"Hasta que conozca su alma"

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-Ah... Hoy será un mejor día

Se decía aquel joven muchacho para animarse mientras caminaba a aquel club después de clases...
Sin embargo, iba quejándose por el calor de ese día, era algo así:

-¡Por dios! ¡Ah! Ayer estaba nublado y hoy ni una desgraciada nube se aparece para apasiguar este sofocante Sol...

Al abrir la puerta, por primera vez desde hace una semana había más integrantes que él y su "maestra". Le alegraba y a la vez no. Se había acostumbrado a la linda soledad, al tranquilo silencio y al sentir su mirada, sin poder hacer nada al respecto siendo el centro de atención.

Ella sólo dibujaba como siempre, ahora no lo esperaba sentada en una mesa; junto a ella había otros chicos, quienes pretendían platicar con ella pero que en realidad sólo eran ignorados, como todos... Excepto él.

-"En verdad son molestos... Siempre queriendo hablar conmigo y queriendo conseguir alguna cita... ¡Ah! ¡En verdad odio a esos tipos!"

Recordando sus palabras la observó un momento, y quizás fue casualidad que en ese momento, ella hubiese girado su mirada hacia la puerta donde él se encontraba parado... aunque no se dio cuenta al instante, volteó para asegurar y lo siguió con la vista.

Él posó su mochila en el piso y se sentó en una mesa para dos, que se encontraba vacía. De inmediato ella se levantó, tomó su trabajo y mientras dejaba a los chicos sin respuesta, se sentó junto a él y siguió trabajando, ahora con una sonrisa en su rostro.

Como él no tenía claro que debía hacer ahora, pues ella actuaba sólo como su maestra cuando se emcontraban solos, empezó a pensar, cerrando los ojos con la cabeza inclinada hacia arriba. Ahí, en su mente, vió una sonrisa brillante, dulce y sincera con un largo cabello junto a esas mejillas sonrosadas. Con su mano intentó dibujar lo que veía, aún con los ojos cerrados.

Al principio, aquello parecía algo deforme en verdad... Sin embargo, cuando abrió los ojos, observó el trazo que había hecho, entonces arrancó esa hoja y en una limpia, comenzó a dibujar con ayuda de su trazo y de su mente.

De aquello resultó una linda chica: poseía una nariz fina, unas suaves mejillas y una rosada sonrisa; su cabello era castaño levemente rizado, dos mechones delgados enmarcaban su rostro y lo demás -a excepción de su fleco- recogido en una cascada desordenada.

Al voltear, su "maestra" se emocionó al ver tal dibujo, en cuanto se le ocurrió preguntar si aquella chica era ella, subió la mirada sorprendiendose de la forma en que él veía su propio dibujo... Ahí desistió de preguntar aquello, cambiando la pregunta:

-¿Por qué no tiene ojos?
-¿Eh?- sorprendido pregunto al haberlo sacado de sus pensamientos- Ah... No los dibujaré
-¿Por qué? Apuesto que sus ojos serían hermosos
-No los dibujaré... hasta que conozca su alma. (Referencia a Modigliani)

Confundida en lo que sentía ante tal respuesta, ella sólo se calló. No sabía si se sentía intrigada o conmovida por tal romanticismo...

El chico tomó sus cosas, las guardó en su mochila y tomandola de un asa, marchó hacia la puerta.

-¿Ya te vas?- le preguntó extrañada
-Sí, hoy tengo algo que hacer y dado a que hay muchas personas en esta ocasión, no tendremos clase... Así que me iré temprano, hasta mañana, maestra.

-Ush... Sigue sin llamarme por mi nombre.

Suspirando, terminó los trazos del día de hoy y se marchó dejando el club al ocaso.

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