Extraño

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-Dos días van desde que Axel no viene al instituto. Ya que por fin me había acostumbrado a su presencia y no estar solo en el patio... El maldito estará en casa jugando a videojuegos como el mayor viciado del mundo en estos momentos, suertudo. -pensaba en clase biología mientras miraba el pupitre de mi ausente compañero y golpeaba los dedos en las mesa con nerviosismo.

-Veo que el señor Evans no ha venido hoy tampoco, ¿alguien podría llevarle los apuntes para el examen de la semana que viene?

Todas las chicas levantaron el brazo ofreciéndose voluntarias en menos de un segundo. En serio, ¿qué les pasa? Primero hablan de sentimientos y emociones y luego solo les ciega el atractivo. Si de verdad lo conocieran, sabrían que es peor que yo...

-Alguien que pueda localizarlo, por favor. -dijo ahora rodando los ojos

Todas bajaron el brazo desilusionadas.

-¿Señor Triton, usted no podría acercarse a su casa por favor?

-¿Se refiere a mí? -shit.

-No, me refiero a la pared de detrás de usted, al parecer también se llama Triton. -dijo con un tono sarcástico. Este profesor podía utilizar fórmulas muy respetuosas incluso cuando perdía la paciencia.

-Lo capto, lo capto. Pero hoy no me va muy bien... -la pereza.

-¡Lo puedo hacer yo! Puedo conseguir su dirección con mucha facilidad. -dijo la rubia oxigenada de la clase, Leah. Para todos perfecta: inteligente, buena persona, guapa... pero como siempre no ven la parte trasera de las personas (no me refiero a su culo, que para mi opinión le falta), me refiero a la oculta, la oscura (no, el agujero del culo tampoco) y claro, como siempre, yo soy la excepción que confirma la regla.

-Acabo de acordarme de que igualmente le tengo que devolver un manga que me prestó hace mucho, así que sí puedo ir. -3... 2... oh, la mirada asesina de Leah ha aparecido antes de lo esperado.

-Perfecto pues, ahora vamos a empezar. Abran el libro por la págin...

[...]

Y sin saber como, al acabar las clases, me encontraba caminando hacia su casa con una pila de apuntes en la mano. De milagro me acordé de la dirección, porque un día, poco después de conocernos, fui a comprar pan el la nueva tienda que habían abierto y me lo encontré entrando en su hogar.

-Creo que era aquí.

Toqué el timbre no muy seguro de mí mismo. Un tiempo eterno después (dos minutos, viva la exageración) un Axel decrépito y casi muerto abrió la puerta.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes mi dirección? ¿Eres algún tipo de violador del bosque, secuestrador de niños pequeños e indefensos como yo?

-Sobretodo pequeño e indefenso. -Nuestra diferencia de altura era notable, 11 malditos centímetros más que yo- Te he traído los deberes de estos últimos dos días más apuntes. -dije extendiendo el brazo que sostenía una bolsa cargada de libros.

-Hum...-al ir a cogerlo el peliblanco se desmayó encima mía.

-¡Eeeeeh, que pesas más de lo que crees! ¿Me escuchas? -le toqué la frente y estaba ardiendo a más no poder- Si estabas así ¿por qué no avisas y te dejo en paz más rápido?

Tuve que arrastrarlo hasta su habitación como pude y lo deposité en su cama. A continuación abrió los ojos con dificultad y con una mala respiración dijo:

-Me muero Forrest, me muero.

-No entiendo como eres capaz de decir estupideces incluso en estas condiciones.

MutaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora