Hiko se encontraba recostada sobre el sofá color negro de dos plazas, estaba intentando poner toda la atención posible en la pantalla plana frente a ella en la cual se transmitía la película The Nightmare Before Christmas; era su favorita. Pero, por alguna extraña razón no la estaba disfrutando ver como las otras veces, estaba ansiosa.
Intentaba no echar la culpa completa de su ansiedad a su rompimiento con su novio Karma hace unos días. Sin embargo, en el fondo sabía que sí era por eso. Karma fue la relación más larga y seria que tuvo en mucho tiempo.
¿Seria?
Esa palabra describía a la perfección al azabache.
Y ahora que lo analizaba en su totalidad, no sabía cómo una persona así fue su pareja, era todo lo contrario a ella; que él prefería el silencio y la calma y que ella que deseaba estar siempre con el sonido de voces y estar en un ambiente en movimiento, que él deseaba las cosas un tanto amargas y para ella, mientras más dulce mucho mejor. Pero, su manera de amar, la manera en la que le hacía entender que la amaba más que nada en pocas palabras no tenía comparación. Esa forma en la que varías veces le hizo llegar a un fascinante orgasmo, con movimientos sutiles y muy lentos, era única.
Ahora esas cosas ya no tenían la mayor importancia, ahora mismo tal vez él estuviese seduciendo a otra chica mientras ella estaba haciendo su mente pedazos por pensar en tan solo una leve esperanza a regresar con el pelinegro.
No, Karma no estaba buscando consuelo con otra chica. No era tan sociable ni abierto.
Se reacomodó sobre el sofá y clavó su mirada en las imágenes de la película. Su mente comenzaba a divagar.
La mayoría de las parejas se conocen en centros comerciales, en cafés, librerías, parques. Nadie se conoce y se enamora en un cementerio, como pasó con Karma y Hiko. No era lo normal.
Hiko iba todos los viernes a dicho lugar para visitar la tumba de su hermano, quien desgraciadamente falleció siendo asaltado. Ese mismo día, divisó a Karma rondando a paso lento entre las tumbas. Al principio, Hiko creyó que era un fantasma, nadie caminaba tan tranquilo en un cementerio a plena tarde solo. ¿O sí? Siendo la curiosidad la máxima debilidad de la pelirroja, decidió seguirlo. A una distancia que consideró prudente, la chica miró como el extraño pasaba los dedos sobre el frío mármol de las tumbas que de vez en cuando iba acariciando. También notó como en la otra mano llevaba una flor, una Lycoris Radiata un tanto marchita. No era sencillo conseguir de ese tipo de flor, así que Hiko supuso que la persona a la cual él visitaba era alguien importante, muy valiosa aún muerta. Por un momento se sintió una entrometida por seguirlo.
Cada vez sentía su corazón latir más rápido, estaban llegando a una zona muy desolada, donde casi no habían ya tumbas, empezó a sentir miedo. ¿Fue necesario el seguirlo? Tal vez él en realidad sí era un fantasma que intentaba guiarla a su muerte para reclamar su alma. Un escalofrío recorrió la espalda de la chica y fue entonces cuando notó que la distancia prudente para seguir al contrario se había perdido. Estaba a muy pocos metros de él, pero éste no se inmuto. Se había detenido enfrente de una lápida muy limpia, tal vez la más limpia que Hiko pudo observar en toda la zona yerbosa que lo rodeaba.
Recitando una inaudible oración, o eso supuso, el azabache colocó la flor rojiza sobre la superficie de mármol, suplantando el lugar de una misma ya marchita y se quedó ahí parado, inmóvil, mirando fijamente la lápida con los datos de la persona.
Después de un rato, giró sobre sus talones y emprendió el camino hacía la salida del cementerio, ignorando por completo la presencia de la pelirroja. Hiko, sintiendo un frío aire, se quedó inmóvil por un efímero momento antes de estornudar. Él más alto volteó a verla, casi con desconcierto.
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Sensitive Theatrical ●[CANCELADA]●
De TodoDedicado a mi persona más especial. [ Mr. Karma ]