Boom.
Una explosión. ¿La culpable? Lucy Heartfilia, espía entrenada especialmente para infiltrarse en distintos gobiernos, robar planos e información sobre armas de su oponente, para luego escapar sin ser descubierta. Cada vez que se infiltraba en un lugar distinto, cambiaba su apariencia e identidad. El único problema era su mejor amigo, Natsu Dragneel.
Se preguntarán "¿Cómo puede su mejor amigo ser un problema?". La respuesta es bastante simple. Claramente, Natsu no era tan ágil como la agente Heartfilia. El solo era un cadete en entrenamiento, sin ninguna habilidad en especial o capacidad que lo ayudara a mantenerse vivo. Los jóvenes se conocieron cuando el pelirosa era un espía de un gobierno que le había declarado la guerra al otros países, y Lucy se había infiltrado en dicho país para robar unos planos para un arma nuclear. No fue esperado, pero Natsu descubrió su verdadera identidad y se negó rotundamente a delatarla. Esto logró que Lucy ablandara su corazón por cierto chico, pero en cuanto lo llevó consigo a su país natal (gracias a las insistencias del joven), los problemas comenzaron. El jefe de la rubia la forzó a ser su entrenador personal, ya que Natsu era un pésimo agente. Lo llevaba a distintas misiones de un nivel de riesgo mínimo, pero el chico solo empeoraba las situaciones más simples. Desde olvidar el código de una bóveda hasta hacer explotar un edificio, Natsu Dragneel siempre se las arreglaba para arruinaba las misiones.
Ahora, de vuelta a la explosión actual. El pelirosa estaba de guardia mientras Lucy revisaba la lista de los agentes de la agencia secreta rival. Los ojos de la chica escaneaban la lista incasablemente, tratando de memorizar todos los mencionados. Tenían que salir de esa sede lo antes posible. Mientras tanto, el agente Dragneel –si es que se le podía llamar "agente"- estaba recostado contra la pared, bostezando y frotándose los ojos por el cansancio.
-¡Eh, Lucy...! –La miró, sonriendo perezosamente.
-Calla. Ojos en la puerta, debo seguir con esto.
-Pero... Lucy... estoy aburrido.
-¿Crees que me importa?-La chica bufó, exasperada- Déjame trabajar, idiota.
Natsu la miró con ojos tristes, pero al notar que no obtenía respuesta, dirigió su vista al corredor nuevamente. Notó tres figuras acercándose rápidamente y entró en pánico. Tenían armas, y no parecían felices de verlos.
-L-Lucy...
-Ahora no, Natsu.
-Pe-Pero... Lucy, hay unos...
-¿¡Cuántas veces tengo que decirte que...!?-La chica se paró furiosa, mirando a su compañero antes de congelarse. Natsu tenía un arma apuntada a su cabeza, dos hombres más acompañando al que apuntaba- Ah...
-Traté de avisarte...
Lucy murmuró unas palabras en frustración, y colocó sus manos sobre su cabeza, apretando el moño en el que estaba atado su cabello. Los dos hombres se acercaron, y antes de que pudieran tocarla, ella sacó un par de cuchillos y los degolló. El atacante del pelirosa la miró con horror. Natsu se las arregló para pegarle una patada en los testículos y correr hasta el lado de Lucy. Ella le golpeó la cabeza.
-¡Saben nuestra identidad por tu culpa! ¿Siguiera apagaste las cámaras?
-¿Huh?-Natsu inclinó su cabeza, haciendo una mueca- ¿Cámaras?
La rubia gruñó y enroscó su brazo en la cintura de su compañero, sacando una granada con su mano libre y activándola. La soltó junto al agente que estaba sosteniendo su estómago en el piso y forzó a Natsu a saltar por la ventana. La agente Heartfilia cayó con gracia, amortiguando su caída y evitando quebrarse unos cuantos huesos. EN cambio, Natsu rodó por el piso hasta quedarse con la cara contra el cemento.
-¡Dios, eres un...!-Lucy no terminó su frase, parándose en seco. Comenzó a contar.
3...
Arrastró al pelirosa lo más lejos que pudo e ignoró las quejas provenientes del mencionado anteriormente.
2...
Se tiró sobre Natsu para ser su escudo humano, dándose cuenta que ya no tenían tiempo para huir ni refugio donde ponerse a salvo.
1...
Cerró sus ojos y rezó porque esto no acabara con su vida.
Boom.
La bomba explotó. Un calor abrumador los atacó, pedazos de vidrio y piedras provenientes del edificio golpeando el cuerpo de la rubia. Contuvo un grito de dolor y esperó a que lo peor pasara para poder levantarse. Natsu la miró asombrada. A pesar de la fuerza de la explosión, Lucy logró mantenerse firme y no ser arrastrada por esta.
-A-Ahora...-La joven murmuró, poniéndose de pie- No saben nuestra identidad.
Con dificultad, logró pararse derecha y dar unos pasos. El pelirosa la ayudó, caminando con ella hasta un callejón cercano. Recostó a su compañera contra la pared y examinó sus heridas.
-No parece tener sangrado interno, solo externo. Necesitarás que cosan las heridas, pero por ahora puedo evitar que sangres. También puedo sacarte los vidrios y...-Comenzó a hablar consigo mismo, tratando las heridas de Lucy.
-Eres bueno con esto... tal vez no eres tan inútil. Podrías curar las heridas cuando salga a hacer distintos trabajos –La joven Heartfilia sonrió.
-¿E-En serio? –La mirada de Natsu estaba llena de esperanza y felicidad- ¡Genial! ¡Seré el mejor espía-doctor!
Los gritos provenientes del chico atrajeron a los agentes que buscaban a los causantes de la explosión. Corrieron hasta el callejón, cerrándoles cualquier salida posible. Lucy miró al agente Dragneel, quien sonreía avergonzado por lo que había causado.
-¡Mierda, Natsu!