-Te quiero mucho hija- dijo con voz muy baja.
-¡¿Padre?!- al otro lado de la línea no hubo ningún sonido.
Mi madre me preguntó que si estaba hablando con mi padre, yo no sabía que responder, ¿le decía la verdad? Era lo correcto pero lo más posible era que su estado de ánimo cambiaría y todo sería como el día anterior, por otro lado no sabía que habría ocurrido con él, así que le dije:
-Emm si madre, tengo que irme urgente, prometo contarte todo cuando vuelva - "si es que vuelvo" dije para mis adentros.
-¡¿Que?!
-Hasta pronto madre, te quiero- la abracé muy fuerte, subí corriendo a mi habitación, cogí mis llaves, celular y unos dulces que tenía encima de mi mesa de noche, cerré la puerta y como el día anterior salí por la ventana trasera.
Corrí y corrí hasta agotarme como nunca, llegué al sitio donde comimos helado y le pregunté a su amigo el heladero si conocía su paradero.
-Hola, ¿me recuerdas?- el heladero me miró como si hubiera visto su peor pesadilla.
-Emm no- Pero su rostro no lo podía disimular.
Le dije en tono sarcástico.
-Entonces supongo que no conoces a tu mejor amigo- el me observó con tristeza- ¿eh? Respóndeme, ¿lo conoces o no?- llegó un cliente a comprar un helado de vainilla y el heladero aprovechó para esquivar mi pregunta.
Saqué mi celular, busqué en mis contactos de Whatsapp el nombre "Papá <3" lo abrí y le mostré su foto.
-¿Sigues sin recordarlo?- volví a decir en tono sarcástico.
No me respondió, solo dio vuelta a la nevera donde estaban todos los helados de muchos sabores, me abrazó y me dijo "lo siento", al decir eso vino el peor pensamiento que yo haya podido tener, mi padre... No, eso no es posible, el no pudo morir, ayer estaba muy bien, no pudo cambiar de la noche a la mañana, parecía ser muy fuerte y sano.
-¿Que pasó?- dije sospechando lo que pudo haber pasado
