Confianza

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11 años han pasado desde aquello. Nadie, absolutamente nadie, recuerda nada de un ángel caído. Cada vez que pregunto a mis padres lo único que recuerdan es ir a la feria y nada más. He buscado por internet y tampoco hay señales del chaval.

Es extraño, de cuando era pequeño solo recuerdo ese día a la perfección, aunque estoy dudando si era real o solo un sueño.

Me vestí con mi típica ropa negra y me acabé de preparar poniendo mi gorro de calavera en mi pelo azul. Finalmente me dirigí al instituto. Ya hacía dos días que no iba por una crisis nerviosa que tuve en medio de clase. El primer día sí era una crisis, el segundo lo exageré un poco, lo admito.

Al llegar todos me miraban con desprecio, para ellos tener personas diferentes era desagradable porque ese colegio era cerrado y la mayoría eran niños mimados y pijos. Me pasaba toda la mañana marginado y leyendo. ¿Me importaba? Nope. Tenía mi grupo de amigos en mi anterior colegio.

Fui a mi clase y empecé a chatear con ellos para esperar a mi profesor. Noté que alguien me miraba, eché un vistazo alrededor: unas chicas se reían de mí desde la otra punta de la clase. Cogí un papel y escribí:

Deberíais poner a trabajar la única neurona que os queda.

Al enseñárselo les costó pillarlo y al hacerlo se giraron para delante otra vez indignadas. Ahora es cuando las gafas y el porro de Thug Life deberían estar bajando mientras que se oye la canción de Turn Down For What. Seguí con el móvil hasta que el profesor de mates llegó. Lo escondí debajo de la mesa y me puse a escuchar.

-Bueno chicos, hoy tenemos con nosotros un nuevo alumno. Puedes pasar.

Un muchacho peliblanco caminó hasta en medio de la pizarra.

-Hola, me llamo Axel.

¡¿Ha dicho Axel?! Peliblanco y Axel como nombre... ¿podía ser solo una coincidencia?

-Muy bien Axel, llegas en mitad del curso así que espero que te llegues a acostumbrar bien. Puedes sentarte en aquel sitio vacío, al lado de Luke. -señaló hacia el sitio de mi izquierda, al lado de la ventana del fondo de la clase.

Todas las chicas se le quedaron mirando alucinadas. Entiendo, os apasiona un chico de pelo blanco pero uno de pelo azul los despreciáis... gran conducta. Volviendo al tema, el chico que tanto busqué y que protagonizaba mi recuerdo más completo ahora se sentaría a mi lado. A no ser que no fuera él. De alguna manera lo debía averiguar, ¿pero cómo? ¿de qué empezar una conversación? ¿patatas? ¿política? ¿ganchitos voladores? ¡AGH! Me estaba desesperando. ¿qué harían mis amigos?

Invasión Zombie

-Ni de coña le pienso hablar de eso, su apariencia solo indica normalidad. No puede funcionar, ¿o si? -Negué con la cabeza y me puse la manos en ella- ¿Y si le pregunto directamente si tiene alas? No, sería demasiado obvio, además se puede asustar... Omg, parezco un niño pequeño que se quiere confesar y no encuentra las palabras.

Terminé de pensar al oír la campana que indicaba la hora del patio. ¿Había estado pensando en aquello durante dos horas? Finalmente decidí no hablarle, era imposible que los ángeles existieran y confirmé que mi recuerdo solo había sido un sueño (11 años para admitirlo, bien por mí, me merezco un premio).

Fui a mi esquina de siempre para pasar esos hermosos 25 minutos sin nadie. Me senté cuidadosamente, saqué los auriculares de mi mochila, los conecté y el sonido fluyó por mis oídos. Las notas musicales retumbaban por mi cabeza haciendo que olvidara cada segundo de mi miserable vida. Saqué un manga de la mochila y me inundé en su historia.

-Esto sí es vida. -pensé.

Minutos después, mi paz y tranquilidad se vio interrumpida por una sombra que me tapó entero. Mis ojos se levantaros seguidos de mi cabeza, para acabar de fijar mi vista. Mi nuevo compañero de clase me tapaba toda la luz. ¿Qué se creía?

-¿Te puedes quitar? Tapas la luz, impidiendo que pueda seguir leyendo -señalé el libro que tenía en mis manos.

-Que cuqui.

-¿Perdona? -Hinché mis mejillas inconscientemente ¡¿Cómo se atrevía a llamarme así?!

Seguidamente él estalló en una pequeña carcajada, yo simplemente resoplé y me volví a inundar en la historia ignorándole, pero no pude, o mejor dicho no me dejó: tiró su mochila a mi lado y se dejó caer. ¡¿What?!

-Tranquiliza y recapitula. El chico con el que he estado pensando durante dos horas y con el que tenía pensado hablar, ahora mismo me está incordiando mucho. ¿Debería ser esta mi oportunidad para averiguar si es él? Nah, he decidido que era imposible. -Sí amigos, así de terco es como soy.- Igualmente no le puedo decir que se vaya, este es un espacio para todos los alumnos, no solo es mío, aunque mi espacio personal se ve afectado. Fuck.

Noté como una cabeza se posaba sobre mi hombro. Me quedé observando a Axel como, por la cara, se había quedado dormido sobre mi cuerpo. Tardé varios segundos en reaccionar.

-¡Quita bicho! -lo empujé sin pensarlo dos veces. Éste calló al suelo.- ¡No te cojas tantas confianzas!

Se levantó quitándose el polvo y colocándose la ropa.

-Solías ser más amable... -dijo murmurando y mirando al suelo.

-¿Qué has dicho? -lo decía de verdad, no había oído nada, seguía conmocionado por la confianza que se había cogido conmigo en cero coma.

-Nada. -se acercó a mí y me ofreció su mano para ayudarme a levantar- Ah por cierto, aún no me he presentado como toca, soy Axel, Axel Evans. -Hizo una media sonrisa y el timbre sonó.

Si decidía cogerle la mano querría decir que me haría su amigo, o al menos yo pensaba así. Me quedé mirándolo y estaba tardando mucho. Puse una mueca de pérdida total de orgullo. Le cogí la mano finalmente.

-Luke, Luke Triton.

Al acabar de levantarme, empezamos a caminar hacia clase.

-¿Te puedo llamar Tritón?

-¡¿Huh?!, NO, Traaaaaiton, repite conmigo, TRAAAAAITON.

-Tritón.

En serio, ¡¿cómo ha conseguido coger tanta confianza?!

MutaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora