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- Daida-san.- Me llamó una de mis compañeras de clases en pleno descanso.- ¿Sabes dónde está Kise-kun?- Preguntó con un irritante tonto de voz, esos que todas utilizaban para parecer lindas.

- No tengo idea.- Respondí sin apartar la mirada de mi celular, mi partida de "Angry Birds" estaba bastante interesante.

- Uhm. . . ¿Podrías dejarle este almuerzo que le preparé? Con todas sus prácticas Kise-kun debe. . .

- Si, yo le entrego.- Interrumpí y extendí mi mano derecha esperando el famoso almuerzo, mientras antes se vaya, mejor por mi.

Mi compañera (a la cual ni siquiera le preste atención en saber cual de todas era) colocó el mis manos el almuerzo para mi mejor amigo y se marchó con otro grupo de estudiantes.

Fue imposible no escuchar un "no puedo creer que esa mocosa sea la mejor amiga de Kise-kun, es tan antipática y seguro ha de ser una carga para él" de parte de aquel grupo de chicas. Pero estaba acostumbrada a eso desde mis años de secundaria en Teiko.

Supongo que era el precio de ser la mejor amiga de Kise Ryouta.

Aunque tenía sus ventajas, claro.

Una era que todos los regalos para el rubio llegaban a mi, como hoy. Ya era el sexto almuerzo que recibía, la cuarta botella de Gatorade, la octava barra de cereal e incluso dos chocolates con nueces ¿Quién necesitaba preparar su almuerzo o comprar algo en la cafetería cuando te encargabas de guardar los presentes para tu popular amigo? Yo no, al menos desde que decidí comenzar mi clases en Kaijou tras estar vivir con mi papá en Estados Unidos.

Además, solía recibir cartas de amor y algunos regalos cursis, los cuales solían ser mi entretenimiento en las horas de descanso mientras Ryouta-nii permanecía en las reuniones con el equipo de baloncesto del Instituto.

Ah, disculpen por no presentarme.

Me llamó Daida Usagi y desde finales de Invierno regresé a Japón luego de un año viviendo en la casa de mi padre en Estados Unidos, quien hace años se dedicaba a entrenar equipos juveniles de aquel enorme país.

Soy la mejor amiga de la estrella del equipo de Kaijou desde que tengo memoria y cargo con un gran peso en los hombros al tener ese "honor". No sólo recibir algunas indirectas de sus fans, también recibía el respeto de sus compañeros de equipo, cosa que nunca llegue esperarlo cuando los conocí.

Pero no me quejo, son excelentes chicos y algo tontos.

Podía decirse que pasaba mucho tiempo con ellos ya que mi mejor amigo logró conseguirme un "puesto" en el equipo de baloncesto.

Asistente del entrenador, pero ellos preferían decirle "mascota del equipo". Bueno, eso ya lo sabrán luego.

Salí del salón de clase con todos los presentes para Kise en mi bolso, el cual era bastante grande por suerte y lo busque. Se encontraba en uno de los salones libres del Instituto donde utilizaban para reunirse con el equipo en sus horas de descanso ¿Para qué? No tenía la menor idea, cosa de muchachos pero prefería estar allí. No tenía un buen trato con mis compañeras de clases, por si no era obvio.

- ¡El almuerzo de hoy lo pagan de las fans de Ryouta-nii! - Anuncié luego de entrar sin aviso a la reunión de los titulares del equipo.

- ¿De nuevo? - Preguntó uno de los estudiantes superiores y el capitán del equipo, Kasamatsu Yukio.

- No te quejes, es gratis.- Pronuncié y pude escuchar la risa del resto de los titulares reunidos en aquella sala.

Podía decir que me llevaba muy bien con los titulares, incluso podía considerarlos como los únicos que me caían bien en toda la institución, aunque en el momento que comenzaban a discutir por tonterías me daban ganas de golpearlos con lo primero que tenía en mano.

Por suerte ese descanso había sido de lo más tranquilo y el almuerzo por parte del club de fans de Kise sabía bien.

Y una vez que el descanso terminó, cada uno regresó a sus respectivos salones de clases.

Una persona como mucho podría tardar cinco minutos en llegar, pero cuando caminas junto a Kise Ryouta, como mínimo te tardas unos veinte minutos. Si, veinte minutos ya que el señor super modelo reconocido se tomaba cada maldito minuto para saludar a sus fans, charlar con ellas y en algunos casos tomar alguna que otra "selfie".

Yo con mi cara de perro malhumorado explicaba la total molestia que eso me causaba y cuando quería huir podía escuchar un "Usagi-chii~ ¿A dónde vas? Ven hay que tomarnos más selfies con las chicas."

No era de mi agrado, tampoco de sus locas fans y cuando eso pasaba por fin nos dejaban camino libre.

Yo era algo así como una mejor amiga y guarda espaldas de la superestrella del Instituto que sólo le llegaba al pecho del "idol" que debía proteger.

- La profesora de matemáticas nos va a regañar por llegar tarde a su clase.- Me quejé tras robar una de las paletas que le habían regalado a Kise.

- Tranquila, Usagi-chii. No nos dirá nada.- Respondió totalmente seguro mi mejor amigo.- Le diré que tuve una urgencia y tú me acompañaste.

- Claro, eso nos salvará de un castigo pero me traeras problemas con todas tus chicas.- Musité.

- No le des importancia, total tu eres mi consentida.- Pronunció Kise para así regalarme uno de su "guiños matadores".

- Ryouta-nii, eso no sirve conmigo.- Respondí con la paleta sabor a naranja ya en mi boca.

Kise soltó una risa y llevó una de sus manos a despeinar mi cabello como si se tratara de un animal. Podía llegar a ser un gran idiota cuando quería, pero así y todo era mi mejor amigo.

- Ah, lo recordé.- Hizo una pausa.- Hoy tendremos un partido de práctica en otra escuela.

- Pues que se diviertan, debo comenzar nuestro informe de historia ya que no lo vamos a dejar para última hora.- Respondí y noté la cara de "perro triste" que puso el más alto ante mis palabras.

- ¡Pero debes ir! - Lloriqueó y pude notar las miradas de los pocos alumnos que quedaban en el pasillo, que vergüenza.- ¡Todo el equipo debe ir porque es importante, incluso nuestra linda mascota!

- Kise. . .- Pronuncie apenada, los ojos no se despegaban de nosotros ante la escenita del más alto.

- ¡Di que si! ¡Hazlo por mi y juro que te dejaré acompañarme a mi próxima sesión de fotos, hasta que conseguiré las cremas que tanto te gustan!

- ¡Bueno ya! ¡Cállate, Kise! - Le pedí llevando una de mis manos a sus labios para que cerrará la boca.

Kise sonrió victorioso, como era de esperar.- Además, se que estarás contenta de ver nuestra práctica contra el equipo de Seirin.

-¿Seirin? - Pregunté con sorpresa.- ¿Hablas de ese Seirin? ¿El equipo dónde esta Tetsu-nii? - Volví a preguntar con cierta ilusión en mis ojos.

Si había alguien a quien no había podido ver desde hace tanto tiempo era a Kuroko Tetsuya, uno de mis viejos amigos de la secundaria y me daba una enorme alegría saber que iba a verlo.

- Ya sabía que te ibas a alegrar más por ver jugar a Kuroko-chii que verme jugar a mi.- Dramatizó mi amigo una vez más.

- A ti te veo jugar todos los días.- Respondí en broma.

- Eres malvada, Usagi-chii.

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Play with me ┊Izuki Shun┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora