CAPITULO 1

108 4 0
                                    

Regresé a casa, me asusté demasiado, mi madre estaba verdaderamente enfadada, y me asuste todavía mas al ver que no me gritaba solo a mi, sino también hablaba sola, y le gritaba a la soledad en reclamo hacia mi. Decidí subir a mi habitación y encerrarme, y lloré, lloré hasta quedarme dormida.

Al despertar, ya era por la mañana y extrañamente, estaba arropada, con una blanda cobija que recuerdo que al dormirme la vi colgada en mi armario, y ahora estaba sobre mí; bajé, y mi madre estaba preparando un delicioso desayuno, de hecho, el que mas me gusta, y ella lo sabe. Yo me preguntaba, de qué se trataba esto, ayer por la tarde, estaba enojada, muy, muy enojada; y ahora, está como si fuera el mejor día del mundo.

Decidí no preguntarle nada, no quería dañarle el día. Así lo hice, estuve toda la mañana muy bien con ella, mientras desayunábamos, sonó mi celular. Mi mamá no me dejó contestar, me enseñó desde muy pequeña que cuando uno está comiendo, solo debe estar comiendo, y demás cosas.

Cuando terminamos de desayunar fuí a ver qué llamadas tenía,y eran de mi padre​, así que devolví su llamada, y al primer timbre, contestó:

-¿Hola?

-Hola padre,que pasó,hay como 1000 llamadas tuyas

Laura SofíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora