Just Coffee.

Capítulo 4

Ya habían pasado 2 semanas o más desde que Suga se me declaro. Kook, su compañero de piso me dijo que no hacía nada más que estar encerrado en su habitación, me dejó más tranquilo el hecho de que por lo menos estaba "bien".

Después de nuestro primer encuentro, Hoseok fue todos los días en la tarde, tomaba su café, a veces cuando podía iba y le hacía compañía. Se quedaba hasta que cerrábamos y luego me acompañaba hasta mi casa.
Nos hicimos más cercanos, ahora, en vez de sólo vernos en el café también salíamos de vez en cuando. De alguna manera en más de dos semanas logró ser parte de mí.

Era día sábado y hacia frío, eran las tres de la tarde y no recibía ninguna llamada ni mensaje. Puse una película en la Tv y de repente escuché el sonido de mi celular, Hoseok.

—¿Alo?

—¡Jimin!, ¿cómo estás?

—Eh... Bien, gracias, ¿y tú Hobi? –¿¡Hobi!?, ¿en serio?, no dije nada sólo me puse más nervioso de lo que ya estaba.

—Que tierno eres, Jimin. –Soltó una adorable risa nerviosa. —Bueno... El motivo de mi llamada era para saber si te gustaría acompañarme a... Un lugar.

—¿Un lugar?

—Sí.

—¿Qué lugar?

—Acompañame y sabrás. –Sentí que sonreía al otro lado del celular.

—Está bien. –Respondí alegre.

—Pasaré por ti en 20, esperame.

Quedé intrigado, «un lugar», pensaba todo el tiempo, ¿Que tendrá pensado?, la verdad es que Hoseok era tan impredecible que no me imaginaba que era lo que tenía planeado.
Me sentía nervioso, vería a Hoseok, no era como que nunca lo viera pero estaba emocionado, de alguna manera sentía que él me gustaba, pero no podía decírselo, ¿qué pensaría él de mí?.

Volví a mi película pero no podía verla tranquilo ya que veía la hora cada dos segundos. Se me hicieron eternos los minutos hasta que Hoseok tocó mi timbre.

Abrí la puerta con una sonrisa en mi rostro.
—¡Hobi! –¡Maldición!, otra vez ¿en serio?.

—¿Que tal, Jimin? –Dijo sonriendo un poco ruborizado por mis palabras. —¿Estás listo?

—Sí, vamos.

Fuimos caminando, al parecer a Hoseok le gustaba mucho el frío. Podía ver nuestro aliento al hablar.

—¿Cuanto falta?
—No mucho... –Dijo mirándome dulcemente.

Llegamos a un gran edificio, subimos al elevador y presionó el piso 6.

—Sigueme. –Salió del elevador caminamos por un pasillo con varias puertas, al llegar a la última me dedicó una sonrisa y la abrió. —Dijiste que te gustaba bailar, así que decidí traerte a mi sala de ensayos.
—Ho-Hoseok... Esto es muy genial. –Sonreí entrando. —¿Es tuya?.
—Mía no, sólo me la prestan los sábados en la tarde. –Cerró la puerta.
—Wow, jamás habría tenido la posibilidad de...
—Lo sé, Jimin.

Puso música y ambos comenzamos a bailar, el salón era grande, era demasiado espacio para ambos, pero de alguna u otra manera lo supimos aprovechar.

Hoseok bailaba bien, bailaba muy bien, hubo un momento el cual sólo lo observé y admiraba su baile, el al darse cuenta después de unos minutos se acercó a mí.
—Baila conmigo.
—Ho-Hobi...
—Ven. –Me agarro del brazo y me llevo al centro de la sala. —No te pongas nervioso –Rió. —Sólo... Cierra los ojos y baila junto a mí. –Me dedicó una sonrisa de las más bellas que jamás había visto.

No dije nada, un poco avergonzado pasé mis brazos por su cuello mientras él tomaba mi cintura.
—Vamos, relajate. –Sonrió.
—No puedo si me miras así.

¿Qué estaba haciendo?, sentía mi corazón latir muy rápido, Hoseok me miraba de la forma más pura que jamás nadie lo había hecho, tenía una seguridad que no sentía con nadie más.
El se acercó aún más a mí, juntando nuestras narices, estaba muy cerca... Demasiado.
—Hoseok, ¿qué haces?
—Sólo... Quería saber qué se sentía tenerte tan cerca.

Hoseok giró levemente su cabeza, sabía sus intenciones pero yo simplemente cerré los ojos, pero luego de cinco segundos sin sentir sus labios sobre los míos los abrí y lo vi ahí riendo de mí reacción.
—Idiota. –Dije despacio soltandome de él.
—¿Qué estabas esperando?. –Sonrió pícaro.
—Na-nada. –Traté de que no se diera cuenta de lo rojas que estaban mis mejillas.

Nos dimos cuenta que era bastante tarde, se estaba oscureciendo así que decidimos irnos, Hoseok, cómo siempre me acompañó a casa, al llegar él me detuvo para que no entrará aún.
—Jimin. –No alcancé a decir nada cuando sentí un delicado beso sobre mis labios.
—Hoseok... Tú... Me besaste. –Toqué mis labios incrédulo.
—Me gustas, Jimin.
—Yo... –«Alejaré de ti a cualquier persona que tenga otro tipo de intenciones.», si le decía lo que sentía Suga podría llegar a hacerle daño.  —Lo siento, no es mutuo. –Mire al suelo, la verdad, no quería que él sufriera por mi culpa.