mirada hacia mis zapatos, al momento de subir la mirada me encontré con ella, con mama.

-Oh Dios mío- dijo esta para después abrazarme fuertemente, hice lo mismo. Llevaba mucho tiempo sin verme con Norma o como yo e digo por cariño "mama", nos separamos a ella al igual que a mi teníamos los ojos llorosos. Ingresamos a su hogar, en la que en un tiempo estuve habitando en ella, seguía como lo recordaba, era pequeña, pero cómoda. Nos la pasamos la mayor parte del tiempo hablando, riendo y llorando, no le comenté lo que me paso en el tiempo que lleve viviendo con Harry porque no era algo bueno.

Ya había llegado la noche, me despedí de esta prometiéndole que trataría de visitarla más de a seguido algo tratare de hacerlo. Ya me encontraba en mi casa, de algo que si me sentía orgullosa era que gracia a Dios termine mi estudio, tenía un trabajo en una empresa muy reconocida de la ciudad, donde me pagan bien y me siento cómoda en este. Me acosté en mi cama, donde desde hace tres años dormía tranquila y sin temor de que alguien viniera y me hiciera daño.



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Espero que les guste, solo tengo que decirles que le falta poco para que se termine la historia.

Bye.

PosesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora