Historias Cruzadas »Alan Navarro.

Capítulo 2

Miraba por la ventana del auto, ya se podían ver los aviones despegando de la pista. Habíamos llegado.

El chofer y mi padre bajaron las maletas y llevaron al mostrador, las checaron y subieron al avión, nos movimos a la sala de espera, a esperar que dieran la orden para abordar.

-Hija, no estas emocionada? -Preguntó mi madre-

-Bueno... Algo. -Dije indiferente-.

-Vamos... Piensa en que tendrás nuevos amigos, nuevas personas en tu vida, nueva escuela...

La miré.

-¿Escuela? -Pregunté-

-Sí, no te habíamos dicho... El señor Marcos te consiguió una beca para estudiar en una de las escuelas de música más importantes de México... Te darán todas las asignaturas que necesites, pero también estudiarás música...

-Mamá, ni siquiera me gusta la música. -Hice una mueca-

-Pero es una escuela normal hija, nada fuera de lo común.

-Una escuela común, sólo que de música... Y sin mencionar que es de riquillos. Agh.

-No te preocupes por eso, además irás con la sobrina del señor Marcos, Fernanda.

Sólo me limité a negar.

Puedo soportar ir a una escuela, pero no que sea de música ni de riquillos.

Sin mencionar a la tal Fernanda.

"Vuelo número 412 con destino a la ciudad de México favor abordar por la puerta 6."

Suspiré y levante de mi asiento, caminamos hasta la puerta correspondiente, entregué el boleto, pasaporte, todo lo necesario y abordé el avión seguida de mi madre, mi padre, Adrián, en chofer y el señor Marcos.

Luego de unos minutos los motores se encendieron y el avión despegó.

México, allá voy.

(...)

Tres horas y por fin llegamos...

-Señores, yo buscaré sus maletas, ustedes vayan que su auto los espera. -Dijo Adrián al salir del avión.-

Caminamos al auto y definitivamente estaba allí.

Subimos, el chofer nos llevó a la Mansión Rivera, una de las tantas que hay...

-Hija, si quieres entra y ve checando tu cuarto, el señor Marcos ya llegó pero seguramente está en el centro comercial. -Dijo mirándome-

-Nosotros esperaremos las maletas.

-Con confianza. -Dijo el chofer-

Sonreí y entré, busqué mi cuarto como mi padre lo pidió, según el chofer era el último del pasillo.

Caminé hasta el y entré, mire a mi alrededor, definitivamente éste no es mi cuarto.

Las paredes eran de un color grisáceo, cortinas azul oscuro, por lo que veo estaba sin uso...

Quise mirar algunos cuadros que se encontraban en un estante, así que camine hasta ellos.

Una señora joven junto a dos niños, una niña de ojos café claros  y cabello avellana y un niño muy parecido a la niña, solo que con cabello negro y largas pestañas.

Puedo jurar que son hermanos.

Continué mirando los otros cuadros, algunos eran del señor Marcos, otros de la mujer, que supongo era madre de los hermanos, otros de la niña junto al niño...

Sentí una mirada fija en mi, no pude evitarlo y volteé.

Es él.

-¿Qué haces aquí? -Preguntó nervioso al ver que lo había descubierto mirándome-

-Yo solo... Buscaba mi cuarto. -Le respondí-

-¿Eres ______? -Preguntó-

¿Cómo sabe mi nombre?

-Sí. -Asentí-

-Mucho gusto, soy Jos, sobrino de Marcos. -Estiró su mano-

-Mucho gusto. -La tomé- Sólo me hablaron de Fernanda, no de ti.

-Fernanda es mi hermana.

Ahora lo entiendo, ellos son los niños de los cuadros.

-Entonces son Jos y Fernanda Rivera.

-No, somos Fernanda y Jos Canela.

Asentí.

Si mis cálculos no fallan, entonces su madre es hermana del señor Marcos.

-Bueno, creo que... Me voy a mi cuarto. -Le dije y solté su mano-

Sí, todavía la tenía tomada.

-Es el del frente. -Me dijo-.

Sólo sonreí y camine hasta el otro cuarto, era muy bonito, sólo que un poco... Opaco, sí, muy opaco.

Me senté en la cama, como todavía no traían las maletas decidí textearme con Bryan, sí no le escribo que llegué bien, me matará.

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-Alana. ∞