Dos

52 4 0
                                    

Las lágrimas amenazaron con salir, no supe en qué momento pasó esto. Escuché una voz que me gritaba "Mira lo que hiciste" y otros miles de murmullos y ruidos extraños se escuchaban dentro de mi cabeza, eran realmente muy molestos. Cubrí mis orejas en un intento fallido de ya no escuchar esas voces y luego abracé mis piernas para dejar salir las lágrimas.
Pude ver cómo un chico al cual no conocía abrió la puerta y quedó impactado por la escena que retrocedió corriendo. Yo no podía parar de llorar, perdí completamente el control y asesiné a alguien, ¿qué clase de chico soy?
Me acurruqué en el piso llorando, de vez en cuando le daba golpes al piso en modo de frustración; hasta que unos ruidos llamaron mi atención: las sirenas de las patrullas.
Me puse de pie y sequé mis lágrimas cuando dos policías con su arma en mano entraron al baño apuntándome con una pistola, estaba muy asustado, yo nunca quise esto.
-No, por favor. No soy malo, no soy malo, no.- Las lágrimas brotaron de mis ojos y pude ver a la directora y otras maestras al margen de la puerta con una expresión de terror.
Un policía me esposó y me empujó hacia la puerta.
-Directora, maestra, por favor no. No, no, no.- Les grité mientras lloraba, no quería ir a la cárcel, nadie quiere ir a ese lugar.
Estaba removiéndome, me tiré al piso y rogaba porque no me llevaran.
-Cálmate, Harry.
Pidió la directora aún con una expresión de sorpresa, yo seguía forcejando mientras el policía trataba levantarme, luego vi a la enfermera llegar con una jeringa en mano que pronto estaba siendo enterrada en mi cuello. Todo se volvió borroso y luego no pude ver nada más.

Desperté en una camilla, tenía un horrible dolor de cabeza y mis manos me dolían.
Giré mi cabeza y vi a mis padres sentados con una mueca de preocupación, mi madre me vio y comenzó a sollozar. Pronto recordé lo que había pasado y que iría a la cárcel.
-Mamá, lo siento. Te juro que no soy malo, no me dejes, te lo suplico mamá.- Tomé su mano mientras intentaba no llorar.
Un doctor entró a la habitación y habló con mis padres de algo que no pude escuchar, luego comenzó a instalar un equipo y me colocó unos pequeños discos metálicos  en la cabeza que estaban conectados a una computadora. Me estaban haciendo un encefalograma.
Luego de unos minutos y después de hacer notas me preguntó sobre lo que había sentido durante el incidente.

-No pude controlar mi enojo y puedo jurar haber escuchado voces que me decían que no parara, luego cuando me di cuenta de lo que hice las volví a escuchar y...
-Harry, padeces psicosis aguda.
Volteé a ver a mi madre que abrazaba con fuerza el brazo de mi papá.
Me levanté del asiento y salí de la clínica.
No sabía ni qué es eso pero no parece algo bueno. En unos minutos ya iba de regreso a casa junto con mis padres en un silencio muy incómodo.

Sick Love. -Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora