Cap.7 Un calor abrasador.

445 36 1
                                    







Alexander me mira con ojos hambrientos, me mira de otra forma distinta a la de siempre.

-          Lillian, no me hagas perder los modales contigo - su mano baja hasta mi culo y sus labios se mantienen cerca de los míos pero sin tocarse-, me volvería loco contigo en la cama.

-          Alexander apártate por favor - no quiero que mi primera vez sea en un baño y menos con él.

-          No puedo Lillian, me has estado provocando toda la noche, te has ido con otro cuando sabes que soy un hombre posesivo- posesivo, ¿conmigo?

-          No me he ido con otro, pero eso a ti te importa poco, además, nunca estaré a la altura -me suelto de su agarre -,déjame por favor.

Me mira asombrado nuevamente, creo que este hombre no está acostumbrado a que lo rechacen, y ciertamente, a mi me está costando una barbaridad. Es muy sexy, todo un dios de los pies a la cabeza, el sueño erótico de cualquier mujer de este local. Una punzada atraviesa mi vientre, al pensar que si no es conmigo se irá con otra.

-          Déjame invitarte a una copa al menos, y tal vez pueda convencerte.

-          Alexander no creo que..- todo pasa a cámara lenta, se acerca a mí rápidamente y me sube a horcajadas sobre su cintura, pone una mano en mi culo y la otra en mi nuca.

-          Deja de pensar Lillian.

Es lo último que dice antes de comerse mis labios. Me besa mientras me aprieta contra la pared, enrollo mis piernas en su cintura y pongo mis manos en su nuca. Mi primer beso, y es de lo más apasionante. Abro mi boca en un gemido y aprovecha para explorarme con su despiadada lengua. Su cadera golpea en mi zona, y siento un duro bulto. Esta excitado, y es por mí. Mi ego vuela alto, nunca pensé que podía pasarme esto a mí.

-          Lillian, quiero estar dentro de ti, ahora-me mira fijamente.

-          No puedo Alexander - suplico mirándole, no quiero, no aquí al menos.

-          ¿Que te pasa Lillian, no te gusto acaso?- como me pregunta eso..

-          Si, pero no puedo.

-          Necesito una razón, y no me vengas con que soy tu jefe. Dime algo que me convenza de no arrancarte la ropa ahora mismo -me dice mientras besa y muerde mi cuello suavemente.

-          Soy virgen.

Me baja al suelo mientras me mira sorprendido, su cara es de asombro y decepción. Y a mi me entra una vergüenza tan grande que me hace girar la cara hacia la pared, no quiero verle ni que me vea. Quiero que la tierra me trague y desaparecer de aquí. Una lágrima rebelde consigue salir, aunque he intentado retenerla con todas mis fuerzas.

-          Lillian cielo..- me habla Alexander mientras pone una mano en mi hombro.

-          Déjame sola Alexander.

-          No quiero que te quedes aquí sola- me coge la barbilla para mirarle.

-          Necesito estar sola Alexander, de echo me voy a casa.

Quito su mano de mi cara y salgo del cubículo rozándole. Este es el último contacto físico con este hombre. Hoy he tenido mi primer beso, y mi primer recuerdo para olvidar. Le he dicho que soy virgen y se ha apartado de mi rápidamente, no soy la mujer que esperabas. Tienes razón, no estoy a la altura de todo esto. Tal vez no debería de haber salido ni de Boston. Todo esto me viene grande.

En la pista diviso a Lisa dándose el lote con el chico de antes, ojalá yo pudiera ser así. Me acerco a ella y le digo que me voy a casa, se ofrece a acompañarme, pero le digo que no, que se quede. No tengo por qué joderle la noche a nadie más.

Locuras en la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora