Capítulo 5

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Akashi apoyó su cabeza en su brazo, irritado con esos ejercicios que les dejo la profesora de matemáticas, en sólo pensar en Mizuki, y mirar esos ejercicios, le hacían doler la cabeza y dejar todo e irse al carajo.

Pero no podía hacerlo. Por más que le gustara, no podía.

—Akashi...

Su libreta casi sale volando, y rápidamente miro a la chica que estaba frente suyo. Esta no le dedicó una sonrisa, en más, no le dedico nada. Sus ojos ya no eran expresivos, eran inexpresivos.

— ¿Mi-Mizuki? —murmuró, y sacudió su cabeza— ¿Qu-Qué sucede?

—Necesitamos hablar, Akashi —dijo—. Lamento lo que le dije, pero era la verdad. Yo no puedo obligarlo a quererme, yo no puedo controlar sus sentimientos, lo entiendo.

Akashi le sonrió extrañado. ¿Por qué sentía tanto dolor al verla así de inexpresiva, dejándolo ir?. Mizuki se sentó a su lado, sin mirarlo.

—No tienes que preocuparte, Mizuki—le dedico una sonrisa—. Siento haberte hecho daño.

—No se preocupe, Akashi —respondió con indiferencia, Akashi hizo una mueca de dolor que disimuló.

Se quedaron en silencio muchos minutos, de vez en cuando; Akashi la observaba de reojo, pensando en todo lo que había cambiado desde que le dijo lo que sentía.

Primero; su personalidad, se volvió demasiado fría e indiferente. Y Segunda; su aspecto, se había cortado su largo y brillante cabello.

Akashi extrañaba eso, pero no podía obligar a Mizuki a ser como era antes.

—Mizuki, ¿podemos volver como antes?—le preguntó suavemente.

—No. —dijo Mizuki fríamente.

Akashi parpadeó sorprendido, y sintió como su corazón se estrujaba empezando a sentir dolor.

— ¿Q-qué?

—No puedo ser su amiga después de todo lo que sentía por usted, Akashi. —le dijo ella indiferente, sin mirarlo—Pero yo no puedo obligarlo a quererme. Pero..., podemos intentar ser amigos.

Mizuki se giró a mirarle, y a través de sus largas y crespas pestañas sus fríos e inexpresivos ojos celestes lo miraron sin emociones. 

Hizo una pequeña sonrisa, que pareció más una mueca dedicada a él. Akashi sintió su corazón latir rápidamente y le sonrió con cariño.

Mizuki dejó de observarlo y miró al frente, dejando de sonreír y volviéndose fría e indiferente para el resto del mundo.

— ¿Entonces..., amigos?—Akashi extendió una de sus manos a ella, quien lo miró de reojo.

—No..., intento de amigos —respondió ella juntando sus manos.

Akashi sintió una corriente al sentir su mano y la de Mizuki juntas, a pesar de que se veían frías por el pálido color de piel de ella, eran realmente cálidas y suaves. Sintió que ya no tenía frío.

Quiso la necesidad de sentir más a Mizuki, incluso más que antes. Sentía una fuerte necesidad de tenerla solo para él.

Arrogant.»Akashi SeijuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora