Era ya casi de noche cuando divisaron la ciudad de Moresby, aproximándose desde las alturas en el Halcón Milenario. No era una ciudad muy grande, pero tenía su encanto. Estaba rodeada por el bosque, y se podían apreciar altas edificaciones sobre picos rocosos, y muchos edificios más pequeños en forma de dedal. El tráfico de naves sobre la ciudad era mucho más intenso que en Jakku, así que Rey dejó que Chewie hiciera la aproximación final. El día era frío y hacia el sur muchos edificios se alzaban como espectros grises, apenas visibles. Rey solicitó permiso para aterrizar en el puerto, y les cobraron un arancel que le pareció un robo. Apenas entraron en uno de los espacios desocupados del puerto espacial, se dispusieron a dar un paseo por los alrededores del terminal, ya que en esa zona Ahsoka había percibido una perturbación en la fuerza.
Rey no había dicho nada, pero se había sentido algo molesta cuando Skywalker le pidió que se quedara a bordo del Halcón con Finn y los androides. Seguramente Luke y Ahsoka habían notado su decepción, porque intentaron dar varias explicaciones que nadie les estaba pidiendo. Pero en el fondo, Rey sabía, o creía saber, que lo hacían para protegerla, y eso le molestaba. Durante toda su vida se había protegido de grandes peligros: podía cuidarse sola. Pero una vocecilla en el interior de su mente, muy débil, le indicaba que los peligros que ahora enfrentaba eran de una naturaleza muy diferente, y que lo mejor sería hacer caso a los que ya habían pasado por ellos. Así que se había quedado en la cabina del Halcón Milenario, con los pies sobre el tablero de control y las manos detrás de la cabeza, mirando la punta de sus botas y más allá, hacia el terminal. Jaina y Chewbacca habían acompañado a los jedis.
No quería ir a la sala de estar de la nave, porque sabía que allí estaba Finn. Y había cerrado la cabina por dentro. Desde su posición tenía una vista de la dársena de aterrizaje, en que sólo estaba el Halcón, y a través de la puerta del terminal veía el ajetreo de criaturas dentro. El sonido de naves aterrizando y despegando era constante, pero desde su posición ella no podía ver a casi ninguna, lo que le molestaba. Sacó el sable láser del cinturón, que ella había convertido en sable doble, y empezó a juguetear con el tubo metálico en las manos, tal como antes lo hacía con su casco, al cenar en Jakkú.
— Rey, ¿por qué estás encerrada? Ábreme para que hablemos. — le gritó Finn golpeando el metal. Rey suspiró. La verdad era que no tenía excusas plausibles para no hablar con Finn. En aquél estado de ánimo, tuvo ganas de ignorarlo. Pero era Finn. Desganadamente, como si le pesara, estiró la mano hacia el botón de apertura, y la puerta se aflojó. El ex stormtrooper entró pausadamente, y se sentó a su lado. Hizo un gesto con las manos, como si dijera «Aquí me tienes».
— ¿Me vas a decir qué sucede? — preguntó el soldado, mirándola fijamente.
— Nada. No pasa nada. ¿Por qué?— respondió Rey, sonriendo con la vista fija en el arma que tenía en sus manos, como si de pronto se hubiera vuelto muy interesante.
— ¿Hice algo que te molestó?.
— No— dijo Rey. Finn notaba que no tenía la mirada franca y directa de siempre. Miraba hacia abajo.
— ¿Entonces por qué me estás evitando?
Rey levantó la vista con una sonrisa leve en los labios. Su forma de lidiar con las cosas de sus amigos era siempre con esa sonrisa que solía tener efectos mágicos en las personas. Pensó lo que debía decir por unos instantes.
— Luke me ha dicho que no es conveniente...ya sabes —
— También ha hablado conmigo, Rey — respondió Finn — y me dijo que era una recomendación, no una obligación. Pensé que yo valía más para ti.
— No soy buena tratando con hombres. Crecí casi como ermitaña. Los alienígenas de Jakkú eran demasiado raros, y los pocos jóvenes humanos que habían no me hablaban, así que me aislé de ellos. Todo esto es nuevo para mí — dijo Rey, levantando un poco la voz. Interiormente rogaba una especie de comprensión, de paciencia.
— También es nuevo para mí — dijo Finn —. Aunque yo si había estado con otras chicas, pensé que lo nuestro era diferente. De verdad lo sentí diferente. Y sigo sintiéndolo, si tú lo permites.
