Cinco.

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Caminé hacia los sillones y mientras me sentaba vi a todos con expresión de fastidio. Recargué mi cabeza en el respaldo y cerré los ojos un momento, no llevaba ni 10 minutos cuando estaba demasiado aburrido hasta que un chico de ojos azules se sentó al lado.

-Las primeras semanas son muy difíciles.- Me di cuenta que me hablaba a mí y giré para verlo.- Luego te acostumbras y no es tan malo como parece.

-¿Cómo sabes que acabo de llegar?

-Nunca te había visto y ya me enteré de la bienvenida que te hicieron. -Sonrío de lado.- Me llamo Niall.

-Yo Harry.

-Y entonces conociste a Louis, ¿no?

-¿Louis?

-Ese hijo de puta que mandó a la mierda al cuarteto ese que ya conociste.

-Ah, él.- No pude evitar recordar su perfecta figura llena de curvas y ese hermoso y redondo...

-Es mi mejor amigo, lo conocí hace unos 4 años.

-¿Tanto llevas aquí?

-Yo entré cuando tenía 16, Louis llevaba un año aquí para ese entonces.

-¿Son de la misma edad?

-Ajá, 20 años. Debería estar disfrutando allá afuera emborrachándome hasta vomitar y de fiesta en fiesta conociendo gente nueva, pero no, hombre, estoy aquí encerrado rodeado de enfermeras odiosas y chicos nada cuerdos.

-Rubia.

Alcé mi mirada y vi a Louis, me vio solo por medio segundo y siguió viendo a Niall.

-Hermano.- Le dio un gran sonrisa.- ¿Dónde estabas?

-Resolviendo unos asuntos.- Lo miró pícaramente mientras daba pequeños golpecitos en el lado derecho de su nariz.

-Ya.

Como el sillón era casi para tres personas y Niall estaba en un extremo Louis se sentó en medio de los dos.

-¿Cómo sigue tú amigo?

Dijo esta vez volteándome a ver.

-¿De qué hablas?

-Ya sabes, después de los golpes; tú...

Tardé unos segundos en captar que hablaba de mi pene.

-Oh, ya, ya. Está... bien.

-Chicos, iré a buscar a Zayn.

Dicho esto Niall se levantó y caminó hacia el otro lado de la enorme sala.

-Estoy aburrido, ¿quieres recorrer el manicomio o...?

-Pero hay enfermeras en todas partes.

-Ellas son lo de menos.

Me tomó de la muñeca y corrimos por un pasillo sin que ninguna enfermera nos viera. Estaba oscuro a pesar de ser las 5pm, era de suponer ya que no habían más que dos ventanas en todo el largo pasillo.

-Este es el cuarto de castigos, cuando faltas las reglas las enfermeras te traen aquí y hacen muchas cosas contigo.

Estaba tan oscuro que apenas pude divisar una cama con cuerdas en las orillas y una tina en una esquina.

-¿Has estado ahí?

Louis rió por lo bajo.

-Muchas veces, no es nada bonito pero esas hijas de puta lo pagan.

-¿Cómo que lo pagan?

-Haces demasiadas preguntas. Si te quedas conmigo vas a aprender muchas cosas.

Dimos vuelta en otro pasillo a la izquierda y luego seguimos caminando. Realmente era más grande de lo que parecía.

Llegamos al final de un casi oscuro pasillo.

-Ayúdame, déjame subir a tu espalda.

No comprendí para qué pero me agaché y así pudo subir en mi espalda mientras yo le sostenía las piernas.
Abrió no sé cómo una especie de ducto en el techo y luego bajó de mi.
Unas escaleras se deslizaron y me indicó que subiera.

Iba casi a la mitad cuando un escalón se zafó y casi caía si no hubiera sido por las manos de Louis sobre mi trasero.
Giré mi cara para verlo porque seguía sin quitar sus manos de encima, solo rió.

-Un gran culo.

Me dio una nalgada y yo puse mis ojos en blanco. Seguí subiendo y llegué a un ático, luego escuché cómo él cerraba la puerta, si se podía llamar así.

Sick Love. -Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora