Pasaron los días y Axel no paraba de molestar. Se le veía normal... pero no, era la persona más rara que había conocido (y mira que eso es casi imposible). Y aunque cada día iba conociendo nuevos aspectos suyos, nunca tenía la sensación de conocerlo a fondo.
Estábamos en educación física. Realmente soy un manco para los deportes, aunque nadando me muevo como pez en el agua. Jugábamos a baloncesto (mi deporte fa-vo-ri-to, coughcoughsarcasmocoughcough), que, aparte de correr, tenías que tener buena puntería y fuerza en los brazos. Por suerte, todos me veían trasparente y nadie me pasaba la pelota así que podía permanecer en un costado pensando en mis cosas.
Faltaba poco para el cumple de un amigo mío, el primero que conocí en mi antiguo instituto, el que me hizo ser raro y antisocial. Le debo tanto. Habíamos pensado celebrarlo en su casa con pizza, pizza casera. Era el perfecto plan. Pero ahora la cuestión era: ¿nos bastará la pizza que haga?
-Somos 5 así que unas 5 nos bastarán, ¿pero y si no? ¿¡Y ADEMÁS NOS QUEDAMOS CON HAMBRE?! NO PODRÉ SOPORTAR QUEDARME SIN TROZOS. ESTO ES MUY FRUSTR-
-¡LUKE!
[...]
Me desperté mareado, me dolía mucho la cabeza. Tardé unos minutos a reconocer el entorno. Estaba en la enfermería del colegio, hacía tiempo que no iba. Anteriormente iba casi cada día para escaquearme y dormir poniendo excusas simples y convincentes, pero dejé de hacerlo cuando estuve a punto de repetir de curso. Inspeccioné de nuevo y vi a Axel dormido en una silla cerca de la cama apoyando su cabeza en el colchón. Sin hacer mucho ruido me coloqué sentado y me quedé observándole...
-¿Por qué se habrá quedado aquí?
-Yo... no... lo hice aposta.
-¡¿Qué fue eso?! ¿Estará hablando en sueños? Qué más da, casi es hora de la siguiente clase... Al fin, la última. Debería avisarle.
Acerqué mi mano para tocarle la espalda y al depositarla sobre ella pegó un salto con el cual se alejó de mí considerablemente. Me miró con cara asustada, yo le miré asustado y confundido.
-Khe
-Lo siento no quería asustarte.
-No pasa nada. -¿déjà vu? ¿dónde?- Por cierto, ¿qué ha pasado? ¿por qué estoy aquí?
-Bueno, jugábamos, te he pasado la pelota y BOOOOOOM -hizo movimientos exagerados con los brazos que le causó casi perder el equilibrio- desmayo inminente, desangre de nariz peor que una fangirl al ver a su personaje favorito estornudar y aquí hemos terminado.
-Entiendo... Aigh. -la cabeza aún me dolía.
-Espera -se acercó a mí y juntó nuestras frentes- Estás caliente...
Nos quedamos mirando a los ojos.
-Muy cerca. Piensa rápido.
No se me ocurrió nada mejor que darle un cabezazo.
-Aaaaaauch. -se puso la mano en la cabeza- Eso sobraba. Bastaba con un quítate.
-Demasiado simple. -me encogí de hombros mientras esbozaba una sonrisa de satisfacción.
-La vendetta será terrible. -me miró con ojos fulminantes mientras una sonrisa un tanto pervertida se iba formando.
Le tiré un cojín en toda la cara.
-Vete de una vez, necesito descansar.
-Lo que usted ordene, amo. -y se fue de la habitación, pero no tardó en volver a asomar la cabeza- Por cierto, ¿qué haces esta tarde?
