2da Plegaria

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NORAGAMI le pertenece al perfecto dúo de mangakas Adachi Toka, gracias a ellas pude conocer a mi Yatogami

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"Los actos de un Dios son justos"

Esa suave exhalación que sale de los delicados labios de diosa, ese gemido de placer solo le confirma que siempre debe confiar el instinto de un Dios, y su instinto exige hacerla suya. Bruscamente se acerca a tomar la dulce ofrenda que le ofrece su diosa, unos labios carnosos que suplican sentir el calor de un Dios.

Al ligero roce de sus labios sintió erizar su piel junto con la de ella, y sus curiosas manos bajaron nuevamente por su suave y espalda hasta llegar nuevamente a la base de su cola.

Ese gemido nuevamente fue más intenso, más fuerte que cualquier oración, una oración solo para sus oídos y él no podía negarse a ningún deseo mucho menos el deseo propio. Nuevamente toma sus jugosos labios son más dulces que cualquier manjar, necesita explorar más profundamente, usando su lengua para buscar más placer dentro de la boca de su diosa,

"Por todos los dioses, seré yo merecedor de tal sacrificio"

"Los actos de un Dios son Justos"

Su instinto habla y sus bocas se separan para poder tomar un respiro, nuevamente desea beber de esos labios, pero su instinto lo obliga a bajar un poco más, su virilidad estaba alerta y vibrando mientras el gozaba del suave cuello de su ayakashi; sus manos inquietas masajeaban suavemente la base de la cola de su diosa, pero la mano más traviesa decidió explorar un poco más del suave y húmedo cuerpo llegando hasta la parte más sensible de la ayakashi.

El gemido de placer no se hizo esperar, fue más fuerte e intenso que los anteriores, aquella mano traviesa tocaba ágil y suavemente como si conociese cada sutil punto que generase placer.

Los labios del Dios se confabularon con las manos y no respondían a la cordura, tenían mente propia, ese era el instinto natural de un Dios; ¡llegando a la cumbre de sus pechos probando la dureza de la cima, su lengua se unió al juego disfrutando el nuevo placer recién descubierto, ¡¡oh por todos los dioses!!, nuevamente ese gemido de placer que evitaba controlarse, el cuerpo de su diosa se había arqueado y era solo de él.

Sintió como unas pequeñas temblorosas manos trataban de quitar el jersey y la camiseta

" por todos los Dioses su deseo se estaba realizando, el sentir directamente su cuerpo"

Quito rápidamente la parte de arriba e instintivamente abrazo a su diosa. El roce de su piel era perfecto, sentía el calor de su cuerpo, su cálido y húmedo cuerpo.

"Era justo que el tomara tan preciado tesoro"

"Los actos de un Dios son justos", y él es un Dios ¿qué lo que lo hacía dudar?

Nuevamente exploró sus carnosos labios rosa y su lengua entro violentamente recorriendo cada lugar que había quedado sin explorar, se separaron por un segundo, solo lo necesario para poder respirar y unirse desesperadamente dejándose llevar por el deseo de sus labios.

Un leve roce sentía en la parte baja de su cuerpo, nuevamente las suaves y pequeñas manos torpemente trataban de deshacerse de todo lo que cubría su parte Inferior.

Tomo las pequeñas manos y sin despegar sus labios la sentó cuidadosamente a un lado de la cama, pero al darse cuenta de un blanco cuerpo envuelto en una pequeña toalla, su rostro se sintió ruborizar más de lo posible; dolorosamente tuvo separarse de los labios de su diosa y decidió tomar cuidadosamente aquel hermoso cuerpo dormido que pronto seria suyo, aunque sea espiritualmente, para acomodarlo delicadamente en el sofá más cercano.

Coloco cuidadosamente las pequeñas y delicadas manos sobre el cuerpo de su diosa dormida y dándole un casto beso en la frente se giró para alejarse del puro y virginal cuerpo.

Levanto la mirada al sentir unos ojos rosados que lo miraban con timidez; descubrió con tristeza a una hermosa ayakashi completamente ruborizada cubriéndose torpemente con una cobija de la cama tratando de ocultar su vergüenza.

- Hiyori yo... -  Musita suavemente; aquellos interrogantes que trataban de detenerlo cobraron fuerza.

Ella no necesita ser su regalíapara que él pueda sentir punzadas de dolor al ver todas las dudas que su diosa abrigabay de la situación en la cual estaban.    

Los actos de un Dios son justosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora