"¿A usted le agrado, maestra?"

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Las tardes pasaban, los ocasos sucedían y los lápices se acababan.

La soledad volvía, en verdad, pareciera que sólo el Sol traía consigo a la gente participante de aquel club, pero sólo las nubes que nublaban el día y el frío viento acercaba más a dos chicos.

-¿Por qué odias a los hombres?
-Mmm... Aquella es una pregunta difícil...
-¿En serio?
-No, Hahaha
-Ash
-Calma, te diré. Mi padre abandonó a mi madre, mi hermano es un idiota pervertido y siempre recibía invitaciones de chicos a quien en mi vida había visto... A pesar de que siempre decía que no, ellos insistían, en verdad, son odiosos... Nunca tuve amigos... aunque tampoco tengo precisamente amigas, sólo soy un poco solitaria, Haha
-¿Por eso tus pinturas tienen un ambiente sombrío?
-Sí, digo, ¡Eso no es cierto!
-Bueno, tienes razón...
-¿Ves? Siempre ten-
-Tus más recientes pinturas no son así, son un poco más radiantes... ¿No estarás interesada en algún chico? O quizás, ¿tendrás un nuevo amigo o amiga?
-¡¡Por supuesto que no!! - Respondió sonrojada y de forma impulsiva
-Está bien

Él se centró en su dibujo y siguió preguntando:

-¿A usted le agrado, maestra?
-¿A qué viene eso? -Extrañada preguntó
-Bueno, yo también soy un chico... Sin embargo, parece no odiarme.
-Mmm, tienes razón... Me agradas, creo que tu talento vale la pena...
-¿Talento? No tengo ni una pizca, en ver-
-Eso es lo tu crees, pero recuerda, fui yo quien se ofreció a ser tu maestra.
-¿Y por -
-¡Hey! Ni siquiera has avanzado en algo, apresurate; en silencio por favor.

Asintiendo con la cabeza continuó.

-No estoy seguro sobre lo que estoy dibujando..
-¿Por qué?
-¿Para qué me sirve dibujar esto?
-En verdad que eres tonto... ¿Acaso sabías cómo dibujar esto correctamente?
-Ah... No
-Dibujar todo tipo de cosas siempre sirve, te ayuda a mejorar... Ahora deja de cuestionarme y continúa.
-Sí, maestra

El silencio reinaba nuevamente y lo único que se escuchaba era el lápiz rosando el papel. De ahí pasaron cierto minutos y el ocaso comenzó. Una dulce voz se decidió a hablar:

-Oye...
-¿Si maestra?
-¿No te gusta mi nombre?
-¿Por qué lo dice?
-Me sigues llamando "Maestra"
-Oh... Es que usted es mi maestra. Le tengo gran admiración y respeto.
-¿Sólo eso? -Pronunció casi susurrando y agachando la cabeza
-¿Qué dijo?
-Que si esa era tu razón- Reafirmó sonriente
-Oh, por supuesto. Creo que su nombre es hermoso totalmente digno de usted, Haha. Pero antes de todo, usted es mi maestra.

Las tardes siguieron pasando y el Sol seguía ocultandose detrás de las blancas y a la vez, grisáceas nubes, reuniendo a esos dos en soledad.

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