Capítulo 3

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Me tumbé en la cama llorando, no me encontraba bien. Si, quería saber cosas sobre mi família biológica, pero no de esta forma.
____ me siguió hasta mi habitación y tocó a la puerta.

____: Jesús, ¿estás bien? ¿puedo entrar?
Yo: Entra.

Necesitaba hablar con alguien y en esos momentos ella era la persona indicada.

____: ¿Estás bien?
Yo: No mucho...
____: Lo suponía, ¿cómo te sientes?
Yo: No lo se muy bien, es algo raro, ahora creo que se porque a veces me siento raro, por mi gemelo.
____: Puede ser, los gemelos tienen relaciones muy fuertes; pero esto es algo raro...
Yo: Joder que si es raro...

En ese momento exploté ya del todo, me cayeron muchas más lágrimas, esto me podía.

____ me abrazó y yo le devolví el abrazo, lo necesitaba. A ella también le caían unas pocas lágrimas; me sequé las que me caían a mi.

Yo: ¿Porqué lloras?

Intenté sonreir.

____: Se que esto es duro para ti, y heres como mi hermano, pero sin el como, sabes que yo te apoyo en todo y que si tu eres feliz yo lo soy y que si tu lloras yo también...
Yo: No llores, tranquila.

No se como le pude decir eso, en aquellos momentos me sentía mucho peor que ella, no se muy bien de donde me salieron esas palabras, supongo que de lo mucho que la quiero.

Sonrió con una sonrisa algo forzada y se secó las lágrimas

____: Escúchame, vamos ha hacer una cosa, ¿vale? Pero si tu quieres, claro.
Yo: ¿Qué cosa?
____: No creo que mañana estés bien para ir al instituto así que yo me quedaré contigo toda la mañana y investigaremos sobre el, sobre tu hermano, sobre tu família,... ¿De acuerdo?
Yo: Vale, ¿y crees que papá y mamá te dejarán quedarte conmigo toda la mañana?
____: Supongo, si no me inventaré algo.

Volví a llorar, la quiero tanto, es la mejor hermana que se puede tener, es más que mi hermana, es mi mejor amiga. Aunque a veces, como es normal, discutíamos siempre nos apoyávamos en lo que hiciera falta.

____: Va, no llores, ¿te acuerdas cuando tenías 12 años y te digimos que eras adoptivo? Luego no fue para tanto, ¿no? Al fin y al cabo seguimos siendo tu familia.
Yo: Y siempre lo seréis.

Nos volvimos ha abrazar, luego ella se fué a su habitación a dormir y yo me quedé en la mía. Oí a mis padres llegar a casa y a mi hermana diciéndoles que no me encontraba bien y que mañana no iría al instituto y que seguramente ella tampoco, cuando le preguntaron que me pasaba les dijo que me había sentado mal la cena, supongo que no quería preocuparles.

Me quedé tumbado en la cama, mirando al techo, undido en mis pensamientos, cuando me vino uno que me hizo llorar aún más.

*Flashback*

Mi madre (la adoptiva): Cariño, tenemos que hablar.

Estaban todos sentados en el sofá.

Yo: ¿Qué pasa?
Mi padre (el adoptivo): Esto no es fácil de explicar...

Vi a mi hermana llorando, en ese momento me vinieron a la cabeza miles de cosas que tal vez me irían a decir, pero ninguna era la que me imaginaba.

Mi madre: Te vamos a contar una historia, ¿vale?
Mi padre: Verás, después de que tu madre tuviera a tu hermana le dijern no podía tener más hijos.
Mi madre: Eso no fue fácil para nosotros, no queríamos que ____ se criara siendo hija única y sin hermanos, a parte, queríamos tener otro hijo.
Mi padre: Así que decidímos adoptarlo. Cuando apenas tu hermana tenía 6 meses fuimos de viaje a Sevilla, allí vimos un orfanato y entramos.
Mi madre: Entonces te vimos a ti, un bebé precioso con apenas 7 meses; y te adoptamos.

Empecé a llorar.

Mi padre: Pero a pesar de eso, siempre te hemos criado como nuestro própio hijo y te queremos igual.
Mi madre: Sabemos que esto no es fácil, pero recuerda que estamos aquí para todo, Jesús Oviedo Morilla.

Lloré aún más cuando me digeron mis apellidos y subí corriendo a mi habitación a tumbarme en la cama y a perderme en mis pensamientos y en todos los momentos de mi vida que había pasado junto a ellos.

*Fin del flasback*

Me acordé de ese momento, que al final, dentro de lo que cabía, no fué tan malo. A lo mejor mi hermana tenía razón y lo de conocer a mi família biológica no era tan malo, pero yo tampoco estaba muy seguro...

Miles de cosas y de recuerdos más invadieron mi cabeza y, al final, después de tantos pensamientos y llantos, me conseguí dormir.

Mi "hermana"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora