Capítulo 4:Rayos desconocidos

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La joven bajó a paso rápido por la plataforma del Halcón Milenario, y caminó por la amplia y desierta dársena de aterrizaje, un simple patio rodeado de estructuras directamente excavadas en roca. Atravesó una puerta y se halló en el interior del puerto espacial, donde se celebraba abundante comercio, y los parlantes aullaban información de vuelos en distintos idiomas. Se desplazó por el gran salón atiborrado de seres hasta llegar a la entrada de otra dársena, a través de la cual vio la lanzadera, y a un par de stormtroopers haciendo guardia. De pronto vio unos cinco droides voladores de apariencia muy amenazante salir de la lanzadera y encaminarse hacia afuera. Su instinto le dijo que los siguiera.

Al salir por la puerta principal, siguiendo a los droides, pudo ver que la ciudad no era tan diferente al puesto de Niimah. Allí se mezclaban las edificaciones, la piedra de los cerros y los árboles que se colaban entre cualquier resquicio no artificial. El colorido de los toldos de los comerciantes se confundía con multitud de colores de vestimentas y pieles de los viandantes. Eso sí, aquí todo era mucho más grande que en Niimah. La ciudad se hallaba en una zona robada al bosque, aprovechando picos de roca natural que se prestaban para la edificación, y que se elevaban al cielo como si fueran dedos, al igual que casi todos los edificios de forma cilíndrica redondeada en la punta. De ellos sobresalían estructuras habitacionales en forma de terrazas redondeadas y cúpulas.

Siguió a los droides voladores corriendo lo más rápido que podía, cada vez por callejuelas más estrechas con casas del mismo color del granito cada vez más pequeñas. Algunas de las calles eran techadas y pobremente iluminadas. El día era gris y amenazaba con lluvia, así que se felicitó por haber traído la capa con capucha. Pero lamentó no haber traído con ella un bláster. Otro error por las prisas.

Sintió, muy a lo lejos, el ruido característico de los sables láser al ser blandidos, y vio una humareda levantándose entre las casas. Vio que los droides hacían fuego, disparando a algo bajo ellos. Se apresuró en llegar a la curva, donde había un par de gigantescos banthas bajo un portal de piedra. Pero en ese momento sintió una cercana perturbación en la Fuerza. Miró a su alrededor, pero no vio nada.

De pronto, un terrible dolor hizo presa en sus músculos, como si todos, incluido el corazón, se agarrotaran espantosamente al mismo tiempo, impidiendole respirar. Una sensación de quemazón abarcaba toda su piel, y cayó al suelo retorciéndose y gritando. Kylo Ren la estaba atacando de alguna manera que ella no conocía. Sentía que era Kylo, pero no podía verlo. Sólo veía un resplandor azul y vapor desprendiéndose de sus ropas con un extraño olor a humedad.

Ren mantuvo su ataque el suficiente tiempo para hacerla perder el conocimiento.

Lo siguiente que Rey vio fueron los rostros preocupados de Luke, Ahsoka, Jaina, Chewbacca y una desconocida sobre ella, y más arriba, el cielo nuboso y ya oscuro. Estuvo por un instante confusa, como si algunos segundos hubieran sido borrados de su memoria.

— ¿No te dije que te quedaras en la nave? — le preguntó Luke, ayudándola a ponerse de pie. Rey notó que de su ropa salía una especie de vapor todavía, como agua evaporándose.

— Kylo Ren — dijo Rey — me atacó de una manera extraña. No pude defenderme.

— ¡Claro que no pudiste! Tu entrenamiento no está completo. Por eso te pedí que te quedaras en la nave — el maestro parecía bastante molesto.

Rey se levantó. Sentía una extraña incomodidad en los músculos, y una terrible jaqueca, pero podía caminar. El grupo se empezó a dirigir rápidamente al Halcón Milenario. Ahsoka se quedó caminando al lado de Rey, tomándola del brazo.

— Al menos Luke pudo haberme advertido sobre esa técnica — dijo la aprendiz, que, en realidad, buscaba la manera de disculparse.

— No es tan simple — repuso Ahsoka — es una técnica prohibida para los jedis. Nunca se revela al principio del entrenamiento, porque suele suceder que los padawans desean usarla, y se ven tentados por las emociones de poder e ira que van asociadas a esos rayos. Resistirlos con el cuerpo en una habilidad avanzada, que muy pocos dominan. Pero pudiste usar el sable láser para desviarlos. Si tus sentidos hubieran estado más afinados, no hubieras caído en la trampa. — hizo una pausa y apretó fuerte el brazo de Rey al ver que ésta trastrabillaba — Nuestros enemigos estaban huyendo, y Luke sintió que tu te aproximabas. Me dijo que volviera por ti, pero esos droides voladores que aparecieron me lo impidieron. Luego los Ren y los droides escaparon, y te encontramos aquí.

— Enséñame...— dijo Rey. Ahsoka la miró con cierto estupor, por lo que Rey agregó de inmediato — la manera de protegerme de ese tipo de ataques. No a hacerlos.

— Tu maestro es Luke. El determinará lo que se te enseña y lo que no. Por el momento, tienes el sable láser para protegerte.

— Ahsoka, yo pude sentir que Kylo Ren me iba a atacar, pero al mirar, no lo pude encontrar.

— Es porque tus sentidos jedi no están lo suficientemente afinados todavía, y porque Kylo Ren ha estado progresando, volviéndose más capaz de confundir. Por muy dotada que seas, el camino del jedi siempre es gradual. Debes aprender a obedecer a tus maestros.

No quería llegar a ese punto, así que Rey prefirió cambiar el tema. Se fijó en la mujer que caminaba junto a Luke, hacia el Halcón Milenario.

— La Fuerza es intensa en ella. ¿quién es? — preguntó a Ahsoka.

— Se llama Darin Meers, y es la jedi que vinimos a buscar — repuso Ahsoka. Entonces la togruta alzó la voz y preguntó a Luke: — ¿No pasaremos por su casa para que se despida?.

Darin se volvió hacia Ahsoka Tano y dijo:

— Hemos hablado de esto con mi familia durante años. Creo que es mejor así, sin despedidas. Si voy allá, todo será mucho más difícil. Temo no poder resistirlo. Además, podría ponerlos en peligro.

Rey notó el leve temblor de emoción en la voz de Darin. Se preguntó si realmente sería necesario obligarla a tan gigantesco sacrificio como era dejar a su familia sin saber si volvería a verlos. Por un instante, agradeció no haberse separado de nadie en Jakkú. Pero ante todo, sintió admiración por el dominio del apego que tenía la mujer. Ella no se consideraba capaz de tanto desprendimiento.

Al pasar frente a las dársenas, Rey pudo ver que la lanzadera de la Primera Orden ya se había marchado. Pero no había tiempo de hacer más averiguaciones, ya que era mejor largarse cuanto antes. Además, Darin Meers necesitaba que le curaran la herida del hombro.

Ya en el Halcón Milenario, Rey pudo ver que Luke y Ahsoka hablaban seriamente con Finn. Un poco a escondidas, alcanzó a escuchar que Luke le decía «Percibo los sentimientos de Rey. A nosotros nos respeta, pero se siente más inclinada a considerar la opinión tuya. Por eso te pedí que no la dejaras salir. Ella es muy importante para el futuro de la Resistencia» . Decidió salir de su escondite:

— No es culpa de Finn: él trató de persuadirme de que no fuera. Todo es culpa mía, el no tiene ninguna responsabilidad.

Ahsoka y Luke se miraron. Finn simplemente dio la media vuelta y salió de la sala de estar, lo que provocó malestar en la joven otra vez. Luego Luke se acercó a Rey, y le dijo:

— Hemos decidido que Ahsoka entrenará a Finn para convertirlo definitivamente en jedi. Lo necesitamos, y así no te imponemos una carga adicional a ti. Y Darin terminará el entrenamiento de Jaina.

— Seee...— murmuró Jaina con desgana, apareciendo desde un rincón con una máquina en las manos — no es que me agrade la idea, pero Luke cree que es necesario. Yo no tengo ningún interés en ser jedi. Ya tuve suficiente de peleas con cosas que queman —. Luego agregó: — No hay rastreadores en la nave. Podemos hacer el salto.

— Nunca está demás desarrollar ese potencial que tienes —. Dijo Ahsoka —. Una vez que todo esto acabe, si sobrevivimos, podrás dedicarte a lo que quieras, incluso a la agricultura. Pero por ahora necesitamos que todos desarrollen sus habilidades marciales cuanto antes.

— Si sobrevivimos — agregó Jaina con cierto desdén.

Se produjo un silencio. Luego Rey preguntó:

— No entiendo por qué Kylo Ren se contentó con atacarme y dejarme ahí. ¿Qué pretendía? ¿Demostrar su superioridad?

— Tampoco a mí me parece lógico. Si hubiera querido probar su superioridad, hubiera preferido una lucha con el mismo método con el que tu lo venciste: el sable, y no un cobarde ataque por la espalda — .Dijo Ahsoka — . No; él siempre ha querido llevarte ante Snoke, y esta vez tenía una oportunidad perfecta.

— Algo trama. Debemos estar atentos — intervino Luke. — Y tú, debes extremar la prudencia y obedecernos.

— ¡Ya dije que lo sentía! — repuso Rey, con la mejor sonrisa de que fue capaz, en un tono que estaba entre la exclamación y el ruego. Empezaba a sentirse francamente mal en lo anímico, con una extraña sensación oscura creciendo en su interior.

Rey y la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora