Just Coffee.

Capítulo 6

Yo estaba ahí para él, quería que todo aquello que lo hizo sentir mal desapareciera y fuera una nueva persona, alguien realmente feliz, alguien que no escondiera ese sufrimiento tras su sonrisa y mirada.

—Hoseok... Igual te quiero.

Nos observamos, vi cada detalle de la cara de Hoseok, lo vi detenidamente, viendo sus imperfecciones que lo hacían completamente perfecto a mis ojos. Sentía que Hoseok llenaba algo en mí, era hecho para mí, su cabeza estaba diseñada para apoyarse en mi hombro, sus labios encajaban con los míos y su cuerpo estaba hecho para mis caricias, pero tenía miedo, ¿miedo de qué?, él me hacia sentir tantas emociones a la vez que temía confundirme o entregarme completamente a él o que éste rompiera mi corazón, nunca había tenido algo sentimental con alguien, nunca me había llamado la atención el amor, hasta ahora.

Sentía que Hoseok había llegado a mi vida para alegrarme, de podría decir que ni había tenido una vida muy "feliz".
Siempre me estaba desanimando y diciendo que no podría lograr nada y que sería un mediocre toda mi vida pero... Mi madre, ella siempre veía lo mejor de mí, siempre recalcaba que podía ser el mejor si me lo proponía. Cuando ella murió todo en mí se vino abajo, caí en una gran depresión, sentía que ella me hacia mejor persona, no tenía nada que hacer allí si ella no estaba, sentía que en mi vida no había nada bueno sin ella.
Decidí irme de ahí, para mí padre fue lo mejor que le pudo haber pasado por lo cual me apoyó en mi decisión y también con un aporte económico del cual no me quejo.

Cuando llegué a Seúl sentí como si comenzara de nuevo, tenía un apartamento el cual yo llamo casa, había conseguido trabajo y había conocido a tres chicos muy simpáticos, Kook, Suga y Jin. Eran como mi familia; Jin siempre se preocupaba y confiaba en mí, era como mi madre, Kook siempre lo consideré como un mejor amigo y Suga... Bueno, Suga simplemente era él.
Llevaba dos años aquí y nadie me había hecho sentir como Hoseok lo hacía.

Día lunes, como siempre me costó levantarme, fui directo a la ducha y los ojos de me cerraban sólos, 8:30, tenía tiempo para poder tomar un desayuno decente ya que entraba a las nueve.
Llegué al trabajo, como siempre habían 3 o 4 personas las cuales ya estaban tomando su café. Escuché la campanilla de la puerta, veo el reloj, 9:25, no podía ser Hoseok, pero podía ser él, Jin.

Abrí los ojos y sonreí, sin pensarlo le prepare el único café que le gustaba y le llevé una rebanada de pastel.

—Hace tiempo no venías, Jin. –Me senté al frente de él.
—No tenía tiempo, pero aquí me tienes. –Recibió el café con el pastel. —Gracias.
—¿Cómo va el trabajo?.
—Pues bien, he tenido unos pequeños problemas pero nada que no se pueda solucionar, ¿y tú, Jimin?, ¿algo que contarme?. –Apoyó la cabeza sobre sus brazos.
—¿Ah?, eh... No.
—Jimin, no soy idiota. Hobi ayer fue a mi casa para que te preparara un almuerzo ya que él no sabe cocinar bien.
—¿Co-Conoces a Hoseok?.
—Hace muchos años, es un gran chico. –Dijo guiñándome el ojo.
—¿Por qué nunca me lo mencionaste?
—No te lo mencioné porque él ya sabía de ti.
—¿Cómo?.–Ladee la cabeza hacia un lado.
—Bueno él pasaba siempre por fuera y muchas veces me veía aquí, así que me preguntó por ti. Lo hice más por él... Ya sabes, o eso creo... Él tenía el corazón roto. –Hizo una mueca.
—Suga. –Dije en voz baja.
—Sí, nunca lo alcancé a conocer lo suficiente, pero a simple vista no me parecía bueno para él... Pero tú... Me parecías perfecto para él.
—Hoseok es muy tierno. –Dije para luego bajar la mirada.
—Es lo único que te a dado a conocer de él.
—¿A que te refieres?
—Hoseok... Bueno, es complejo. –Rió mirando ningún lugar fijo. —Él suele ser muy impulsivo, pero a la misma vez sabe ocultar muy bien sus sentimientos, es demasiado observador. Impredecible más que nada, podría decirte que lo conozco muy bien pero nunca sabes que esperar de él.
—Jin, él me hace sentir diferente... Me hace feliz estar con él.

