Hija De La Luna - Jack Frost y tú

8. No me dejes

Cuando Frost desapareció de su vista, todas las emociones que había estado reteniendo salieron. Sus rodillas tocaron el suelo y su mirada fija abajo.

¿Por qué había aparecido ahora? ¿Por qué había cambiado tanto? ¿Qué había pasado?

Si no hubiera sido por Jack, no habría notado el aura que rodeaba a Daniel. Ni la vibra que daba. Ella solo se había fijado en sus ojos, en su voz, en su sonrisa. Cuanto lo había extrañado... Y ahora él estaba aquí, dispuesto a explicarle todo. Quería saber que había pasado, pero... Tampoco olvidaba lo que le dijo antes de no volver a verlo.

La voz de Jack llegó a su mente, sí, podía ser una trampa. Pero aceptaría el riesgo, lo aceptaría por él. No se iba a quedar con la duda, tampoco es como que fueran a volver a como eran antes... Solo sabría que pasó.

Suspiró.

Tendría que esperar hasta mañana, pero tampoco se descuidaría de la situación que tenía entre manos. Daniel... Daniel era punto aparte de todo. Aparte quedaban solo 21 días...

Ahora, necesitaban mas niños para aumentar el apoyo a los guardianes. Necesitaba que la gente no deje de creer.

Empezó a caminar por las calles de Londres, obviamente en modo invisible.

El parque fue su primer objetivo, pero escuchó un pequeño sollozo cerca de ella. Siguió el pequeño sonido hasta ver a una niña debajo de un árbol.

-Quiero a mi mami -sollozaba la pequeña, inundada de lágrimaz.

Volviendo a ser visible, se sentó a su lado suavemente para no asustarla.

-Hey...

-¿Dónde está mi mami? -alzó su mirada-. ¿La has visto? Q-quiero a mi mami.

-¿Cuál es tu nombre?

-Tennie...

-Hola, soy ___. ¿Cómo llegaste hasta aquí?

-Mi mamá me trajo... Y... Y me dijo que esperara aquí, que iba a ver algo. Pero, pero se está tardando mucho. Ya mismo anochece y tengo miedo. M-mi mami... ¿Y si le pasó algo?

-Mira... ¿Qué tal si espero contigo? Así no estás sola. Seguro tu mami ya está en camino.

-Sí, sí. Está bien.

-¿Tienes frío?

La pequeña asintió. ___ se sacó su casaca y se la dejó a ella. Empezaron a hablar sobre cosas básicas, ___ quería mantener la atención de la niña en otra cosa para que no recordara a su mamá. Había pasado mas de una hora y su mamá no había regresado.

-M-mi ma no volverá, ¿cierto?

-¿Por qué piensas eso?

-Mi m-mami dijo que n-no me quería, y que quería dejarme... Y-yo...

La pequeña no pudo seguir pues rompió en llanto, abrazó a ___ quien se había quedado en silencio.

La madre de la niña no pudo haber hecho eso... No. Pero habían pasado varias horas, y la niña había escuchado eso de su madre. ¿En serio habían abandonado a esa niña en medio del invierno?

-Ven, iremos a un lugar mas caliente.

La niña seguía sollozando pero sostuvo la mano de ___. El polp estaba muy lejos, volar sería una opción, ¿pero cómo llevaría a la niña? Tendría que contarle... No podía dejar a esa pequeña ahí.

-Escucha, Tennie. El lugar al que vamos está muy lejos, por lo que necesito hacer algo para llegar. No quiero que te asustes, al llegar allá podrás comer galletitas y descansar, ¿está bien?

-Si...

Subió a la niña a su espalda y salió volando hacia el Polo Norte. Intentó alejar a la niña del frío lo mas que pudo, pero de igual manera la pequeña llegó helada. La adentró y la colocó cerca de la chimenea.

-¿Puedes esperar un rato aquí? En seguida vuelvo

Al intentar dar la vuelta a buscar a Norte, la pequeña agarró su mano.

-N-no quiero que tu también me dejes...

-No, no. Mira, desde aquí me podrás ver. Voy a estar allá.

-Está bien...

___ se levantó e ingresó a la oficina de Norte.

-___, ¿tan pronto regresaron?

-Jack... Tuvo ciertos asuntos que resolver, el punto aquí es que hay una niña. La encontré en un parque, su mamá la abandonó y no sé que hacer. No tiene donde ir, ni quien vea por ella.

-Supongo que la niña está aquí.

___ asintió.

-Entonces vamos a presentarnos.

Norte sonrió y salió de la oficina. La pequeña seguía junto a la fogata, sin notar al guardián detrás de ella.

-Hey, Tennie. Te quiero presentar a alguien.

-¡Parece Papá Noel! ¡Tiene hasta la barriga!

___ no pudo evitar reír.

-Su nombre es Norte, y aquí es donde vive.

-Un gusto señor Norte, mi nombre es Tennie.

Luego de un poco de plática se acordó que Tennie se quedaría en el Polo hasta que todo se calmara y pudieran ver que hacer. Tennie parecía muu feliz de estar ahí, no dejaba de saltar y correr. Sin embargo, habían ocasiones en las que la veía muy callada.

Cuando se dio cuenta ya eran las 5 de la mañana, dejó a Tennie al cuidado de Norte y se apresuró a llegar a ese bosque. Se sentó en la piedra sin poder evitar que los recuerdos fluyan, realmente habían pasado muchas cosas ahí. El lugar donde empezó todo.

-Veo que has llegado puntual.

Giró y ahí estaba él. Desvío la mirada.

-Sabes que no me gusta quedarme con la duda.

-Lo sé... -se acercó a ella y colocó un cabello detrás de su oreja.

___ se alejó un tanto nerviosa. Debía evitar el contacto físico.

-¿Y bien? ¿Me vas a decir qué fue lo que pasó?

-___ lo que te dije esa noche... No fue verdad. Ninguna de esas palabras fueron de verdad. Él... Él me obligó.

-¿Quién? ¿Quién te obligó?

-Tu padre.