Martes. El día estaba fresco está ves las nubes no escondían al sol. Me levanté temprano, lo suficiente para arreglar mi uniforme, mis cuadernos, mi cuarto que era un asco y desayunar. Mamá estaba afuera esperando que estuviera lista para ir al colegio. Recorrimos todo el camino está vez llegaría a tiempo, pero cuando llegamos mamá apagó el motor y me quedo viendo.
-Toma- me extendió su mano y sujetaba mi celular- se que estas triste por el cambio de escuela y sabes que no me gusta verte así, sólo te pido que salgas bien en clases, te quiero mucho- Se inclinó hacia mi y me dio un beso en la frente.
-Lo haré, no te preocupes- salí del coche- también te quiero-dije antes de marcharme al aula 32B.
Entre al salón en donde todavía no habían llegado todos, no había llegado el chico de los ojos color café. Esperamos que tocaran la campana y el aula comenzó a llenarse de estudiantes. De último entró en profesor de filosofía Nicholas era joven de unos 27 años y note que quedaba viendo mucho a la chica del cabello rojo, ella cruzaba las piernas y le devolvía la mirada. Escuche que atrás se reían.
-Hola- dijo el chico de ojos color café- tu pelo.
-Hola- dije mientras llevaba mis manos al mi cabello, lo traía enredado- al menos deberían de darme las gracias por hacerlos reír- le dije a a Alex que se encontraba a mi lado.
-Aquí todos estamos acostumbrados a ver a las chicas, ya sabes- sus ojos quedaban viendo mi cabello desarreglado- Matías, préstame tu peine idiota- gritó tanto que todo el salón comenzó a reír, el profesor lo quedo viendo, siseo a todo y volvió a encontrar su vista con la chica pelirrojo- toma.
- No necesito un peine, necesito que se acostumbren a verme así, porque no voy a venir como quieran- saque una goma de mi bolso y comencé a masticarla,
Alex me quedaba viendo y me susurró al oído- me gusta verte así.
Al comienzo no entendía a que se refería, si a mi actitud o a mi cabello.
Mientras el profesor explicaba la clase de filosofía el tema de la Metafísica, yo pensaba en lo que me había dicho mi tío, necesitaba hacer algo malo algo que me hiciera sentir entusiasmada y viva, pensaba en Alex, a pesar de que era fastidioso me resultaba apuesto pero cada vez que me imaginaba algo con Alex aparecía en mi mente Logan, era a Logan a quien quería, había llegado a esa conclusión, tal vez porque con el era prohibido tener algo, con Alex no pero, y si no era mi novio sólo alguien con quien experimentar, para cuando ya sea experta poner mis conocimiento a prueba con Logan. Era una locura siquiera pensarlo pero me gustaba la idea, no iba a terminar enamorándome de Alex estaba segura porque no me ponía nerviosa como con Logan.
Saque el celular de mi mochila y se lo pasé a Alex. El me quedo viendo y me regaló una sonrisa, sus dientes eran muy blancos y su sonrisa muy coqueta. Guardo su número en mi teléfono y me lo devolvió. Al terminar los primeros bloques, venía el recreo, fui hasta una banca que estaba vacía y me senté. Pude percibir que atrás venía Alex apresurado, me sonrió y se sentó a mi lado.-¿Quieres venir conmigo a una fiesta mañana después de clases?- sus ojos quedaban viendo fijamente mis labios.
- No puedo tengo que ir donde mi Dr.- yo quedaba viendo sus brazos y su enormes manos.
- Sólo es un rato.
-¿Quienes van?
-solo tu y yo- sus ojos quedaban viendo mi cuello y pasaban a ver mis hombros.Sabía que esto iba a pasar entonces raramente al igual que todo lo que estaba a mi alrededor me dejó de importar, quiero decir, lo que dijeran de mi.
-¿Donde es la fiesta?- quedaba viendo sus hombros y pechos anchos.
-Donde tu quieras Cleo- en ese momento volví a su rostro y mire la cara de Logan estaba alucinando, estaba hablando con Logan y eso me hacía querer que sucediera mas rápido.

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Inconsciente.
RomansaLa historia es sobre una adolescente de 19 años que sufre de una enfermedad mental que acabara con su realidad. Cleo conoce a su psiquiatra quien es amable y comprensivo con ella, ellos se van enamorando poco a poco, pero saben que no pueden iniciar...