Jin sonrió dulce.
—Es lo que provoca Hoseok, te hace ver las cosas de una manera distinta, te hace sentir como un niño. –Hizo una pausa para beber un sorbo de su café. —Pero hay algo que me sorprende.
—¿Qué cosa?.
—Él ¿te habló de Suga?
—Algo así... Bueno él no quería hablar de él, pero me dejó algunas cosas más claras.
—Que bien. –Sonrió y comió un poco de pastel. —Me alegra que Hoseok al fin te hablara.
—¿A-Al fin?
—Sí, como te dije, él pasaba por afuera del café y té veía, siempre le decía que entrara y hablara contigo pero Hobi es una nena.

A eso se refería con "Conocerte al fin" la primera vez que hablamos, nunca me nombró a Jin, lo cual es bastante extraño porque nadie puede NO nombrar a Jin.

Cuando Jin acabó todo se despidió y me dijo que le mandara sus saludos a Hoseok.
Al parecer Jin tenía un cariño muy especial hacia él.

El día era tranquilo, como siempre, ya eran las cinco y Hoseok aún no llegaba era raro ya que él era muy puntual.

—Jimin. –Dijo mi jefe tocándome el hombro haciendo que me volteara.
—¿Pasó algo?.
—No, bueno sí, lo que sucede es que como ya ves, el invierno llegó y bueno, ¿no quieres tomar tus vacaciones este año?, trabajas mucho.
—No... –Estaba a punto de rechazar la oferta la cual rechazo todos los años pero diferente hubo. —No creo que sea mala idea. –Sonreí.
—Que bien, me alegro que por fin tomes tus merecidas vacaciones.
—La verdad es que si las necesitaba.
—¿Quieres que tus vacaciones empiecen desde mañana? Tengo a un chico que quiere trabajar aquí por un mes más o menos, así que podría ser tu remplazo.
—Sería estupendo. –Asentí.

Comencé a preocuparme un poco por Hoseok, no me había llamado o enviado un mensaje, era raro y más si provenía de él.
Estábamos preparando las cosas para cerrar cuando escuché la campanilla de la puerta indicando que había entrado un cliente.

—Estamos por ce... –Me di vuelta y lo vi ahí parado con un abrigo negro, largo y con capucha, con nieve en la mayor parte del abrigo. —Hoseok. –Inconsciente de lo que hacía sonreí.
—Lo siento, Jimin, no pude venir antes.
—No te preocupes, esperame, ya vamos a cerrar.

Al cerrar Hobi me tomó la mano y me llevó hacia un auto.
—Sube. –Dijo con autoridad.
—¿A-Al auto?.
—No, al poni. –Dijo sarcástico. —Sí, Jiminie, al auto.
—¿Es tuyo?.
—No Jimin, me lo estoy robando, no le digas a nadie. –Dijo divertido mientras el subía.
—¿Por qué iremos en auto?. –Dije cerrando la puerta y colocándome el cinturón.
—Bueno, hace frío y mi casa está lejos.
—¿Me iras a dejar a mi casa?.
—Oh... No, no, no, nos iremos a mi casa.
—¿Eh?

¿Por qué iríamos a su casa?, no quería preguntar ya que podía ser molesto. Entablamos una conversación bastante entretenida mientras manejaba, Hoseok, cuando podía me miraba y me dedicaba una dulce sonrisa.
Estacionó el coche al frente de una casa, pequeña pero bastante lujosa, encendió las luces del patio cual hizo que se iluminara un hermoso patio con una elegante piscina, entré con cuidado ya que adentro no se podía ver mucho; él encendió las luces y pude apreciar que era más lujosa de lo que se veía por fuera.

—Vaya... Que linda es tu casa.
—Gracias, ¿tienes hambre?, tengo algo especial para ti. –Me hizo pasar a la cocina ya que por muy lujosa que haya sido la casa era pequeña, así que tenía una mesa para dos personas ahí.
—Ho-Hoseok... ¿Lo preparaste tú?.
—No, pero fue mi idea hacer la cena.

Era como estar soñando, era una cena completamente elaborada, tenía velas, música de ambiente, vino, una comida que apenas cruzar la puerta olía maravillosa.

—Huele demasiado bien.
—Tengo amigos que saben de cocina. –Sonrió y me abrió la silla para sentarme.
—¿Jin?. –Me senté y lo miré mientras él tomaba asiento.
—Eh... Sí, ¿ya te lo dijo?.
—Claro, por cierto, hoy me dijo que te mandara sus saludos.

El sólo sonrió, me sirvió una copa de vino y comenzamos a comer mientras hablábamos y reíamos.
Nuestras miradas decían mucho uno del otro pude notar el deseo de Hoseok, evidentemente no estaba ahí para sólo disfrutar la cena y su compañía.