Capitulo tres: ¿chico o chica?

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Hoy de camino al "trabajo" vi una chica rubia con ojos verde. Era una "Tweek niña".

-En un momento estará su orden- logre regular mis "modales" por bien de mi sueldo como amenaza de mi "jefe"

Mi vista por toda la tarde no se alejo de Tweek. No podía dejar de compararla con la muchacha que vi pasar a las 12:34 ; Cabello rubio, corto y estático. La nariz de bolita e incluso los mismo ojos pistacho.

Aunque a comparación de ella, la espalda del rubio formaba un rectángulo  hasta sus caderas, además, aun sin escuchar su voz, estoy seguro que a lado de la de mi "novio" era más chillona y más molesta.

-¡Hey! ¡De nuevo ustedes! ¿Están de vacaciones por aquí?- saludo el alegre señor Tweak a los dos no tan nuevos clientes que apenas pasaban.

-¡Si! Un pueblo bastante moderno.¿ No crees, Matt?-replico el de cabello mas corto llevando a su compañero a la misma mesa de ayer. Instintivamente, mis ojos se dirigieron a la figura de Tweek que temblaba en su lugar lejos de la entrada, en la barra.

Pidieron lo mismo acompañado de un capuchino grande y dos pajillas

Al llevarles su orden con miles de pregunta en la punta de la lengua, dude en soltar al menos una de estas.

-Su.. orden- hable pausado esperando que mi boca se moviera por si misma. Cosa que no hizo, estúpida boca.

-Gracias jovencito- compartieron el frapuchino, mirándose de la misma forma que ayer.

El dueño de la tienda  se retiro como siempre, dejándonos a mi y a sus hijo con los últimos clientes del día. Anochecía como el ruido del exterior que se apaciguaba junto la luz del local, tenue. El mismo maldito ambiente.

Voltee el cartel de "open/close" para indicar el fin de la jornada, permitiéndome pensar mejor lo que rondaba por mi cabeza horas atrás.

"Matt" y el otro eran inconfundiblemente hombres. Espalda ancha, caderas angostas, voz grave, barba y estatura alta.

Esto describía a un varón promedio. 

Pero, Tweek no tenia la voz muy grave, ni era tan alto, tampoco había un solo vello en su cuerpo mas que las cejas –el cabello, solo por contarlo-

Me senté nuevamente en el banco mas cercano al paranoico, el cual se limitaba a garabatear figuras sin sentido en una servilleta, tratando de ignorar lo que sucedía, supongo.

-¡Chico! Ven un segundo, por favor- gritoneo uno de ellos. Fruncí el ceño, no tenia mas opción que darles la razón al dúo de idiotas turistas.

-¿Que es lo que quieren?- admití mi arrogancia por unos segundos. Reprimirse el día entero no era algo que soportaría..

-¿puedes traernos una servilleta, por favor?- pidió entre risillas con la cara llena de frappe al igual que el otro. Asentí imaginando un poco lo que podría haber pasado.

Les entregue la dichosa servilleta, esta vez, con el pecho inflado de valentía.

Era ahora o nunca, Tucker

- Ayer ustedes se besaron- comencé con porte de soldado. Ellos me miraron atentos.

-¿Como es eso? ¿Quien es la chica entre ustedes?- pregunte mirándolos estoicamente a la espera de su respuesta, la cual llego después de las miradas traviesas  que se hacían entre mas risas.

-¡Ack!- escuche a lo lejos los ruidos nerviosos de Tweek. Aun si no conocerlo, podría decir que fue algo emitido por un chico.

-Si, nosotros nos besamos ayer, perdona nuestra impertinencia- se disculpo el que no se llamaba Matt.

Encontrando la tarde contigo [CREEK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora