Me llamo Jesús "Oviedo Morilla" y lo digo de esa forma porque nunca me he considerado de esa família, veréis, cuando nací me abandonaron en un orfanato de Sevilla y una família Madrileña con una hija (no adoptiva) de mi edad me adoptó. A los 12 años...
Terminé de ducharme y me puse un albornoz blanco que Dani me había preparado, en el pelo me enrollé una toalla roja (que también me había preparado Dani) para que se me fuera secando.
Salí del aseo y me metí a la habitación de Dani, donde estaba Jesús, sin camiseta, vistiéndose.
Se puso un jersey azul oscuro (el tenía su maleta allí) y se giró.
Jesús: La sudadera que hay encima de la cama es para ti, es de Dani. Yo: Vale.
Cogí la sudadera de "Obey" que había sobre la cama.
Jesús: A no ser que quieras alguna mía... Yo: No esa está bien. Jesús: Ya... Yo: ¿Y los pantalones?
Jesús se giró como buscando algún pantalón para mi, al ver que no había ninguno sacó el pantalón de su pijama de la maleta, un pantalón negro que me había puesto miles de veces (aunque me venía algo grande, pero era por eso por lo que me gustaba tanto).
Cogí la ropa que me había dado Jesús y fui al aseo a cambiarme.
(Fotodelasudadera👇)
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...
Una vez ya cambiada (con la ropa de los gemelos, la cual me venía algo grande) y con el pelo seco salí fuera del baño. Mi ropa estaba en el cesto de ropa sucia que tenían en la casa.
Jesús y Dani estaban en el salón (en la planta baja) intentando terminar de almorzar (si, aún nadie se había terminado los cereales).
Me vieron bajar por las escaleras.
Dani: No te acerques, ahora que hay comida aquí no.
Rodé los ojos e, inconscientemente, me salió una sonrisa.
Yo: Tranquilo, no te voy a volver a tirar los cereales... Que lloras.
Eso último lo dijo por lo bajo y se me escaparon algunas pequeñas risas.
Dani: ¿Qué has dicho? Yo: Nada, nada...
Dani me miraba intentándose aguantar la risa para parecer serio, esperando alguna respuesta. Jesús nos miraba; como queriendo ser el quien me mirara así... O eso parecía, cosa que me hizo pensar...
