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Calum Hood

Joder. Madre mía, como una niña de dieciséis años podía ser tan jodidamente sensual, me tiene hasta el punto que ya no puedo. Pasa es que mi vecina de en frente, Violet Barns, vive con su tía y pues pareciera que viviera sola ya que su tía pasa todo el día en su oficina. Esta chica me tenía todas las noches excitado con tan solo pensar en su piel, su rostro, su cuerpo pegado al mío y por supuesto, sus pequeñas y suaves manos rodeando mi polla.

— ¿Calum? Calum habla Cassandra, la chica de ayer, quería decirte que si me querías ver otra vez, extraño tus manos en mi cintura y tus besos — la contestadora sonó después del suave timbre, rodé mis ojos y bufé, ya estaba harto de ella, siempre con lo mismo.

— hola Cass, soy Calum, resulta que.. uhm.. perdón, estoy enamorado y aparte en una relación — mentí al llamarla y enseguida le colgué.

Decidí sacar a Tony, mi perro, hace poco que lo compre, es nuevo, es un pequeño golden. Al salir de casa observe como la puerta de la casa de Violet se abría, sonreí y espere a quien saliera, era ella.
Violet salió con un pequeño vestido celeste con unos encajes en las mangas, abajo llevaba unas medias no tan largas pero llegaban un poco más abajo de las rodillas y unas pequeñas zapatillas blancas, en su cuello llevaba un choker de esos, la verdad no sé cómo se llamaban esos collares que parecían de perros, pero lo único que sé es que me fascina verlos en las chicas, es tan jodidamente sexy ver un choker en el cuello de una chica.

— ¡oh pero que tierno! ¿es de usted vecino? — oí su dulce voz emocionada mientras corría a agacharse a acariciar a Tony.

— es mío pequeña — reí nervioso y acaricie su espalda, esta me miró y sonrió muy ampliamente.

— soy Violet — esta dice al levantarse del suelo y sonreí de lado.

— yo Calum, tu vecino — respondí y esta rió.

— ya se tontito — llevó sus manos a su boca y rió tiernamente. Joder me tiene mal esta chica.

— ¿me aceptarías en tu casa para cuidar a este pequeño bebé? — esta pregunto y luego cargo a Tony dandole besos en su pequeña cabeza, ¡está es mi maldita oportunidad!

— claro linda, cuando quieras ven a mi casa — acaricie su mejilla y esta se sonrojó para luego sonreír.

— nos vemos Calum, tengo que irme — esta dice y sale corriendo para el auto de su tía.

Bueno.. ahora creo que ya he conseguido a mi bebe, gracias a este perro, me ha salvado la vida.