Se sintió confusa, como si los sentimientos le impidieran reflexionar con claridad. Pero sabía que solo podía decir una cosa que no fuera estúpida: la verdad. Habló de corrido como si temiera ser interrumpida y no ser capaz de recomenzar:
— Tú eres el primero y creo que el único para mí y me da miedo apegarme tanto a ti que, si te llego a perder, me derrumbe. ¿me entiendes? Además, hay muchas otras mujeres y tarde o temprano tu querrás a otra. Dicen que así son los hombres.
Finn la miró con rostro serio. Rey sintió su molestia.
— No es que no confíe en ti...— empezó a decir. Pero entonces Finn se levantó bruscamente y se dirigió a la puerta. Ella lo siguió con la mirada hasta que se detuvo en el umbral, y mirando sobre el hombro, dijo:
— Si por miedo a perder a las personas, o por desconfianza, no quieres estar con las personas, entonces ya las has perdido.
Acto seguido desapareció. La hoja metálica se cerró tras el joven y Rey se sintió más sola que antes en la cabina, como si Finn se hubiera llevado parte del aire o de la vida. Adolorida por dentro, volvió a poner los pies encima del panel de control, colgó el sable en su cinturón y se cubrió la cara con las manos, echando la cabeza hacia atrás. No sentía deseos de llorar. Pero así , con los ojos tapados, se aislaba un poco del bullicioso mundo, que a veces le parecía complicado en comparación a Jakkú.
Estaba a punto de ir a hablar con Finn otra vez, cuando sintió algo conocido. El Halcón Milenario se encontraba estacionado en una de las últimas dársenas del puerto espacial, y a cierta distancia, Rey vio que una lanzadera de la Primera Orden estaba aterrizando, subiendo las alas. No necesitaba ver a nadie para saber que allí venía Kylo Ren: sentía su mezcla de confusión, miedo y odio, unida a su evidente dominio de la Fuerza. Sólo que este dominio ahora era mayor. Kylo Ren sin duda era más fuerte ahora. Corrió de inmediato hacia la parte trasera, donde Finn y C3PO jugaban ajedrez holográfico.
— Una lanzadera de la Primera Orden acaba de aterrizar en el puerto, y Kylo Ren viene con ellos — dijo, abriendo la puerta de la nave. Finn tardó un segundo en procesar la información, y luego se levantó de un salto.
— ¡Espera! ¿Qué estás haciendo? — dijo el joven, poniéndose de pie — si lo que dices es verdad, podemos comunicarnos con Luke desde acá. Nos dijeron que nos quedáramos. ¡C3PO, avísales!
— Pueden necesitar ayuda — dijo Rey, que se había puesto la manta con capucha típica de los jedis que le había regalado Jaina Solo, y se preparaba para salir. Finn le cerró el paso.
— Luke dijo que no los enfrentaras hasta que él lo autorizara — dijo el soldado, plantándose decididamente frente a Rey. — le oí cuando dijo que tu entrenamiento no estaba completo y que había un gran peligro para ti si te enfrentabas ahora con Ren.
Rey miró a su amigo con dureza. Su rostro pasó por varias emociones en un minuto: primero, rabia, enojo y molestia. Un segundo después, comprensión, y finalmente aprecio. Pudo sentir que la preocupación de Finn no era por considerarla débil, sino por quererla mucho. Había vuelto a la calma con que lo miraba las primeras veces. Sonreía.
— Te prometo que no los enfrentaré — dijo, poniendo su mano sobre el hombro de su amigo. — Me mantendré a una distancia prudente y sólo intervendré si Luke lo pide.
— ¿Lo prometes?
— Si. — dijo ella. No le gustaba que la cuidaran como si fuera una niña. Pero era agradable que alguien se preocupara por ella. Muy agradable. Alzó el rostro y dejó un beso en la mejilla de Finn. Este se apartó un poco para dejarle paso. Le habían ordenado que no dejara la nave, pero se debatía entre obedecer dicha orden y la idea de seguir a Rey. Decidió que esperaría algunos minutos, y si no sabía nada de ella, la iría a buscar.
— No te lleves ese transmisor, llévate este, que también tiene localizador — le dijo a Rey, pasándole un aparato — Así puedo saber donde estás para ir a buscarte si te tardas.
— No me pasará nada — rió ella. Pero de todas formas tomó el transmisor que Finn le ofrecía.
(mañana publico el cuarto, aprovechando el fin de semana largo)
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Rey y la oscuridad
Fanfiction¿Qué debilidades podrían poner a Rey en peligro de ser seducida por el lado oscuro? No parece ser fácil doblegarla, pero quizá esas debilidades existen. Y si cae, ¿podrá redimirse y terminar cumpliendo su misión, o terminará en fracaso y muerte como...