Amor Imposible (Leonarai)© [Terminada]

Capítulo 11: apritello

Narra Leonardo:
Las ramas crujen a cada paso que doy, el suelo está frío pero eso no me impiden seguir mi camino, otro ruido se escucha entre los arbustos, nuevamente mi corazón empieza a latir más rápido y mi respiración responde igual que anteriormente...
No entiendo nada, ¿por qué mi cuerpo reacciona de esta manera? Me aproximo a los arbustos y de ellos salen mis hermanos con un fuerte grito de "Buu" retrocedo rápidamente ocasionando una caída dolorosa, mi respiración y corazón se normalizan. Ahora sé cuál era el motivo... Tenía miedo ¿a qué? ¿A mis hermanos?... Antes no les tenía miedo, esta rivalidad de Clanes y Karai me están afectando más de lo que yo creía.
— Hola, ¿te asustamos cierto? — interroga divertido Miguel Ángel.
Sin poder levantarme asiento con la cabeza, los demás siguen riéndose por lo ocurrido, algunas veces me caen mal...

Narra Karai:
— pues... Felicidades — digo al tiempo que me aparto un poco de la joven — yo soy tu enemiga.
La joven se queda en su lugar, su respiración se marca a cada segundo y su mirada se clava en la mía. Esto no es divertido si ella no ataca.
— ¡qué esperas, ataca! — grito ya desesperada.
La chica se limita a atacar, pensé que sería más emocionante pero ya me di cuanta que no. Fue un error pensar que algún miembro del Clan Hamato tuviera la fuerza para empezar una pelea.
Ruedo los ojos y sin titubeos me lanzo sobre la chica. Ésta desvía mi sable con su Tessen regreso el golpe, pero ella se aparta.

Narra Leonardo:
Me levanto aún espantado, ¿por qué mis hermanos harían una cosa así? Aveces no los entiendo.
— bien, ¿ya revisaron el perímetro? — pregunto sacudiendo el polvo que me ha caído.
— sí — contesta Miguel Ángel muy alegre.
— ya íbamos a la casa cuando te vimos y a Mikey se le ocurrió la idea de espantarte — continúa Donatello.
— gran idea ¿no intrépido? — concluye Rafael en son de burla.
Niego con la cabeza, no puedo creer que a Miguel Ángel se le ocurriera algo así, normalmente sus bromas son más tranquilas y no tan elaboradas...
Unos gritos provenientes del fondo del bosque llaman la atención tanto de mis hermanos como mía, los gritos son agudos por tanto puedo deducir que son de unas chicas, una me parece conocida y la otra no mucho...
Mi hermano, Donatello, parece reconocer uno de aquellos gritos pues instantáneamente reacciona diciendo:
— ¡Abril!
Hecha a correr como loco, mis hermanos y yo tratamos de detenerlo pero hace caso omiso a nuestras advertencias... Que cosas hace el amor.
Sin más remedio apresuramos el paso y lo alcanzamos, espero que no se este enfrentando con alguien del Clan enemigo, de los contrario será más difícil rescatarla o ayudarla.
De todo el Clan, ella y otra chica conocen nuestra forma original. Son las únicas por ello no podemos arriesgarnos para que más personas conozcan nuestra verdadera identidad.
Al llegar al objetivo mi mente no se puede creer lo que está pasando: es Karai la que está atacando a Abril, no pensé que en algún momento se fueran a encontrar.
Mi hermano se enoja bastante y quiere salir a su defensa, pero antes de que ocasione una imprudencia lo detengo del caparazón.
— no traemos trajes genio — susurro con desagrado.
— pero Abril me necesita — responde desesperado.
Rafael le da un golpe en la cabeza y gracias a ello se logra tranquilizar, una vez en su estado normal lo suelto.
— tenemos que hacer un plan — dice Miguel Ángel.
Yo asiento y empiezo a pensar en algo.
Karai no nos puede ver y necesitamos sacar a Abril cuanto antes de ese lugar, así que lo único que se me ocurre es: distracción y camuflaje; sería lo más coherente.
— Mikey — digo para captar la atención del menor — aventarás  bombas de humo alrededor del lugar. — el menor asiente con la cabeza — Rafa y Donnie distraigan a Karai y yo saco a Abril.
— yo quería hacer eso — se queja Donatello.
— primero hay que sacar a Abril de aquí y luego haces tu escena de celos — respondo.
Puedo notar como Donatello se sonroja un poco y al querer que los demás no lo noten baja su cabeza, todos nos disponíamos a ejecutar mi plan cuando Rafael me toma el hombro y pregunta:
— ¿cómo sabes el nombre de la Konoichi?
Me pongo nervioso, no pensé que lo notarán... ¿¡Qué explicación se supone que debo darles!?
— es cierto, ¿cómo sabes su nombre? — cuestionan al unísono Miguel Ángel y Donatello.
Me limito a responder, eres demasiado inteligente Leonardo, decirle el nombre de tu enemiga a tus hermanos es algo muy listo de tu parte... De verdad, adoro tu inteligencia. Me regaño a mí mismo.
— luego contesto eso, primero hay que sacar a Abril de ahí — excuso para poder librarme de la pregunta.
Donatello no pregunta más y sale en defensa de su amor... Y por tanto los demás lo siguen... Al menos ya gane más tiempo para pensar en una excusa creíble.
Miguel Ángel sube a las copas de los árboles y empieza a aventar bombas de humo, las dos Kunoichi se quedan quietas y confusas, Donatello choca su Bo con los árboles ocasionando un ruido molesto y desconcertante, en cambio Rafael hace sonar su Sais chocándolas entre si.
— ¿quién anda ahí? ¡Den pelea cobardes! — grita Karai, su sable lo zarandea de un lado a otro en busca de alguien y para desaparecer el humo.
Por un momento me da tristeza dejarla en estas condiciones, pero no me puedo arriesgar a que mis hermanos sospechen más de lo ya han sospechado, por el momento debo concentrarme en la misión. No sería buena idea tomarla y sacarla del humo pues eso alteraría más de lo que ya está a la joven por consiguiente me subo a la copa del árbol más cercano y con una cuerda logró subir a Abril.
La tomo por la cintura y la bajo con delicadeza del árbol, posteriormente grito.
— ¡ya la tengo hay que irnos!
Todos oyen mi grito y salen del lugar, salimos corriendo lo más apartado que se pueda de aquel lugar...

Narra Karai:
— ¡ya la tengo hay que irnos! — grita uno de los sujetos que nos han atacado.
Volteo hacia dónde debería estar la chica pero no hay nada, ¡rayos! Se la han llevado. Aquella voz me parece muy familiar, en algún lugar la he escuchado pero, ¿dónde?. En ese momento una voz en mi cabeza da vueltas y es hay cuando capto; el dueño de aquella voz es Leonardo...